01.Na Jaemin

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Na Jaemin ha estado presente en mi vida desde que tengo memoria.
A los ocho años mi madre me obligó a hacerme amiga de este, ¿Por qué?, por la simple razón de que sus padres y los míos eran amigos muy cercanos, tanto que ese mismo día Jaemin fue como un segundo hijo para mi madre.
Al principio Jaemin era más que molesto, aunque fuera tres años mayor que yo, tenía la mentalidad de un niño de dos años -o eso pensaba-.

— ¿Jugamos a las muñecas? —propuse, ya que nunca antes había jugado con un niño.
¿Qué clase se juegos se juegan con un niño?
Jaemin me miró frunciendo el entre cejo.

— ¡¿Entonces qué quieres jugar?!. —tiré la muñeca haciendo que esta aterrizara en mi repisa. Esta hizo que varías cosas cayeran.
Jaemin rió por mi acción.

— ¿Piensas que soy una niña? —preguntó con una de sus cejas alzada.

— Bueno, es una pregunta muy difícil. —me hice la pensativa y este abrió sus ojos rápidamente.

Jaemin era muy inocente y comentarios como esos lo hacían ofenderse rápidamente aunque no fueran en serio.

— Jaemin, ven a jugar, no lo decía en serio. —dije deteniéndolo.
Sabía que iba en dirección hacia su madre para decirle que yo le había llamado niña y ese sería un problema. Pero técnicamente no le llamé niña.

Este sonrió al ver mi cara suplicante.

— Vamos, Sorim. —Se alejó de la puerta y me miró con una sonrisa victoriosa.
Había jugado conmigo.
Gruñi.
Le encantaba verme nerviosa.

— Eres un tonto Jaemin.

Jaemin fue como parte de nuestra familia, su madre dejaba que se quedara a dormir, venía todos los fines de semana. Incluso, tenía su propia habitación en casa.
Yo igualmente era bienvenida a su casa, pero rara vez iba, ya que a Jaemin le encantaba venir a la mía.

°•°

A los diez años, Jaemin fue ubicado en mi misma escuela. Incluso, en mi mismo grado, no les importó que Jaemin fuera mayor por tres años.
Eso me hizo pensar en ese momento que trataban de que el estuviera más tiempo conmigo.
Era popular entre las chicas, pero lo prestaba atención a ello.

— Sorim, ¿podrías estar conmigo en el descanso? —preguntó tomando su bolso.

En ese entonces yo tenía mis propias amigas, pero Jaemin era tan insistente que dejé de estar con ellas.

— Claro... —tomé mis cosas— adelántate, iré en seguida.

Jaemin no tenía amigos, su único amigo era Jeno y este sólo estaba con el rara vez, así que no contaba como amigo.

— No, te esperaré. —dijo este sentándose sobre una mesa frente a mi.

Jaemin -además de molesto- siempre era amable y muy tierno.

— ¿Por qué no haces amigos? —pregunté mordiendo mi sándwich.

— Porque después no puedo pasar tiempo contigo Sorim. —sonrió y yo coloqué los ojos en blanco.

Eso era ridículo, no siempre debíamos estar juntos. Siempre estabamos juntos, tanto como en casa, como en la escuela, eso casaba, cada uno debe de tener su espacio.

oh nana 。jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora