Me encontraba sentada en las bancas de la plaza, respirando aquel aire a sol y hojas secas. Pasé la página del libro que tenía entre mis dedos, a cada página, se volvía más interesante.
Estaba cansada, con el uniforme de la escuela, ya que directamente del castigo de limpiar el colegio me había ido hasta allí. Y no, gracias a Dios, no volví a quedarme encerrada.
—Con que aquí estás.—Robbin me sonrió y se sentó al lado mío.-Perdón por la demora.
Si le llamas demora a "media hora después de lo acordado"... Pensé en decirle.
—Lo lamento, estaba en otros asuntos.—Se metió un caramelo a la boca y se quedó mirando la carretera.
—No hay problema...
—Bien.—Se acomodó la chaqueta.-Estaba pensando que vayamos a una heladería por aquí cerca ¿Cuál prefieres?
Me señaló una cantidad de heladerías que sonaban genial, pero, ya que yo nunca iba a decidirme, terminé por preguntarle cuál prefería él.
Mencionó una que no quedaba muy lejos y emprendimos la caminata.
—Ehmm...—Dije al percatarme que él no tenía intenciones de iniciar una conversación—..Linda tarde ¿no?
—He visto mejores.—Resopló, su mirada era distante. ¿Qué tendría? ¿Mucho calor? Pues su chaqueta parecía ser...algo gruesa.
—¿Todo bien?—Pregunté, mientras me llevaba un mechón de pelo tras la oreja.
—No...—Afirmó—...Este abrigo no me deja tranquilo.—Sonrió mientras se lo quitaba.—Bien, es aquí.
El sitio tenía adornos tradicionales, algunas que otras banderitas nacionales. Era un lugar muy agradable.
Y al entrar fue aún mejor, los helados eran geniales y más que nada, aquella diminuta mesa con su sombrilla y sus servilletas de colores en la que nos sentamos.
—¿A que te encanta?—Preguntó Calderón con superioridad. Asentí una y otra vez. Estaba sentado frente a mí, batía con su bombilla el zumo que se había pedido.—Prefiero este lugar mil veces, uno se siente a gusto aquí.
—Sí...—Enterré otra cucharada en el vaso de helado, y me lo metí a la boca.—Bueno, ¿Qué era lo que tenías que decirme?
Sé que no fue la mejor pregunta del mundo, fui demasiado directa y créeme que por mí hubiera solamente quedándome viéndolo por toda la tarde, pero tenía que hablar de ese tema...Mis clases de español empezarían en la tarde y además que estando sola con Robbin me ponía algo incómoda. Ay, Jonny, como si a ti nunca te hubiera gustado alguien, solo imagínate, está esa persona, frente a ti, mirándote y escudriñando tus movimientos con esos ojos que...Creo que ya entendiste la idea. Y...Pero qué dices, no era porque estaba asustada, bueno, tal vez sí, pero nomás tantito...Ah, ya, sí, estaba asustada, muy asustada. Por los rumores que Mark decía de él, tenía la impresión que en cualquier momento Robbin me diría que en realidad su nombre no era Robbin, sino que era un agente secreto de una sociedad malvada y yo era su rehén...O tal vez sería como Darth Vader, y me pediría que me una al lado oscuro con él, entonces yo le diría: "No puedo, tú mataste a mi padre", y él me diría: "No, yo soy tu padre." Entonces yo gritaría: "¡Noo!" Así bien exagerado...Pero espera, no tendría sentido que él fuese mi padre, tenía mi misma edad, entonces...¡Ah! ¡Venía del futuro!
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Mientras Te Cepillas Los Dientes
Rastgele¿Conocen a alguien que tiene el mundo bajo sus pies? Yo sí. Su nombre es Debby Wilson. O Catté Wilson, como le llamo yo. Es una de las chicas más hermosas que conozco, y tiene, como les decía, el mundo a sus pies. Al menos mi mundo. Sólo hay un pro...