¿Conocen a alguien que tiene el mundo bajo sus pies? Yo sí.
Su nombre es Debby Wilson. O Catté Wilson, como le llamo yo.
Es una de las chicas más hermosas que conozco, y tiene, como les decía, el mundo a sus pies. Al menos mi mundo.
Sólo hay un pro...
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—Vaya...—El señor del bigote se acarició el cabello, algo aturdido.—...Sí que eres cruel.
—¿Porqué lo dices?—preguntó Catté con cierto aire incómodo. La verdad, eran muy raras las veces que alguien la llamaba así.
—Besaste al muchacho y luego volviste a ignorarlo. Si eso no es crueldad, entonces dime qué es.— Jonny lanzó una pipoca a su boca y negó con la cabeza.
—Es que...¡No sé que me pasó! ¿Okay?—Debby agitó los brazos en el aire y los cruzó después. —Primero estaba yo ahí, tranquila intentando no morirme de los miedos hasta que llega Ryan, dándome un mensaje tan lindo, viendose tan guapo, que...No te miento, sí sentí algo por él. Sólo que no quise admitirlo, es todo—La joven soltó un suspiro, recostándose en el respaldar del asiento. —Ah...Tenía que alejarme de él y fingir que no sentía nada para poder volver a la normalidad.
—Pero...¿Qué tenía de malo el estar enamorada de Ryan?
—No lo sé...Es que...Es raro...—La chica se apoyó sobre la palma de su mano. Tomó agua del vaso que estaba sobre la mesa y carraspeó.—Creo que involucraba un cambio muy grande en mi rutina y yo...No quería cambiar nada.
—Si tú lo dices...Aunque a veces hay que estar dispuestos a hacer cambios, a veces son buenos. —Jonny soltó un bostezo. Si somos sinceros, le interesó más cuando Catté y Tina encontraron aquella fotografía de Robbin y Ryan que el resto de la historia.—¿Te molestaría dar un poco más de detalle acerca de tu relación con Robbin?
—Claro.—Catté sonrió. Si E2C quería escucharla hablar era un milagro.—Verás, al principio nunca llegamos a salir formalmente ni nada, pero yo sabía que le gustaba. Digo, ¿Quién no se hubiera dado cuenta?
—¿En serio?—Jonny empezó a observar una hoja del periódico.
—Sí. Y él, pues, me parecía lindo.
—Qué interesante.
—Los recesos con él eran los más divertidos, debías habernos visto: Robbin luciendo guapo, contándome algo muy interesante, pero yo mirándolo como cuando tú ves a una pizza recién horneada, y a Mark analizando cada movimiento debajo de sus redondos lentes.
—¡Increíble!
—Supongo que sí...y hablando de suposiciones, ¿Recuerdas las respuestas de Ryan? ¿Como cuando le pregunté de cómo sabía mi nombre y respondió: hay cosas que sólo se suponen?
—¡Por supuesto!—el hombre ahora se ponía a comparar un cartón que tenía en la mano con el periódico.
—Bien, pues resulta que él nunca supuso nada del todo...
—¡Lo sabía!
—¡Yo también! Espera ¿Qué?
—¡No lo puedo creer!—E2C se puso de pie de un salto, sin despegar la vista del pedazo de papel.
—Bueno, yo ya me lo esperaba...
—¡Gané la lotería!
—¿De qué hablas?
—¡El número ganador es el mío! ¡Increíble!—EEC arrojó el periódico al aire. Si ves a un presentador de un programa de televisión cualquiera saltando y corriendo por todo el salón, es algo no muy sorprendente. Pero ver a un presentador como Jonny haciendo eso, es...es....¡Alguien grabe esto!
—Y ya me parecía raro que se interese por lo que digo—Catté soltó una carcajada.—En fin, Quelita...no creo que Eso Es Confidencial esté con ganas de trabajar hoy...¿Qué hago con el resto de la historia? ¡Ahh! Te la cuento a ti, por supuesto...¡Pff! Ya lo sabía. Digo, ¿Quién no sabe eso? ¡Ah! Ya empiezo...no me presiones...¿Estabas...estabas bromeando? Lo siento, ¿que le diga a Eso Es Confidencial que se siente? ¡Jonny! Ya la oíste, ¡Sentado! Ah...así se hace, muy bien. ¡Ay! No me grites. Ya sé que no eres un perrito. Es sólo que...Ah, tú no entiendes. Ya, sentado y escucha.
