04.You again

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La mujer se disculpó y luego sin esperar alguna respuesta de mi parte se marchó, claramente malhumorada. Todos siguieron en lo suyo y yo seguí observando su espalda de la mujer hasta que desapareció entre los estudiantes.
No sabía qué hacer ahora, estaba avergonzada de lo ocurrido, pero lo correcto que debía hacer es agradecer a... ¿Jaemin?
Jugué un momento con uno de mis brazaletes y disimuladamente voltee, pero este no estaba, se había ido.
Se fue.

— ¡Sorim!... —Hina me tomó de la muñeca— ¿qué haces aquí parada?, ya tienes tu comida.
Yo buscaba con mi mirada por todos lados a Jaemin mientras Hina seguía hablandome, pero no estaba, ¡desapareció!.
Se fue.

— ¿Sorim?
Tuve que rendirme y observé a Hina.

— Si, vamos. —caminé saliendo de ese sitio junto a Hina.
No había asientos disponibles así que comía mientras caminaba con Hina por el lugar.
Mi mente estaba en otro lugar.
Tal vez estaba loca y no era Jaemin, tal vez era un chico igual físicamente a él. Aunque es obvio que Jaemin debe haber cambiado, no nos vemos desde cuatro años.

— ¿La vieja loca peleó contigo?

— Hina... —regañé— si, pensó que había robado el sándwich... —ella rió y la miré- ¿qué te parece gracioso?
Esta paró de hacerlo.

— Ahora todos te conocerán como la "roba sándwiches". —frunci el entre cejo.

No era mi culpa, la mujer estaba loca, en vez de culparme de ladrona podía acercarse y preguntar un simple "¿Ya pagaste eso?". Pero no, tenía que hacer un escándalo.

— No, ahora todos saben que está más loca que antes... —añadí—pero alguien me defendió de ella. —Hina me observó con sus dos cejas alzadas.

— ¿Quién fue? —preguntó con una sonrisa ladina.

¿sería buena idea decirle?, claramente no me creería.

— Yo... —pensé un momento— no lo sé.

°•°

¿Por qué tuve que sentarme al lado de la chillona de Herin?
En toda la clase no paró de hablar que cosas absurdas, yo sólo asentía a lo que decía disimulado mi gran mal humor, lo cual Herin no notaba. La profesora de biología me regañó por su culpa y claramente no dije nada, si decía algo la mujer explotaría e iría a detención -la profesora Kwan Yoohyun-.

— ¿Te parece bien si mañana voy a tu casa para hacer el trabajo? —preguntó Hina.

No me gustaba que mis amigos fuera a casa, mamá ese comportaba insoportable y yo no estaba para soportarla. Siempre entraba más de quince veces a la habitación para saber si habíamos terminado y eso me estresaba.

— Le preguntaré a mamá. —mentí.
Después ingeniaría una mentira para hacer que ella accediera que fuera en su casa.

— Bien, nos vemos. —Se despidió y corrió hacia la salida con sus amigos.
Hina se iba con un grupo de amigos que vivían cerca de ella, eran tres chicos y dos chicas.
Yo no los conocía, pero siempre los saludaba.

Ahora yo debía irme.
Iba a escribir a mamá que ya iba pero no encontré mi teléfono en mi bolsillo y entré en pánico.
No lo saqué en clases, ¿dónde podría estar?

Corrí al salón y abrí de un empuje la puerta para encender la luz.
Revisé mi casillero, no estaba allí y quise gritar.
Me acerqué a mi siento y allí lo vi, estaba en el suelo.

— Soy un desaste. —me dije y suspiré para tomarlo.
Apagué la luz y volví a salir como si nada hubiera pasado.

Al salir completamente del pasillo escribí a mamá y lo guardé esta vez en mi bolso para no perderlo -otra vez-.

Caminé tranquilamente por las calles, la tarde estaba nublada y no había calor, era perfecta.
Tampoco había mucho tráfico y en mi camino habían pocas personas.
Incluso al cruzar la esquina de aquélla calle no habían más personas, sólo una y estaba más adelante.
Era un chico y no cualquier chico según mi intuición.
Conocía esa mochila.

Paré en seco.
Quería aclarar mis dudas.

Este paró también y miró por detrás de su hombro hasta hacer contacto visual conmigo.

Allí sentí mis mejillas arder y seguí mi camino pasando por su lado.

Si era él, si era él.

Voltee y lo vi pasar la calle, allí supe que era mi oportunidad.
Corrí hasta el, pasando la calle.
Luego de tartamudear un par de veces al fin salió de mi boca su nombre.

— ¿Jaemin? —pregunté y este paró en seco para voltear a verme.
Tragué saliva fuertemente y sentí mis mejillas calentarse.

Esperaba una respuesta de su parte, pero nada salía de sus labios al pasar los minutos.

— Soy Youngmin. —dijo y abrí mis ojos rápidamente al escucharlo.

Lo sabía, sabía que estaba loca.

— Oh, ¡Lo siento!. —fue lo único que dije claramente avergonzada y me voltee para regresar mi camino a casa. Con una cara ardiendo de vergüenza.
Pero escuché su risa y paré en seco frunciendo el entre cejo.

¿Se estaba burlando de mí?

Vaya, este chico es idéntico a Jaemin, incluso, su sonrisa se podía decir que era la misma.

— Sorim... —dijo parando de reír y acercándose, allí quedé congelada— no es cierto, si soy yo, Nana. —dijo con una sonrisa.
Allí entré en pánico, no pensé bien en lo haría si este afirmaba que si era Jaemin, mi mandíbula cayó al suelo y mi respiración pasó de una normal a ser irregular.

— Supongo que... —Se rascó su nuca— debo darte un abrazo de reencuentro. —extendió sus brazos esperando mi acercamiento.

Se supone que en ese momento debí correr a sus brazos y decile que lo extrañé mucho, hasta llorar en sus brazos.

Pero no ocurrió.

Yo corrí en dirección contraria, aún no podía creerlo, sólo quería llegar a casa y gritar fuertemente.

Volvió, ¡Jaemin volvió!.

Corría tan rápido que parecía que hubiera visto un fantasma.

Lo dejé allí, parado, confundido de mi acto.

Soy una total idiota.

oh nana 。jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora