¿Conocen a alguien que tiene el mundo bajo sus pies? Yo sí.
Su nombre es Debby Wilson. O Catté Wilson, como le llamo yo.
Es una de las chicas más hermosas que conozco, y tiene, como les decía, el mundo a sus pies. Al menos mi mundo.
Sólo hay un pro...
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-Bienvenida. Te estábamos esperando, señorita...¿Cómo te llamas?
-No soy muy buena en presentaciones.-tragó saliva y observó a su alrededor.-Pero mi nombre es Catté...digo, Debby Wilson.
Un señor, de barba y bigote, estaba sentado sobre un sofá tapizado de rojo . Traía una libreta y un lapicero, unos lentes gruesos y un saco. Observó a la joven con la mueca más neutral del mundo, sin sonrisa ni apretón de manos; sólo un frío gesto de cabeza con el que le indicó que tomase asiento en el sofá frente al suyo.
Debby se sentó, evitando que se notase lo temblorosas que estaban sus manos por el nerviosismo.
-Dígame, señorita...-el hombre apoyó su codo en el reposabrazos.-...¿Qué fue lo que la motivó a aceptar la invitación para acompañarnos hoy?
-Mi mamá dice que me hará bien compartir mi historia.-respondió Debby.-Y cuando se enteró que Quelita quería escribir parte de mi vida, pues, casi se desmaya. Por cierto ¡Hola escritora! Y hola a...Ehmm. Disculpe, señor ¿quiénes son ellos? Me están viendo como si corriera en zig zag ¿sabe? Sus ojos van de un lado a otro.
-Ellos son nuestros lectores.
-¿Lectores? ¡Ah!-Debby se tapó la boca, con sus ojos como platos.-¿E-estoy en una historia de Wattpad?
El señor asintió con la cabeza.
-¡Habérmelo dicho antes! Me hubiera venido más presentable de ser así.
El hombre negó con la cabeza. Tenía el presentimiento que entrevistar a esta muchacha sería más difícil de lo que parecía.
-Bien, a lo que estamos.-dijo el hombre.-Yo seré quien haga las preguntas para que la escritora pueda narrar tu historia, así que necesito que seas lo más sincera posible ¿Está bien?
-Sí.
-Perfecto.-el hombre juntó unas hojas de papel y las ordenó una tras otras sobre su rodilla. Dio un resoplido.-Ahora necesito que me digas tus datos personales ¿De acuerdo?
-De acuerdo- dijo ella
-¿Cuántos años tienes?
-Dieciocho-afirma ella.-No, espere...Si el año pasado cumplí diecisiete y mi cumpleaños este año fue en febrero...Supongo que no tengo dieciséis, por lo tanto, matemáticamente hablando ya no tengo quince años. Como han pasado cuatro días de la celebración de Bluma, y ella es trece días mayor que yo, quiere decir que mi abuela ha pasado lo once. Entonces ¿cuántas galletas se ha comido May?...Sí, tengo dieciocho, ya hice mis cálculos.
El señor del bigote abrió los ojos como si fueran a salirse de sus cuencas. Volteó a ver al equipo de sonido que estaba detrás de él. "¿En serio esta es la chica de la que Quelita quiere escribir un libro? ¿No será otra?" Dijo en un susurro. Los de sonido se encogieron de hombros mientras asentían con la cabeza.
-Vaya-suspiró el hombre, volviendo a acomodarse en el sofá, observando a la chica, que en esos momentos estaba jugando a subir y bajar el respaldar del sillón apretando un botón en el reposabrazos.-Bien, ¿Tengo su atención, señorita?
-¿Disculpe? Ah, sí, por supuesto.-respondió ella, soltó el botón y de repente el respaldar se vino hacia adelante y golpeó su cabeza. Debby sobó su nunca con una mueca de dolor.-Que sillón más rebelde...-murmuró entre dientes-Ah, pero si pasará unas semanas a cargo de tía Polly, se compondría de una sola...
-Bien, si Quelita quiere escribir de ti es por que tienes algo importante que contar...-murmuró el señor, para sí mismo-...Así que, dime ¿Consideras que tienes alguna fortaleza? ¿Algo que sientas positivo en ti?-Aunque esta pregunta era vital para el relato, en ese momento al hombre le dio un sabor de imposibilidad.
-¿Fortaleza?-respondio Debby-Pues, soy buena escuchando a los demás y...La gente dice que soy tierna ¿Eso cuenta?
-Yo creo que sí, aunque no estaría muy de acuerdo con esa última...
-¿Disculpe?
-Nada-sonrió falsamente el entrevistador.-¿Y hay alguna debilidad?
-Soy muy distraída, en serio yo...¡Ay mira! ¿Qué flores son estas? ¿Son orquídeas? Seguro que sí, yo recuerdo que...
-Ejem.-carraspeó el señor, provocando que la joven soltase las flores y se acomodara nuevamente en el sofá.-Bien, Debby ¿De dónde vienes?
-¿De dónde vengo? Pues...de un pequeño país en...¿Sabes? Ésta es la parte en la que te pones cómodo, pues es con esta respuesta que empieza mi historia.-Debby tronó sus dedos y estiró sus brazos, para luego colocar las manos debajo de su nuca.
-Vaya.-el hombre del bigote sonrió, sujetó su libreta y observó a la joven.-Empieza entonces.
-Está bien-ella dio un suspiro.-Por cierto ¿Qué es esto? ¿Algún tipo de The Late Show? ¡Mira las paredes blancas, la alfombra azul...e incluso hay todo un equipo de sonido y camarógrafos! Vaya, y yo creí que jamás sería famosa.
-Niña, digo la verdad cuando te digo que no estás aquí porque eres famosa ¿Está bien?-respondió el señor, tamborileando sus dedos sobre su libreta-Ahora, mientras más rápido empieces, más rápido terminaremos.
-Está bien. Empezaré por el mero principio, cuando lo vi por primera vez.-dijo Debby, apoyando su cabeza en su mano.-pero no negaré que esto es una especie de The Ellen Show y esas cosas. ¿Cómo se llama éste? ¿The Quelita Show? Aunque quedaría genial con...
-Espera ¿A qué te refieres con Lo viste? ¿Viste a quién?
Una sonrisa surcó por los labios de la muchacha.
-Oh, tú sólo escucha.
Y fue en ese preciso momento, donde la mente de Catté divagó por aquel nítido recuerdo, aquel que cambió su vida...para siempre.
N/A: ¡Hola! ¿Qué les pareció el capítulo? La verdad me costó un poquito escribirlo, pues no sabía cómo introducir a Catté de una manera, ya saben, elegante, pero creo que ella lo hizo sola xD Así que, aquí tienen a Catté y el misterioso señor del bigote. La verdad es un dúo que no me esperaba pudieran sobrevivir hasta el final del capítulo...¡Ya! Señor entrevistador, no diga que no estoy contenta con su trabajo, es que usted es algo impaciente...digo, serio con Catté. ¡Muy bien! Con esa carita lo quería ver.
Y pues, tal vez algunos se estén preguntando qué sucedió con el par de enamorados del anterior capítulo. Más adelante estaremos viendo ese asuntito....¡Nos vemos en el siguiente capítulo! Nos esperan muchas sorpresas y también...¡Ah! Catté, espérame, estoy escribiendo la nota de...¿Que quieres helado? Está en la nevera. ¡Pero...no! ¡No! ¡Eso no es helado!