—Esto debe ser un sueño.—Cerré los ojos y conté hasta tres.—Es solamente un mal sueño, pronto despertarás y estarás descansando en el sofá. Veamos.—Abrí nuevamente los ojos y me encontré, con decepción, contra aquellas puertas cerradas; perfectamente cerradas.
Me volteé para analizar mi alrededor, debía haber algo por allí que las abriese. No lo sé, tal vez un clip. Hey, no me juzgues, sé que tú también has visto películas donde abren las cosas usando un clip del tamaño de un meñique; yo quería comprobarlo. Detuve mi análisis para observar a un Ryan, bien tranquilo, apoyado en un muro, jugueteando con unas llaves.
—Ryan.—Dije, fingí un tono de mamá molesta para que se diese cuenta de lo que hacía.
—¿Sí?—Levantó la cabeza, mirándome, como si regresara de algún viaje en su mente.
—¿Qué tienes en las manos?—Le pregunté, irónica, cruzándome de brazos.
Señaló las llaves en una expresión confundida.
—Ehhm ¿Llaves? Supongo...
—¡Perfecto! Ahora, tengo una idea con esas llaves...—Respiré hondo para exagerar lo que diría después—¡Usémoslas para abrir las puertas! Casi me da un infarto y tú bien tranquilo jugando con las llaves que podrían sacarnos de aquí.
—Por más que quisiera no podría abrir esas puertas, linda. Estas llaves son de los cursos.
Abrí los ojos como platos, ahora sí estábamos perdidos.
—Ay no—Me cubrí el rostro con ambas manos.—No, no, no...Debe haber alguna manera para poder salir...Tal vez...¡Las ventanas!
Corrí hacia las escaleras, con desespero. Por el contrario, Ryan continuó apoyado en aquel muro.
—¿No vienes?—Le pregunté.
—Creo que todavía no.—Respondió, para luego colocar las manos en sus bolsillos de nuevo y mirar hacia la nada.
—Como quieras.
Sí, Jonny, también me pareció extraño que contestara tal cosa. Pero no me detuve a preguntar porqué, tenía que salir de allí lo antes posible; quería empezar cuanto antes los diseños de los vestidos y ¡Mi clase de español! Me la iba a perder, y como bonus extra, Tina me daría otro castigo.
Subí las escaleras, y abrí la primera puerta que me encontré. Estaba cerrada. Intenté con la siguiente y no abrió, y así, todas las aulas estaban cerradas.
—¡Ryan! Parece que tendremos que usar las ventanas de las oficinas de los o algo así, las aulas no abren...—Dije mientras bajaba los escalones, intentaría con la puerta de la secretaría. (Algo arriesgado, lo sé, pero en esos momentos estaba desesperada).
—Perderías el tiempo linda, también están cerradas.
—¿Y de cómo sabes eso? ¡Ah! Tú...—Fruncí el ceño, y caminé hasta Williams, sintiendo que pronto me daría algún tic en el ojo por el estrés que sentía en esos momentos.—¡Tú las cerraste!
ESTÁS LEYENDO
Mientras Te Cepillas Los Dientes
Random¿Conocen a alguien que tiene el mundo bajo sus pies? Yo sí. Su nombre es Debby Wilson. O Catté Wilson, como le llamo yo. Es una de las chicas más hermosas que conozco, y tiene, como les decía, el mundo a sus pies. Al menos mi mundo. Sólo hay un pro...