Wicked» j.jungkook (Saga Bad Guys #1)

010

Le había dicho a mi madre que no tenía hambre, por lo que me lo ha pasado, diciendo que mañana si que tendría que cenar con ellos, a lo que tuve que conjuntar con ella. 

En aquellos momentos me encontraba en mi balcón, podía ver como el destello de la luna iluminaba la playa, las olas haciendo la armonía más tranquilizadora del mundo y el leve viento que levantaban estas, golpeando mis mejillas. Sonreía agarrando bien la manta que tenías sobre mis hombros. No hacía demasiado viento, pero si que hacía frío a aquellas horas. 

Después de estar más de veinte minutos intentando dormir en mi cómoda y calentita cama, había decidido salir a observar el cielo estrellado y disfrutar de la brisa marina. Verdaderamente estoy nerviosa, demasiado; no paro de pensar en que me deparará mañana el nuevo instituto, o como me tratarían los nuevos compañeros. Sin duda, aquella presión que ahora estaba instalada en mi pecho, no me dejaban dormir, dejándome así con mis ojos abiertos como platos. 

Suspiro, cansada. Sinceramente estaba agotada, y necesitaba cerrar los ojos, pero este nerviosismo me tenía como un tira y afloja. Vuelvo a levantarme y me dirijo hacia dentro, cerrando las puertas y con la calidez invadiendo mis frías mejillas. Dejo la manta sobre la cama, y cuando voy a disponerme de volver a tumbarme, oigo algo que me llama la atención, frunzo el ceño, entonces lo vuelvo a oír: Un jadeo. Caminando con pies de plomo por la habitación, me dirijo a la puerta, y la abro cuidadosamente. Miro el oscuro pasillo, y iluminado por la plateada luna. 

Otro jadeo, un poco más fuerte. 

El corazón me dio un salto y giré mi cabeza a la puerta entreabierta de mi "hermanastro". No, no era eso, era un jodido desconocido. Supe que debería darme la vuelta e intentar dormir para que mañana no me salgan unas ojeras enormes, pero mi curiosidad fue mucho más fuerte y mi cuerpo se movió por si solo hasta que miré por la pequeña raja que hacía la puerta. 

Me quedé sin aire en los pulmones, y reprimí un jadeo cuando vi a Jungkook acariciarse repetidas veces su miembro. Él estaba tumbado y tenía el teléfono pegado a su oreja mientras decía cosas entrecortadas e incoherentes. Me mordí el labio inferior, sintiendo una presión en mi parte baja, viendo escena tan erótica como Jungkook masturbándose tumbado en su cama, totalmente sumido en su placer. ¿Era así de sexy también follando? 

¿Qué?

Seguro que ahora parezco una jodida acosadora. Bueno, el fin es que le odio, y no tendría que estar así de cachonda viendo como se deleita con cada movimiento en su sobresaliente polla. ¿Estaría mal decir que a mis ojos inexpertos en lo que se refiere al sexo, lo que veía era grande? Dejo escapar el aire que estaba conteniendo cuando gime y con un estremecimiento su pene suelta un líquido blanco y espeso, lo que deduzco que fue su esperado orgasmo. Me relamo los labios. 

Cuando estaba por largarme, Jungkook se incorpora y su mirada se encuentra con la mía. Mi cara se convierte en un tomate y me quedo paralizada cuando me sonríe ladino y se muerde el labio inferior. 

―¿Por qué no me has ayudado? Seguro que follando nos entenderíamos mejor―dice con el tono de voz grave, haciendo que quisiera llorar de la vergüenza que estaba sintiendo. 

Ni siquiera le podría mirar a la cara. 

Así que no le respondo y corro a mi habitación, encerrándome y echando el pestillo. Tratándose de él era capaz de entrar solo para humillarme. Todo mi cuerpo tiembla, noto mi corazón bombeando mi pecho fuertemente y mis bragas sufrían una inundación. 

Jamás había sentido ese morbo, aun sabiendo que podía ser pillada. Pero ni siquiera he pensado en ello a la hora de mirar por la ranura de la puerta.