¿Conocen a alguien que tiene el mundo bajo sus pies? Yo sí.
Su nombre es Debby Wilson. O Catté Wilson, como le llamo yo.
Es una de las chicas más hermosas que conozco, y tiene, como les decía, el mundo a sus pies. Al menos mi mundo.
Sólo hay un pro...
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—¿Eso es todo?
El señor del bigote, alias Jonny, preguntó aquello mientras dejaba su montón de papeles sobre la mesa. Se lo notaba confundido, pero a la vez curioso. Yo estaba igual.
Catté dio el último sorbo de su vaso de agua mientras que se lo ponía en el ojo, jugando que era un telescopio.
—Pues sí.—Contestó encogiéndose de hombros.—Oye este vaso sí funciona...Hasta parece que puedo ver lo que hay afuera ¡Mira! ¡Esa casa se parece a donde yo vivía! ¡Hola mamá! Nah, sólo estoy jugando, no es tan potente...Aunque sí puedo ver los edificios.
—Eso es porque estás mirando hacia la ventana, Catté.—Jonny se cruzó de brazos.—Pero volviendo al tema...¿Quieres decir que te enamoraste de Robbin siendo que lo habías conocido hace poco?
—Es que...No lo sé, era joven e ingenua.
—Sólo han pasado dos años de eso.
—Le quitas el dramatismo a todo, Jonny.
—Bien ¿Y qué pasó?
—¿Pasar con qué?
—Entre Robbin y tú.
—Oh...—Catté soltó un carraspeo, dejó el vaso sobre la mesa y frunció el ceño. Comenzó a mirar a su alrededor, poniéndose la mano en el mentón, pensativa.—...Creí...¿Que eso no te lo acabo de contar?
—No puede ser.—E2C dio un manotazo sobre el reposabrazos del sofá donde estaba sentado.—Eres imposible.
—Eso no puede ser correcto. Si fuera imposible, entonces no existiría...Pero existo, por lo que prueba que yo...
EEC abrió sus ojos como platos, incrédulo. Respiró hondo unas dos o tres veces, intentando calmarse.
—Si no he renunciado todavía es porque he firmado un contrato.—Murmuró, rechinando los dientes, aguantando las ganas de salir por la puerta y no volver.
—Y porque quieres saber el resto de la historia.—Catté lo miraba con una sonrisa triunfal, pestañeando rápido y con las manos en sus faldas. Jonny levantó su vista hasta ella, parecía que esa frase había sido la gota que derramó el vaso.—Admítelo, quieres saber qué es lo que pasó el día siguiente que Robbin y yo subiésemos a ese edificio.
Jonny sólo tamborileó sus dedos sobre su rodilla mientras miraba con desconfianza hacia la joven.
—Niña, es mi trabajo. Nada más.
—Quisiera creerte, pero no puedo.
—Yo en ningún momento dije que me gustara tu hist-...
—¿Qué dices Jonny? ¿Que quieres que te cuente lo que pasó el día siguiente en la escuela?
—Pero si ni siquiera...
—Con gusto te contaré, vamos haz una de tus preguntas, te espero.
—Bien...—E2C soltó aire con impaciencia.—...¿Qué pasó en la escuela con Robbin?
