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Voy caminando al parque, está un poco lejos, pero me gusta caminar y así también puedo aclarar mis ideas. 

Llego y solo veo gente paseando. Busco a Connor con la mirada y no lo veo. Ya debería estar aquí, llego diez minutos tarde. Recorro el parque completo y sigo sin verlo. ¿Dónde se habrá metido?  Opto por seguir esperándolo veinte minutos mas. Pero aun así, no aparece. Me enfado. ¿Será idiota? Me ha plantado. ¿Y ahora que hago? Miro a mi alrededor.

Veo un restaurante. Tengo hambre.
Entro mirando cada rincón. No localizo a Connor.

Me llevan a una mesa. Me siento y la camarera me trae el menú. Pido un plato de canelones y otro de pechugas de pollo con patatas fritas. Olé la dieta.

Mientras espero sigo mirando el móvil. Entonces siento una mirada sobre mí.
Inspecciono y el lugar y me doy cuenta que el que me está mirando es nada más y nada menos que Blair Larwen.
Rápidamente aparta la mirada y sigue hablando con una niña y una mujer rubia que está de espaldas y no logro verle la cara. Al verlo he sentido un vacío en mi interior, no me esperaba que estuviera aquí. ¿No debería estar en España? Lo miro otra vez y el me mira. Pero ahora soy yo la que aparta la mirada. La camarera trae dos platos.

—Perdone, yo solo he pedido un primero— digo para evitar que coloque ese plato también en mi mesa.

—Lo sé, pero es una reserva—contesta ella con una sonrisa. ¿Una reserva? No entiendo nada. ¡Pero si he venido sola! Ella se va y no me da tiempo a preguntar quien la ha hecho. Comienzo a comer confusa.

—Te dije que nos veríamos pronto—escucho una voz y se sienta en la silla de enfrente mío.
Me sorprende verlo allí. Pero... ¿¡Que hace él aquí?!

—¡Damon! ¿Tu otra vez?— pregunto sorprendida.

—¿Te molesta?

—No, es que había quedado con...

—Un amigo mío— me corta.

—¿Como que un amigo tuyo?—pregunto confusa.

—Connor es amigo mío. Le dije que si conseguía que tu vayas al parque a las ocho, le daría tu numero de teléfono— explica.

—¿¡Que le dijiste que?!— grito y la gente, incluido Blair, me miran.—¿Y le diste mi número de teléfono?— pregunto todavía sorprendida.

—No, le di el tuyo, pero el de hace años. Así que no le he mentido del todo — sube y baja los hombros restándole importancia. ¿Es que este chico no va a cambiar nunca? No se porqué , pero empiezo a reírme.

—¿Qué es tan gracioso?—pregunta molesto.

—Que hayas sido capaz de hacer eso— digo mientras sigo riéndome.

—Pues no le veo la gracia— contesta serio.

—Es verdad, no tiene gracia — digo seria siguiéndole el juego.

Ambos nos empezamos a reír.

—¿Qué es ese bulto que llevas en la frente?— pregunto mirándolo.

—Todavía me dura el impacto de tu secador de pelo—sonríe divertido.

Me sonrojo. Que ingenua era en esa época. Terminamos los primeros y la camarera nos trae los segundos sonriendo con una sonrisa cómplice a Damon. Niego con la cabeza mientras sonrío. ¿Es que nunca dejará de intentar tener algo conmigo? Sonrío porque se la respuesta.

—Blair no deja de mirarnos— informa Damon.

—Lo se- digo—Espera, ¿Cómo lo sabes si estás de espaldas a él?— pregunto confusa.

𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸 𝓪𝓶𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora