08.You are in my mind

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Luego de que la vicedirectora me entregara aquél pase que tanto deseaba la maldita profesora Lee Gahyun y que yo se lo entregara con una sonrisa más falsa que mis notas en física, al fin pude estar en mi asiento, además de escuchar la clase.

Hoy el día no estaba ni muy soleado ni muy nublado, era perfecto, incluso el clima era muy  fresco.

Ahora mismo me encontraba sentada en una banca de aquél gimnasio del instituto.
Todas mis compañeras jugaban volleyball menos yo y Bora, una compañera con la cual siempre hablaba en estas horas ya que ambas no participamos en estos partidos.
Esta se fue, dijo que iría al baño pero nunca volvió, típico de Bora, saltarse clases.

— Hola Sorim. —escuché a mi lado y voltee contándome a Jeno.

Sorprendente, el chico no me había hablado hace mucho -ignorando el hecho de que me habló al buscar aquél pase de entrada-, incluso, no respondía mis mensajes pero los leía.

— Hola, ¿no deberías estar en clases? —pregunté tomando mi botella de agua para beber aquél líquido que mi cuerpo necesitaba después de aquél calentamiento.
No estaba lo suficientemente fría y eso no me gustaba, no me gustaba beberla tibia. Igual ocurre en los restaurantes "elegantes", no me importa sus "a temperatura ambiente", esto no es el polo norte, quiero mi agua fría.

— Se supone que estoy en el baño... —rió y yo lo seguí— ¿por qué no juegas? —preguntó y yo coloqué la botella a mi lado para mirarlo.

— No soy buena... —dije observando a las chicas jugar— Hina es mejor que yo y que todas.

Dejé de jugar al ir a un partido cuando era pequeña, era muy buena, pero aquéllo se arruinó al no ver que el balón venía hacia mi por culpa de la luz del sol que estaba muy fuerte ese día, el balón impactó en mi rostro. Recibí burlas, además de que me causó un desmayo y dejé de jugar.
Aquéllo fue un año después de que Jaemin se fuera, tal vez si hubiera estado conmigo este me hubiera alentado a que siguiera jugando.

— Yo pienso que puedes ser buena como ella... —habló Jeno y lo observé— incluso mejor.
Reí levemente y este sonrió.

Lee Jeno, siempre alentando a las almas en pena.

— No, no lo creo. —dije y escuché a alguien llamarme.

— ¡Vamos Sorim!, ¡Es el descanso!. —me gritó Hina y yo miré asombrada a Jeno quién se levantó rápidamente para correr a su salón. Este volteó a verme y se despidió con su mano antes de salir del gimnasio y yo le devolví la despedida.
Me levanté de mi banca y Hina se acercó.

— ¿Interrumpí algo importante? —dijo esta con una sonrisa traviesa y reí por ello.

— No, no lo hiciste.

— ¡Hey!, ¡Veía como se miraban!, ¡Tenía que ser algo importante!. —me jaló del brazo y yo negué.

Y volvemos con aquél tema de Jaeno.

— En verdad, estás loca... —dije y esta se quejó— Jeno sólo es mi amigo.
Esta rodó sus ojos.

¿Tan difícil era aceptarlo?

°•°

Escuchaba música mientras hacía mi tarea de física. Había olvidado hacerla ayer, así que tenía todo el descanso para hacerla.
Ahora estoy comiendo en casa antes de venir al instituto, para evitar lo de la otra vez.
Mejor prevenir que lamentar.

Alguien tocó mi hombro y me asusté, quité uno de mis audífonos y observé a aquélla persona.

— Hola, Jaemin. —sonreí y seguí haciendo aquéllo.

— ¿La pequeña Sorim no hizo su tarea en casa? —rió y yo lo observé con una sonrisa.

Si, era cierto, había olvidado hacerla, pero -nuevamente- no era mi culpa, era de mamá.

— Si, ¡Ah!, lo siento por dormirme ayer... —dije y este negó— estaba muy cansada.

— No te preocupes, me pareció tierno que te durmieras en mi pecho... —rió levemente y yo sentí un leve calor en mis mejillas— cómo cuando éramos pequeños, ¿Recuerdas Sorim? —le miré y sonreí.

Si, siempre lo hacíamos.
Porque en ese entonces Jaemin era -como- mi hermano, luego lo hice más seguido porque Jaemin me hacía sentir bien, porque me gustaba su cercanía, porque me gustaba -y aún lo hace- Jaemin.

— Si. —dije y seguí con mi tarea.

La verdad no estaba haciendo gran cosa. Pedí la libreta de Hina prestada para hacerla -y ahorrarme tiempo-.

Sentí como este tomó el audifono que estaba libre y lo vi colocarselo en su oído.
Luego empezó a mover su cabeza al compás de del rap de Irene y Yeri en "Red flavor", reí por aquéllo.
Este idiota siempre sabía como  hacerme reír.

Luego de unos minutos había acabado los ejercicios y Jaemin quiso llevarme a la azotea para descansar y escuchar música allí, juntos.
Casi todo el mundo iba allí, claro, era el único lugar donde el viento era más seguido.

Pentagon le daba un buen toque a aquélla mañana con "Violet", mi canción favorita y a Jaemin se notaba que empezaba a gustarle.
Tenía los ojos cerrados y movía sus dedos al compás.
El viento hizo que a al chico se le movieran sus cabellos suavemente, tan suavemente como los movimientos de las olas.
Me había perdido en aquélla hermosa imagen, hasta que al fin desperté al verlo darme una sonrisa radiante mientras me observaba. Esa hermosa sonrisa que antes me hacía suspirar, aquélla que era tan brillante como el sol y me encantaba.

— ¿En qué piensas Sorim? —preguntó este acariciando mi cabello.

Jaemin tenía algo tan asombroso en su ser que hacía que jamás quisieras dejar de mirarlo.

— En ti.

oh nana 。jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora