¿Conocen a alguien que tiene el mundo bajo sus pies? Yo sí.
Su nombre es Debby Wilson. O Catté Wilson, como le llamo yo.
Es una de las chicas más hermosas que conozco, y tiene, como les decía, el mundo a sus pies. Al menos mi mundo.
Sólo hay un pro...
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Ryan me observaba. Una luz nos alumbraba sólo a los dos. El público se acomodó en sus asientos y por un instante, pude sentir que sacaron sus palomitas y se pusieron sus gafas de 3D.
—¿Qué rayos haces?—pregunté en un susurro, intentando fulminar a Williams con la mirada.
—Sal de esta—me ordenó con una mirada desafiante. Quise mirarlo confundida y preguntar: ¿Qué quieres decir? Pero sabía que eso acabaría con la poca dignidad que me quedaba. Así que anoten, cuando estás en una discusión y no entiendes alguna palabra o frase que diga tu contrincante, finje que lo haces.
No me pregunten por qué.
—No puedo—dije tapando el micrófono. Aún sin saber si eso coordinaba con lo que el dijo.
—Sé que sí, tu solo sal de esta, arréglalo.—me guiñó un ojo y volvió a tocar su guitarra al ritmo de la bachata.
—...Alguien como tú, ¿loco por mí?—tal vez eso de guitarras y tamboras no sean lo mío, pero ¡vaya! Nunca me había escuchado cantar asi antes.
Ryan me dedica una sonrisa y rasgueó su guitarra como todo un profesional.
—Cuando mires las estrellas, y el cielo azul se refleje en tus ojos...—continúa dandole un toque de bailoteos.—...Sabrás que te quiero.
Un ruidoso "Oww" se escapa de la gente. Agarré el microfono, y di un paso hacia el castaño, cantando lo primero que se me venía a la cabeza.
—...Y cuando escuche la lluvia en mi ventana sonar...
—Sabrás que me derrito, si tú cerca estás...—él se acerca a mí, sólo unos cuantos metros me libran de tenerlo en frente. Cambió a otra nota, fijando sus ojos justo en los míos.—Te llevaré una rosa, te escribiré canciones, aunque ninguna de ellas, lograrán expresarte, todo lo que siento por ti.
—Si tú conmigo estás...—doy otro paso, acortando la distancia que queda entre ambos.—...No harán falta las rosas, o las canciones con letras preciosas, solo con saber que me quieres, para mí, es suficiente.
El público da una ovacion, lanzando suspiros. Ryan sólo me observaba, sus ojos estaban abiertos como platos, y poco faltaba para que su mandíbula tocase el suelo. Un ligero "wow" se escapó de sus labios; para luego sacudir su cabeza y cambiar de nota otra vez.
—Cuando escuches al viento, susurrar a tu oído...—mueve sus dedos y toca con rapidez—...caminaré hasta ti, a tus ojos miraré; querida señorita ¿Esta pieza con usted me concedería?
Estabamos a dos pasos de quedar lo suficientemente cerca como para que escuchase lo agitado de mi respiración.
Di una vuelta en mi lugar, para luego continuar.
—Llévame a bailar a luna, llévame a conocer las estrellas—canté. Entonces el rasgueó unas notas, indicando que llegaba el final.
Él empezó a cantar.
Y eso, y una guitarra fue lo único que sonaba en aquel salón gigante.
—Entonces te veré a los ojos, y bajo la lluvia contigo danzaré. Al ritmo de las hojas y la brisa, del frío y su esplendor, de los charcos y el chapotear de tus pies, sabré que en mi corazón siempre te llevaré...
—...Y cuando tú te marches, esperaré, a estar a tu lado, otra vez.—Continué, casi en un susurro.
Hizo algunos punteos en aquella guitarra y terminó la melodía.
Las luces hacían un círculo en nosotros, nos habíamos quedado más cerca de lo que a mí me hubiese gustado.
La concurrencia se puso de pie, y lanzando vítores y rosas, se limpiaban las lágrimas que caían por el rabillo del ojo.
Pero, por un instante, nada de eso importó, me perdí en aquella mirada del muchacho que tenía en frente.
—Gracias...—susurré.—...¿Sabes? Me has enseñado algo, aún sin darme la nota del día.
—Pero, si ya te la di, Catté, no te la escribí pero, bueno, quería hacer algo distinto.—sonrió.—Las cosas no siempre tomarán el curso que crees, algunas veces creerás que es imposible salir de esa situación terrible...Y cuándo eso suceda, acuérdate que puedes sacar tu guitarra y convertir ese mal momento en una bonita canción...Lamento si te incomodé, sólo que...Estaba inspirado.—Me dedicó una sonrisa mientras se encogía de hombros.
Con sus ojos aún en los míos, sujeté su mano en la mía, y le sonreí también.
Sentía su respiración rozando mi piel, y yo estaba ahí, perdida en sus ojos mieles. Tan sinceros, tan tiernos, tan...enamorados.
Mi corazón latió con fuerza al darme cuenta que estaba frente a él, de repente sentí que todo el alrededor desapareció, que sólo éramos él y yo, lo demás era sólo un ruido lejano.
—Ryan yo...—intenté hablar, pero me quedé sin palabras. Nunca, hasta ese entonces, había notado lo bonito que era estar a su lado, lo cómoda que me sentía. Ante su mirada llena de amor y comprensión, siempre queriendo lo mejor para mí, brindándome ayuda incondicional...lo único que pude hacer fue articular una simple palabra. —Perdóname.
—¿Por qué?—preguntó, sonriendo confundido.
Por ignorar tus propuestas de salir algún día, por tratarte como si no fueras nada para mí. Por no tratarte como la persona maravillosa que eres, por no saber apreciarte...Por fingir que no me gustan tus cartas, siendo que he aprendido tanto de ellas, yo...Pensé
Aquella sonrisa bastó para darme cuenta, lo mucho que, sin pensarlo, Ryan me gustaba. Y en vez de todo lo que quería decir, lo único que pude articular fue:
—Por lo que voy a hacer
Y, aún en contra de todos mis sentidos, de mí misma y todo lo que había construído en mi cabeza, me puse de puntitas para plantar un beso en sus labios.
Me aparté de él más rápido de lo que me hubiese imaginado. Y en medio de aquel bullicio, vi sus ojos más abiertos que antes, exigiendo una explicación, esbozando una sonrisa; solté su mano con delicadeza, e hice lo que sólo Catté Wilson haría en una situación como ésta: salí corriendo.
N/A: Sentimientos encontrados😱 Alguien parece que está enamorada... ¿O tal vez no?
Yo fui Quelita, reportándome con un nuevo capítulo❤ (que por cierto, fue algo corto pero, espero que les haya gustado🙈)
