Capítulo 27

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—No creí que pasaría esto.—Dice Catté, tomando un largo trago de agua.—Me pasé ¿cierto? Seguro hablé como mil palabras...

—Más de dos mil, Catté.—La seriedad de Jonny no pudo hacerse esperar, pasó la hoja de un periódico y observó a la joven.

—¡¿Qué?!—La muchacha abrió sus ojos como platos.—Y ni siquiera terminé de narrar...hablé tanto...demasiado...¡Tanto que Quelita tuvo que hacer una segunda parte para que...! ¿Para qué lo hizo?

—Porque el capítulo hubiera sido muy largo.—Jonny soltó un bostezo-Ya, continúa con tu relato...antes que sea yo el que te corte y haga una tercera parte.

—No lo harías...no puedes. Sólo Quelita ¿cierto, escritorita? ¡Ay! Bien, bien...¿en dónde me quedé?—Catté deja el vaso de agua sobre la mesa y suelta un suspiro.—¡Ah! Sí. En la parte cuando Ryan estaba sentado al lado mío.

—Espera—E2C hace un esfuerzo y apoya sus codos en sus rodillas, mira a Catté algo confundido.—¿Quieres decir que el hombre que encontraste en la plaza, era Ryan Williams?

—Sí. Ahora escucha:

《—Creí que a esta hora tendrías clases de español .—Me dijo sin siquiera mirarme. Casi no lo reconocí.

Después que le dije que había creído librarme de él, hice el ademán de pararme e irme lejos. Luego recordé que debía estar cerca del aeropuerto para no llegar tarde y permanecí sentada.

—¿Es que no puedo estar en un lugar donde tú no estés?—Le pregunté. Él bajó el periódico y dejó ver su rostro. Sus ojos verdes con aquel saco marrón hacían un juego perfecto.

—Es simple destino, linda.—Sonrió. Me miraba, esperando una respuesta. Y aunque planeaba quedarme en silencio, no pude evitar responderle.

—Para...para tu información, estaba trabajando.—Me crucé de brazos, y lo miré desafiante.

—Lo sé.—Rió.—Tú no tienes mucho tiempo libre como para citas. Seguramente lo de Calderón era una reunión de negocios.

—No te burles, sí era una reunión laboral.—Para mí sí lo era pensé para mis adentros.

—Te creo, Catté. No estoy haciendo burla de nada.—Dijo. Supe que decía la verdad, pues, para que sepas, la honestidad es una cualidad característica de Williams.

—Bien.—Dije, revisando mi reloj de pulsera. Tina no llegaba.

Me quedé cruzada de brazos, observando a la nada. Pensaba en Robbin, esa sensación que me causaba el sólo hecho de tocar su mano...

—¿Qué crees que haces?—Salté en mi asiento, espantada. Ryan retiró su brazo que había puesto alrededor de mis hombros.

—Creí que tendrías frío.—Soltó una carcajada que hizo eco en toda la calle.—Catté linda, entonces...supongo que no tendrás tiempo este fin de semana para salir conmigo ¿cierto?

—Ni mañana ni jamás.—Rodé los ojos. Para luego recargarme en el respaldar del banco.

—¿Ni aunque sea para trabajo?—Preguntó. Lo miré ofreciendo el ceño, ahí iba de nuevo, burlándose de mi reunión con Robbin. Él rió.—Lo siento, ya...esta vez en serio. ¿Ni siquiera un día festivo?

—Los días festivos son los más llenos de trabajo.

—En eso tienes toda la razón.—Dijo poniendo las manos en su bolsillo. Sacó un papel y empieza a juguetear con él.—¿No te parece gracioso?

Mientras Te Cepillas Los DientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora