14.Dance

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— Nana... —jadé— Nana... —trataba de recuperar aire pero no podía— ¡Jaemin!. —el nombrado paró en seco haciendo que mi cara estampara en su espalda. Lo que provocó un dolor en mi nariz por ello y un quejido.
Solté la mano de la suya y tomé mi nariz.

— ¿Qué pasa?... —volteó y lo vi abrir sus ojos exageradamente— ¡¿Qué te ocurrió?!.
Negué antes de que hiciera algún espectáculo, estado en la calle no me apetecía aquéllo.
Solté mi nariz ya que el dolor había desaparecido rápidamente y este me examinó.

— ¿Qué pasará con tus amigos? —pregunté tomando el aire que me faltaba y este negó con una sonrisa.

— No importa. —sonrió y volvió a tomar mi mano, esta vez íbamos caminando.

Luego de darle el regalo este sólo lo aceptó y agradeció tímidamente -lo cual no encajaba porque Jaemin era todo menos tímido-. Luego sólo me tomó de la mano y empezó a correr, jalandome ya que no era muy rápida.

— Gracias otra vez por el regalo... —añadió esquivando mi mirada— no pensé que me regalarías algo.
Frunci el entre cejo por lo que dijo y observé las tiendas llenas de regalos de San Valentín y luces bonitas. Luego estaban tiendas de belleza llenas de chicas, las cuales se arreglaban y restaurantes llenos de parejas.
Luego me fijé en el reflejo de nosotros en una ventana, sonreí y esquivé aquélla vista.
Estabas sonriendo mientras mirabas hacia delante, mi mano entrelazada con la tuya, todo era muy lindo.

— ¿Por qué creías eso? —pregunté y él paró en seco ya que el semáforo estaba en verde.
Jaemin se hizo el pensativo, luego me observó seriamente.
Soltó una risa leve y yo sonreí al no entender lo que le ocurría.

— Símplemente... —añadió y lo observé— no pensé que me regalarías algo. —volvió su vista al frente y allí era nuestro turno de cruzar la calle.
Me abracé al brazo de este mientras cruzabamos, no sabía si era correcto hacerlo, hasta me dió un poco de vergüenza hacerlo ya que me observó un momento. Pero luego de que lo hice no quise soltarlo, se sentía tan bien. Incluso, puede decirse que mi corazón iba a salirse, pero en ningún momento me alejé.

Las calles se estaban oscureciendo, las luces de las tiendas eran un poco más notorias.
Ya estabamos cerca de casa, pero ambos caminábamos tan lento que parecía que faltaran horas para llegar.
Ambos moviamos nuestras manos entrelazadas hacia delante y hacia atrás, en un divertido juego que te hizo sonreír.

Si, antes San Valentín no significaba nada para mí, pero un momento como este me hace decir que es el mejor día.

— Nana... —hablé y este rápidamente observó— siempre te regalaría algo... —dije y ambos paramos de caminar— no importa lo simple que sea, siempre lo haría. —sonrió y esquivó mi mirada un momento dando media vuelta, ¡Se había avergonzado!.

¿En verdad le había dicho aquéllo?, allí sentí mis mejillas arder.
El regresó su vista a mi y se acercó para abrazarme.
Mi cabeza quedaba en su pecho.

— Gracias Sorim. —susurraste y yo sonreí.

No me interesaba llegar a casa tarde, sólo quería estar con Jaemin.

Tomó mi mano y seguimos caminando.

Porque Jaemin me hace feliz.

— Sorim... —Llamó ahora este y me observó— ¿Te gusta alguien? —paré en seco pero fui jalada por este, claro, nuestras manos seguían unidas.
Allí mi ritmo cardíaco se aceleró, ¿se habrá dado cuenta?, este esperaba una respuesta.

oh nana 。jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora