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Esto estaba siendo realmente incómodo.

Jungkook había tomado asiento a mi lado, ¿Y sabéis que? ¡Estaba comportándose como si no me conociera en lo absoluto! Solo me miraba con sus oscuros ojos, prometiéndome el fuego del infierno el próximo año en su casa. Y no nos olvidemos de sus sonrisas maliciosas de las cuales nadie se daba cuenta excepto yo.

Esto tenía que ser una jodida pesadilla.

La mayoría del tiempo habían estado hablando de vacaciones y demás cosas. Mamá y Dakho pasarían el verano por Europa, Jungkook ni idea, tampoco me importaba en lo más mínimo. Y Soo y yo iríamos con mi padre, cosa que hacíamos desde nunca, pero como había mencionado, mi padre llamó para que pasásemos un tiempo con él y blah, blah, blah.

Menuda es la vida. O el mundo, es cierto lo que dicen de que es un pañuelo.

―Jungkook, tu padre me ha dicho que eres el capitán del equipo de fútbol ―dice mi madre con su mano entrelazada con la de Dakho.

El castaño asiente sin una pizca de emoción. Menudo engreído.

Yo sigo comiendo mi pasta, sin abrir la boca. Miro el reloj en mi móvil, ya iban cuarenta minutos de cena. Bien, media hora más, solo media hora más.

―Sí, por eso iré a New Haven en verano, Yale me tiene fichado ―se enorgulleció a si mismo, poniendo una sonrisa de medio lado.

Al parecer, él terminaba el instituto este año, lo que de verdad era todo un alivio. Solo conviviría con el cinco meses, y luego desaparecería.

Mamá sonríe emocionada, mientras que Dakho mira con un deje de ¿decepción? ¿Por qué? Al parecer el capullo de su hijo entrará en una de las universidades más reconocidas en todo el mundo y además con una beca de fútbol americano.

¿Acaso no sabía lo difícil que era que un extranjero entrase? Y además a un tipo de instituto.

He de decir que era admirable, no Jungkook, si no lo que había conseguido.

―¿Y tú Jae? ―inquiere ahora Dakho, haciendo que todos me mirasen a mi.

Trago saliva, no me gustaba la atención, y menos si Jungkook se reposaba en la silla con aires superiores y me miraba con la cabeza ladeada, retándome con sus ojos carbonizados, con sus dos botones de la camisa desabrochados y... Joder, mierda. El bastardo estaba bueno, muy bueno.

―Yo... aun no se ―respondo con la voz baja―.Me falta un año aun para terminar el instituto ― murmuro.

Pronto escucho la risas bajas de Jungkook a mi lado, y hago todo lo posible para no soltarle un bofetón.

―Así que eres un año menor que mi hijo ―acata el moreno.

Eso parece.

―Que pena, y yo que quería pasar más tiempo con mi hermana ―dice Jungkook con un sarcasmo bastante notable.

Mira a su padre, y este le entrecierra los ojos haciendo que el castaño se encoja de hombros y vitoree los ojos. Esto se estaba tornando demasiado incómodo para mi.

―A Jae le gusta mucho pintar, y antes bailaba ¿Cierto? ―Mamá habla completamente orgullosa de mi.

Asiento, sin nada que decir. Se suponía que eso era algo personal, y me hubiese encantado reprochárselo a mi madre, de no ser por las personas que había a nuestro al rededor. No es justo, si yo no lo había dicho, ella no tenía ningún derecho a hacerlo. Me roba mi vida, y luego mi intimidad.

Y yo aun no sabía el porque siempre me sentía mal después de pensar estas cosas. Yo amo a mi madre con mi vida, pero había algo que me ponía en su contra todo el tiempo. ¿Rencor?

Wicked»  j.jungkook (Saga Bad Guys #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora