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j.jungkook;

Iba a casa con ganas de tirar a Jae en el sofá y volver a tomarla, pero está vez en un sentido más carnal.

Porque lo del gimnasio también ha sido algo carnal, no digo que no, en serio... Creo. No es que el corazón me haya latido a mil, y que no le haya dicho ninguna guarrada ha sido porque en ese momento no me salían las palabras.

Porque ella estaba demasiado preciosa montándome.

Mierda.

La cojo de la cintura antes de entrar en el salón, pero tengo que soltarla en ese mismo instante antes de poder besarla, ya que nuestros padres estaban en la cocina, lo sabía por la conversación que estaban manteniendo. Ella me sonríe juguetona y yo se la devuelvo ladeada, entonces nos hacemos presentes.

Ambos paran de hablar y se ponen serios de repente. Jae convierte su hermosa sonrisa en una caída de comisuras, y como siempre va a saludar a su madre.

―Hola ―saludo con indiferencia, y paso por el lado.

―Hijo.

Ni siquiera he pisado el escalón cuando él me llama. Me giro y me lo quedo mirando impasible. Cuando mis ojos se encuentran con los suyos, se que lo sabe, sabe lo que ha pasado, y siento que el corazón me tiembla.

―Quiero hablar contigo en mi despacho ―aclara con la voz más suave que puede, mira por encima de su hombro y su nueva mujer la da una sonrisa de lado.

Quiero reírme sarcástico. ¿Acaso ella le ha dicho que sea más cariñoso conmigo? ¿Que no sabe que eso no va con nosotros?

Asiento lentamente con la cabeza y miro de reojo a Jae, que me mira con ese brillo característica en sus ojos almendrados. Odio lo que ella me haga sentir esa calidez acogedora, que tenga el poder de abrir sus brazos y que yo me derrumbe entre ellos.

Pero ahora no es tiempo de hablar de eso, y cuando mi padre le da un casto beso en los labios a su madre, tengo la intención de hacerlo yo también con ella, pero mantengo mi expresión y sigo a mi padre a lo largo del pasillo hasta llegar a la puerta de su despacho.

―Nosotras nos iremos de compras. ―Es lo último que alcanzo a escuchar de la mujer de mi padre.

Descuelgo la mochila de mi hombro y la lanzo a un lado. Suspiro con pesar antes de desplomarse sobre uno de sus sillones de piel, de una forma bastante despreocupada. Sin embargo, lo último que estaba era eso.

―Se lo que ha ocurrido con tu madre y tu hermano ―acata mi padre sentándose sobre el escritorio. 

Suelto una risa amarga. 

―Era de suponer ―jacto. 

La visita de mi madre y hermano ha sido una autentica mierda. Eran dos personas horribles. Se puede decir que incluso estaban mas podridos que yo por dentro. 

―Yo tengo que preguntarte una cosa antes de llegar a los tribunales, Jungkook. Porque esto no va a ser cosa de dos semanas, no; tu madre va ha querer arruinarnos. 

Trago saliva. Se que esto no iba a ser fácil, y no por cosas de dinero, no. Papá podrá dar lo que tenga que dar y más, sin embargo; la mujer que me dio vida, la mujer que antes era una bella persona que de verdad me quería: es buena actriz, y se hará la víctima en la ocasión ideal para pisotearnos. 

Suspiro. 

―Suelta. 

Cruza ambas manos sobre su regazo y me mira directamente a los ojos. Es intenso, siempre han dicho que he heredado la mirada de mi padre, digna de hacer caer a cualquier empresario del miedo. Papá es rico gracias a su característica mirada, su inteligencia y su carisma. Al menos el físico lo tengo parecido a él, excepto la forma de los ojos. 

Wicked»  j.jungkook (Saga Bad Guys #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora