oh nana 。jaemin

19.Cruel

-Sorim, ¿Te gusta Jeno?
Acumulé todo mi aire en mis pulmones.

Lo sabía, sabía que haría esa maldita pregunta.

El aire de el círculo estaba suspendido, nadie se movía, nadie hablaba, sólo se escuchaban a los demás gritar o cantar fuertemente
Allí comencé a ponerme nerviosa.

Jeno se notaba asombrado, sus ojos iban a salir de sus cuencas y tenía un leve rubor. Me observaba fijamente, esperando una respuesta, al igual que todos.

Siempre he tenido esa pregunta rondando en mi cabeza, hasta antes de que Jaemin volviera. Para mi Jeno es sólo mi mejor amigo, como un hermano pero ha de admitir que estos días me ha atraído, sólo un poco. Incluso Hina me ha hecho pensar, con sus teorías, con sus preguntas sobre el tema.

- ¿Vas a responder Jung? -Preguntó Hina y salí de mi burbuja.

- Si... -solté de sopetón- Me gusta, pero supongo que tú te refieres a gustar como algo más, ¿no? -pregunté.

- Así es. -añadió y mordí mi labio inferior.

No sabía que decir, como explicar aquéllo.

- No... -añadí mirando mis manos- pero lo quiero mucho.

El círculo quedó en silencio.
Jeno miraba fijamente el suelo y sentía un leve dolor en el pecho por ello. No podía ver su reacción o si se había molestado. ¿Había sido cruel?, ¿Estará mal haberlo dicho de esa forma? y la más importante de todas: ¿Yo le gustaré en realidad a Jeno?

- Yo también te quiero mucho Sorim. -escuché su voz y rápidamente lo observé.
Sonrió.

Solté un suspiro y le devolví la sonrisa, pensé que se había molestado.
Allí descarté la idea loca de Hina de que a él le gustaba.
Ambos nos queremos, pero no de esa forma.

Hina miró unos segundos a nosotros y luego al fuego de la fogata.

Silencio, eso había.

- Bueno... -Añadió Bora y luego se escuchó el sonido caracteristico de bolsas- ¿Asamos malvaviscos?
Por primera vez en la noche había hablado, aunque ella no era de hablar mucho.

En conclusión a Jeno no le gustaba, ¿Cierto?

Algo en mí sentía que no estaba bien haber dicho aquéllo.

- Hina... -llamé- ¿Crees que he sido cruel? -Pregunté.

Jeno, por alguna razón fue el primero en irse a la cabaña y ese sentimiento en mi pecho seguía allí, me decía que él no estaba bien.
Pero al verlo parecía el Jeno de siempre, feliz y sonriente.

Yoobin también se había ido a dormir, junto a Bora y Herin, Hina era la única junto a mí.

- No lo creo, fuiste sincera... -añadió y yo la observé- él puede estar un poco lastimado, pero todo estará bien... -me dedicó una sonrisa- vámonos ya. -añadió luego y se levantó para tenderme su mano.
Yo la acepté y caminé junto a esta.

Mientras salíamos del conjunto de fogatas observamos las actividades que hacían los compeñeros sobrantes.
No sabía qué hora era, pero ha de ser tarde.
Un chico casi me hace bailar con él en contra de mi voluntad, jalándome de mi brazo, pero al ver mis insistentes negaciones me soltó y volví junto a Hina quién se reía.