39.Mind Maze

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No quería olvidar a Na Jaemin, no quería que me gustara otro chico que no fuese él. Mi corazón sólo le pertenecía a él.
Pero debía ver el resultado de mi apuesta, debía cumplirla.

La dura verdad que me tocaba asumir.

La tarde caía, las luces de los edificios no tardaron en aparecer y hacerse notar aunque la leve luz solar no se los permitiera del todo.

El viento movió mi corto cabello y justo ahí abrí mis ojos para mirar hacia el frente.

El resultado de mi apuesta me dió un leve dolor de pecho nuevamente y mis ojos no tardaron a abrise de par en par.
Permanecí congelada en mi lugar.

Se fue.
Él simplemente se fue.
Me dejó completamente sola.

Él jamás haría eso.
O eso pensaba.

Caminé, no, corrí acercándome a la parada rápidamente para cerciorarme de que él en serio se había ido y no era una de sus crueles bromas -las cuales son muchas-.
Aún no lo creía.

Observé la calle a mis izquierda repleta de autos.
Efectivamente se había ido, el autobús había desaparecido de mi vista.

¿Dónde quedó el "nunca te dejaría sola, Sorim"?

°•°

-¿Por qué dejan acargo del despacho del director a Jeno? -Pregunté a Hina mientras anotaba una información investigada.

Ya me era costumbre hacer video llamada con ella, era divertido.
Ella también estaba haciendo la tarea junto a mí.

- Porque es su hijo, Sorim.

- ¡¿Qué?!. -solté rápidamente y ella asintió.

- ¿En serio no lo sabías? Ah, que despistada eres. -respondió sin verme, estaba muy concentrada subrayado unas líneas decorativas para su tarea. Yo nunca me acostumbré a darle color a mis anotaciones o tareas, por ello, muchas veces me han quitado puntos. ¡Por que a la profesora Gahyun le gusta los apuntes coloridos!, ugh.

- No es como si estuviera pendiente de Jeno todo el tiempo, Hina. -respondí de mala gana y pasé a la otra hoja.

- Yo tampoco y lo sé... -La observé con cierta molesta en mi rostro y ella levantó su mirada para observarme- ya, ya. No te molestes...-Adquirió y volvió a su cuaderno- de todas formas ¿Por qué la pregunta?.

Otra vez los recuerdos de lo ocurrido en ese despacho volvieron a mi mente.

Suspiré.

Quisiera que como en las películas alguien viniera y borrara de mi mente ese momento.

Si le decía a Hina sobre ello y de como me sentí probablemente aparecería una sonrisa victoriosa en su rostro, agh, y sus comentarios absurdos de "Ya sabía que esto ocurría un día", "¿Viste?, yo tenía razón", "Ya te tiene comiendo de la palma de su mano" y luego solitaria su sacadora de quicio risa.
No podía permitírselo. Además, también estaba Herin.

Herin, Herin, ¡En verdad lo siento!.

- No, nada, sólo es que lo vi allí sentado al yo irme... -resté importancia moviendo mi mano torpemente- y me acerqué... -tragué saliva- y le pregunté, es todo.

Moví unas cuentas hojas más del libro con nerviosismo, buscando el título del siguiente tema a investigar.

- Hmm... -soltó ella.
Miré la pantalla y allí estaba. Sostenía su mentón con su mano con un semblante serio, mientras apretaba una y otra vez el botón de la pluma en su mano, haciendo que la punta saliera consecutivamente. No me creía.

- ¿Qué? -Pregunté frunciendo mi entre cejo.

- Nada, sólo me parece extraño tu actuar.
Negué con mi cabeza y jugué con mi lápiz en busca de distracción.

Luego de aquélla pequeña charla y de terminar mi tarea, no es como si hubera podido dormír. Los recuerdos del día se habían presentado en mi cabeza secuencialmente, como una película.
¿Qué era aquéllo que me hizo sentir Jeno?, ¿Por qué lo estaba sintiendo? y lo más importante: ¿Cómo era posible que Jaemin me haya dejado?
Además de las preguntas, me cuestionaba si en verdad debía olvidar a Jaemin y era lo que más me dolía.

Las lágrimas no se quedaron atrás esa noche.

Al otro día, no llegué dando saltitos como Caperucita roja por el bosque. Me sentía de lo peor, podía caminar a duras penas, había olvidado lo que se sentía no dormir las horas correctas y más aún cuando dormí sólo tres horas antes de la hora de despertarme. Levantarme fue un caos total.

Apenas podía sostener la vista, mis parpados no cedían.
Tal vez si caía al suelo no me levantaría ya que era lo más cercano a una cama aquí.

Podría decirse que parecía uno de los zombies del vídeo thriller de Michael Jackson.

- ¿Te sientes bien Sorim? -Una voz femenina apareció a mi lado y yo asentí sin siquiera ver quién era.
Alguien tomó mi mano y así mismo abrí mis ojos para encontrarme a la persona que menos quería ver.
Herin.

- Ay, hola... -Sonreí levemente- ¿Qué pasa?

- Ya has pasado el salón. -soltó una de sus pequeñas risas.
Voltee y si era cierto, además noté que estaba apunto de tocar la puerta del cuarto de mantenimiento.

- Toma, al aprecer lo necesitas más que yo.

Al ver lo que había en su mano me encontré con una cajita de café, no estaba abierta.

- No, está bien sólo... -observé sus ojos suplicantes, odiaba que colocara ojos suplicantes- gracias. -tomé la pequeña cajita.

Ella entrelazó nuestros brazos y me condujo hacia el salón. Y tuve la suerte de que no había llegado el profesor o profesora aún.

Al llegar a mi lugar estampé mi cara contra la mesa.

- ¿Qué le pasa? -Escuché que preguntó Hina.

- Tal vez se trasnochó. -Le explicó Herin.

Tal vez no, lo hice.

Justo cuando escuché el típico "Buen día" -que no tienen nada de bueno- del profesor caí rendida. Las caricias a mi cabello por parte de Herin no me ayudaron mucho a recuperar la energía.

Lo que menos me importaba era la clase. Incluso, si el profesor me daba un buen regaño despertandome yo volvería a dormirme sin importarme nada.

Nunca me acostumbré a dormir en clase -ya que mi rostro es abominación al despertar-, incluso, veía a las demás chicas dormirse.
Pero ahora no parecía una mala idea, tal vez hasta pueda dormir hasta el descanso.

Así evitaría ver a Jaemin.

oh nana 。jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora