Es curioso.
(Y no, no hablo de Jorge el curioso) Hablo de que es curioso lo mucho que un amanecer puede significar, los muchos sentimientos que causa.
Esa mañana yo lo veía desde el jardín de la casa de Tina (que es donde estaba viviendo ese entonces) estaba de ida al cuarto del fondo donde está la lavadora, pues ese día me tocó a mí llevar la ropa sucia a lavar. El cuarto es más como un depósito ¿sabes? Está tan desordenado como el desván de la tía Bertha. Aunque no conoces el suyo, es...horrible. Como entrar a una casa del terror versión miniatura.
—Vaya, esto es hermoso—murmuré. Hice sombra a mis ojos con mis manos, fingiendo que eran dos binoculares.
¿Sabes qué es eso? ¿Binoculares? Pues son dos piecitas de...Ah ¿dices que tú los inventaste? ¡Ah! ¡Con razón! Seguro que los necesitas mucho, porque tus ojos son tan pequeños, ya me imagino cuán difícil debe ser para ti ver a lo lejos...¿Disculpa? ¿Que no hablabas en serio? Ah bueno...pues, no es que tus ojos sean diminutos, sólo digo que son más chiquitos que los míos...
¡Ay! No se enoje Eso Es Confidencial. Ya continúo, ya continúo.
El sol pintaba con sus rayos todo lo que había estado opaco y oscuro durante la noche. Sentí cómo calentó mi rostro, y esbocé una sonrisa. Del país que vengo, no hay momentos como esos.
Me dispuse a continuar mi camino, sin dejar de contemplar las nubes hechas arreboles dorados y las bandadas de aves cruzando en una formación perfecta, o lo árboles se despertaban en colores brillantes, junto con los trazos pintados de tonos rosas y azules del cielo, creando todos en conjunto un bellísimo espectáculo.
—Bonito amanecer ¿Eh?—dijo una voz detrás mío.
Volteé con el corazón en la boca. Bien sabía de quién se trataba.
Levanté la vista. Ryan Williams estaba sentado sobre el tejado de la casa, sus pies se mecían en el aire, y observaba el cielo como si no fuera sorprendente lo que estaba haciendo. Traía una sonrisa amplia y en sus manos, un pedazo de papel.
Es divertido ver esa clase de cosas en las películas. Pero...para mí no lo fue. Pegué un grito al cielo y solté toda la ropa que tenía que llevar a lavar.
—¡Por mi abuela!—exclamé.
—Tu abuela no tuvo nada que ver con esto, linda.—dice mientras voltea a mirarme y se le escapa una risa.
—¿Qué te crees ahora? ¿El hombre araña?—recogí cada prenda que había caído, en un intento de no ver los ojos de ese muchacho loco.
—Tu tejado está muy cerca del mío. Es divertido si intentas subirte al techo y andar algunas veces...Es que ¿Nunca lo has intentado?
—Nunca—aparté un mechón de cabello que rondaba por mi rostro.
—Pues deberías—rió él.
—No gracias. Y baja ya de ahí, me pone nerviosa—una vez con el montón de ropa en mis manos, lo observé, esperando una respuesta.
—¿Te pone nerviosa que me llegue a caer?—dijo sin perder la compostura. Como si supiera lo que le iba a responder.
—No. Me pone nerviosa que rompas las tejas ¡A mi prima no le gustaría eso para nada! Tal vez me echaría de casa y...
—Te vendrías conmigo, no vivo muy lejos de aquí.
—¡Ay! Por mi abuela...eso quiere decir que ¿vives en mi misma calle?
—Pues, algo así. Mi casa está al lado de la casa que está al lado de la tuya.—sonrió, como si su trabalenguas causara gracia.
—Es horrible—murmuré. Nunca había tenido un vecino que me cayera tan mal. Allá de donde vengo, todos mis amigos vivíamos en la misma zona. Y con los que no me llevaba bien, estaban a horas y horas de lejos.
—Creí que no estabas despierta, por eso me pasé por aquí un momento—ignoró mi comentario mientras doblaba el papel entre sus dedos.—Pero ya que estás aquí, ten.
Me extendió el pedazo de hoja con su sonrisa traviesa.
—Ten—repitió, agitando su mano.
—Eleven—solté una risa y tomé el papel.—Espera...¿Cómo se que no tiene veneno o algo que me desmaye al abrirlo?
—No te aseguro nada—me guiñó un ojo y se marchó por los tejados. Hasta que desapareció en alguna casa.
Yo me quedé allí, de pie sobre la grama, con la nota en la mano y mi mente divagando para encontrar una razón lógica por la que Ryan andaba en tejados y porqué quisiera entregarme una nota. Aparte que comencé a considerar la opción de pedirle a Tina que nos mudemos.
—¡Ahí estás Debby!—dice Tina, saliendo del interior de la casa. Tenía las llaves de la moto en la mano y unas gafas de sol en la cabeza.—¿Qué haces? Tenemos que irnos, se está haciendo tarde para que te lleve a la escuela.
—Dame un minuto—le dije, guardando la nota en el bolsillo de mi pantalón.—Iré a lavarme los dientes...y a dejar la ropa a lavar.
Tina accedió. Y después que finalmente la lavadora estaba haciendo su trabajo, cepillé mis dientes mientras leía la nota que Ryan me había dado. Pues no tenía nada más que leer.
Esta decía algo así:
Hey, hey, Catté!
No leas lo que sigue, por favor.¿Porqué lo hiciste? Ah...eso prueba que tienes curiosidad por lo que te escribo. Quiere decir que...te interesa lo que te digo.
Aunque eso todo el mundo lo sabe.En fin. ¿Ya has visto las nubes? Muy bonitas ¿no? De casualidad ¿Crees que son las mismas de ayer?
Si me dices que sí...me temo que te aplazo en biología.
¡Ay no! No arrugues la carta, iré al grano, más rápido que tú cuando le derramas el café de la señorita Vázquez en su camisa.
Es broma, es broma. No te enojes.
¡Uf! Por un instante creí que no ibas a seguir leyendo.
Voy a continuar.
Las nubes nunca son las mismas de ayer. Los ríos, el mar, e incluso el agua que tiramos al suelo desprende vapor. Tú sabes, sube al cielo y forman las nubes.
Siempre hay vapores nuevos, Catté. Cada día trae un vapor nuevo. Cada hoy no es como el ayer.
Cada día es diferente al anterior.No vivas siempre pensando en las nubes de ayer, en los vapores que había ayer, en todas aquellas situaciones que parecieron malas. Vive lo que cada día trae, lo que cada vapor nuevo te ofrece y disfruta tu vida, como si fuera el último día que respires.
Atte: Anónimo. No pienses que fue Ryan.
N/A: Primer nota de Ryan❤ ¿Que les pareció? ¿Qué creen que diga Catté al respecto? Según yo, ella va a reaccionar...Ay, Catté está bien, sé que te corresponde a ti contar esa parte pero sólo quería hacer un adelanto...Bien, nos vemos en el siguiente capítulo❤ dónde descubriremos cosas muy curiosas y...¡Ya! No diré mas, dejaré que tú cuentes lo que sigue...
¡Nos vemos el siguiente lunes!🙈
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Mientras Te Cepillas Los Dientes
De Todo¿Conocen a alguien que tiene el mundo bajo sus pies? Yo sí. Su nombre es Debby Wilson. O Catté Wilson, como le llamo yo. Es una de las chicas más hermosas que conozco, y tiene, como les decía, el mundo a sus pies. Al menos mi mundo. Sólo hay un pro...