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—Entonces

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—Entonces...¿Admites que alguna vez estuviste enamorada de Ryan?—el señor del bigote se pasó la mano por el cabello y observó fijamente a la chica.

—Puedo decir que sí, pero cuando me topé con Robbin...

—¿Robbin?—el señor, al que llamaremos E2C o Jonny en algunas ocasiones, sacó su libreta de bolsillo y una lapicera. ¿Alguien interponiéndose en el amor de dos personas? Eso sin duda lo anotaría.

—Sí, el chico con el que me tropecé. —Catté subió ambos pies al sofá para estar más cómoda. Hablar de Robbin tomaría tiempo.—Ponte cómodo, déjame explicarte mejor que pasó después:

«La mirada de aquel muchacho era tan profunda, que sentía que podía perderme en ella.

—Fue...fue mi culpa—tomé un mechón de mi cabello y comencé a hacer rulitos con él

—No te preocupes, yo debí fijarme.—dijo mientras se ponía las manos en los bolsillos y sonreía. No te miento, lucía muy guapo, en especial con su cabello rubio despeinado y sus ojos azules mirándome. Créeme cuando te digo que mi mano temblaba como loca de mis nervios por hablar con un chico tan simpático como él.

¿Qué dices? Oh sí, mi mano tiembla seguido, generalmente puedo controlarla, pero parece que tiene vida propia cuando estoy nerviosa. ¿Quieres ver? Mira, cuando la muevo hasta la misma altura de mi muñeca...¡Ves! ¡Está temblando! Pero cuando la bajo...Ya se calma. Y eso que ahora no estoy nerviosa. ¿Qué? Ah, no sé porqué tiembla. Pero a veces me gustaría presentarme en un show de talentos y enseñarles mi mano y su habilidad.

No me mires así, estoy orgullosa de mi mano. ¡Ah! ¿Cómo te atreves a decir que me echarían del show? No escuches Manita...No, nunca le había puesto nombre a mi mano, pero gracias a tus insultos merece tener uno para que pueda consolarla...

¡Ay! Ya continúo...Ups, yo no te golpeé, fue Manita ¿No te acuerdas que a veces parece que tiene vida propia?

—¡Ni qué decir de mí! Estaba perdida en las galaxias.—dije, aunque debí haber dicho "nubes" en vez de galaxias, lo sé, en ese momento mi cerebro no estaba al cien por cien consciente.—En serio lo siento.

—No lo sientas. Fue mi error.—sonrió a medias y me tendió su mano—Soy Robbin.

—Mi nombre es Catté.—dije, tragando saliva, esperando que mi garganta no se le diera por tose como loca, provocando, lo que yo llamo, mi ataque de tos diario.—Bueno...A decir verdad, no me llamo Catté, sino Debby. Catté es sólo un apodo, pero todos me llaman así.

—Pues, yo te diré Debby.—Robbin fijó sus ojos en los míos, y yo sonreí.

—Gra...gracias.—"¡Por favor, Catté! Es sólo un chico lindo, no debes ponerte nerviosa." Pensé

Río para sí mismo y sacó las manos de su bolsillos.

—De nada, supongo—dijo. Luego estiró una de sus manos y la dirigió hacia mi cabello, mi corazón latía acelerado, él quitó algo que estaba enredado en mi cabeza. Y volvió a verme a los ojos—¿Te gustan mucho las flores?

Mientras Te Cepillas Los DientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora