Salgo de la tienda junto a ella, no sin antes pagar el vestido. La invito a tomar un café para que pueda contarme lo que le ocurre.
—Tienes muchas cosas que explicarme—le exijo una vez que la camarera se marcha a por nuestros pedidos.
Ella suspira profundamente y cierra los ojos. El rostro que recordaba a desaparecido. Las arrugas han hecho de su aparición. Y las ojeras no se quedan atrás, mostrando un rostro demacrado y cansado. Oh, Jane. ¿Qué te han hecho?
—Es Blair— dice por fin. Al escuchar su nombre mi corazón se estruja y da un vuelco. ¿Él le ha hecho eso?
—¿Q-que pasa con él?— no entiendo por que tartamudeo aún.
—Se está metiendo en sitios donde no debe—susurra y mira para todos lados.
—No entiendo
—Creo que está volviendo a hacer las cosas que hacía antes—su rostro muestra preocupación.
—Quieres decir... ¿Que tiene una vida callejera?— le pregunto sorprendida. Se supone que es rico, no tiene por qué recurrir a ese agujero negro.
—Creo que está metido en una ban... —la camarera nos entrega los cafés. Jane se calla de inmediato y al ver como la camarera le mira la cara, hace como que busca algo en su bolso. Al fin se va—Creo que está en una banda
—¿Por qué crees eso? Es casi rico, no tiene ningún motivo—le digo para tranquilizarla.
Me mira fijamente y suspira antes de continuar.—Hace unas semanas le escuché hablando por teléfono, casi susurraba. No sabía de que hablaba, pero escuchaba palabras sueltas cómo... Lo tendré para mañana, no lo saben...— vuelve a suspirar — Me preocupa mucho.
—Vamos Jane, no te preocupes, no tiene porque estar metido en una banda callejera solo por decir eso— reprimo las ganas de reír.
—¡¿Entonces por qué va a hablar así?!— la gente del establecimiento, se nos queda mirando. Los ignoro. Mi cerebro comienza a buscar una respuesta lógica convincente.
—¿No era tu cumpleaños en dos semanas?— frunce el ceño confundida.
—Es cierto— se lleva la mano al pecho y suspira aliviada. Comenzamos a reír. Después de un rato conversando sobre nuestras vidas, nos quedamos sin ideas.
—Al final a valido la pena pasar un rato juntas Bequi
—Es increíble que aún me llames así —Reímos.
—¿Te sorprende?— Asiento. Su sonrisa cesa y una cara de tristeza y preocupación se hace presente. Es hora de hablar sobre qué le ha ocurrido.
—Jane... No hemos venido aquí para hablar de Blair ¿Verdad? — me decido a preguntarle.
Ella traga saliva.—Prométeme que no dirás nada— dice bajando la voz y acercándose a mi.
—Lo prometo— sonríe con cierta tristeza. Pero en vez de hablar, se levanta un poco la manga de la camiseta y me muestra unas marcas. Las observo cuidadosamente.
—Cuchillo— susurro. Sé de lo que hablo. Tendrá una hoja de 2 milímetros.—Bingo— se tapa el brazo otra vez—Eres buena forense, aun que no esté muerta, pero aun así—trata de sacar un poco de humor a la conversación, pero de humor no tiene nada.
—Jane ¿Cómo te has hecho esto?
—Jack—contesta.— Es mi marido
—Pero... ¿Por qué?— le pregunto aterrorizada. Ella sube y baja los hombros.
—¿Has tratado de denunciar?—pregunto directamente.
—Lo he intentado—suspira y su mirada se pierde en el suelo—Pero siempre acaba por enterarse de que quiero hacerlo—La última vez me clavó él cuchillo para amenazarme. Y ya ves lo bien que acabó
—¿Por qué no me llamaste?— le pregunto preocupada.
—No me deja usar el teléfono, por eso no pude avisarte de que venía a Washington
—¿Lo sabe Blair?— pregunto tratando de sonar natural al pronunciar el nombre de su hermano. Niega.
—Solo tu— me acerco a ella.
—Gracias por confiar en mi. Voy a ayudarte—contesto tras una breve pausa.
—¿Como?
Tras varios minutos de silencio, decido hablar.—Se lo diré a Blair. Si tu no se lo dices, se lo diré yo—al instante su cara se transforma en una de nostalgia.
—Él y yo estamos peleados— contesta seca— No creo que quiera saber de mi
—Aun que eso fuera cierto... Es tu hermano, se preocupará por ti y apuesto lo que quieras a que es capaz de ir a matar a Jack
—Bueno... Pero no voy a decirle nada
—Ya te he dicho, si no lo haces tu, lo haré yo
—Pero... ¿Cómo? No sabes nada de él—su expresión se torna preocupada.
—Veré que hacer— la tranquilizo.
Me levanto a pagar a la camarera y nos vamos. Salimos a la calle.
—Un placer volver a verte Jane
Me abraza.
Una bocina de un coche nos sobresalta.
Por un segundo tengo la esperanza de que sea Blair, como en mis sueños. Bueno, en los sueños que tenía. Pero al girarme solo veo un coche negro nuevo y un hombre en su interior. Mira en nuestra dirección. Jack.Jane también se ha dado cuenta. Instintivamente comienza a temblar
—Tranquila, acabaremos con esto. Cuídate—le susurro y nos separamos.Ella entra al coche y se despide de mí, sin embargo, Jack no me ha quitado ojo de encima.
Al fin llego a casa. Dejo la bolsa encima de la mesa. No hay nadie.
Subo a mi habitación y me acuesto en la cama. Es suave y blanda, tal y como la recordaba esta mañana.Miro los papeles del divorcio en la mesilla de noche.
¿Cómo puedo mandárselos si ni siquiera me se su dirección? Mi teléfono suena. María.—¡María!— grito al teléfono.
—¡Rebeca!—grita ella también
—¿¡Por qué no me dijiste que te casabas en dos semanas?!
—Se me olvidó, Rebeca. ¡Al final me caso mañana!— grita emocionada.
—¿¡Mañana?! ¿¡No es un poco rápido?!
—¡No! Espero verte allí mañana por la mañana. Chao— cuelga
Suspiro ¿Quién diría que María sería la mas apresurada de todas? Dejo el teléfono en la cama y me levanto. Mañana será un día muy largo.
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𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸 𝓪𝓶𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 [BORRADOR]
Novela JuvenilDespués de la gran ruptura entre Blair y Rebeca todo ha ido de mal en peor. Sus inseguridades y sus propios miedos han vuelto a sus vidas. Dos bandas enfrentadas, un peligro inminente, una venganza y una memoria perdida pueden desembocar en un ter...