Narra Jane Larwen
Camino asustada por las calles mientras siento el pulso detrás de las orejas. Ya es de noche y voy acercándome poco a poco a mi infierno. La verdad, no lo culpo. Las personas se vuelven así por culpa del alcohol y las presiones de la vida. Por ello, es culpa de su trabajo, no de él.
Yo no le quiero. Y creo que él a mí tampoco.
Allí está. La puerta del edificio, justo a 500 metros.
Suspiro.—¡Jane!— mis músculos se tensan al escuchar esa voz... Otra vez...
Trago saliva y me preparo para enfrentarlo.—¿Que estás haciendo aquí?— pregunto con sequedad. Me mira.
—Tenía que venir hermanita —contesta él suspirando. Ha cambiado muchísimo.
—No te necesito Blair.
—Si que me necesitas, los dos sabemos bien que él — señala la ventana donde vivo—no te trata bien—se acerca a mi hasta quedar a pocos centímetros y siento sus ojos verdes penetrantes en mi. Me cruzo de brazos.
—¿Ahora se te ocurre venir a ayudar?
—La verdad es que no— me sorprendo—era mi obligación como hermano.
—¿S-sólo lo harás por eso?— pregunto triste.
—Eres mi familia, y lo creas o no, eres importante para mi—habla con ese tono de superioridad que tenía hace muchos años.
—Has cambiado— le digo mirándolo de arriba a abajo—Desde lo de Rebeca...
—¡No te atrevas a mencionarla!— me grita con furia.
—No eres quién para decirme que hacer y no hacer. Has cambiado a peor. Te has vuelto como antes. Ya entiendo lo que me quería decir Rebeca — escupo con desprecio.
Siento sus ojos llenos de rabia y se que se está controlando. Lo cual me deja ver él poco Blair antiguo que queda allí dentro.
—Creo que ha sido mala idea venir—dice mientras se sube a su coche.—Cualquier cosa que necesites me llamas— añade y se va, dejándome con la palabra en la boca.
De nuevo, me giro y veo la puerta de mi edificio. Voy acercándome y entro. En el ascensor le doy al número de mi piso y espero. Llego a la planta 5 y me acerco a mi puerta. Trato de calmarme. Respiro hondo y abro.
Todo está como lo dejé yo. Limpio. Lo cual me parece raro. ¿No estará en casa?
Voy inspeccionando todas las habitaciones y nada. Voy a mi habitación. Abro la puerta. Oh, dios mío.—¡¿Qué creéis que estáis haciendo?!
Narra Rebeca Philm.
Escucho los cantos de los pájaros y sonrío, no se ni porqué lo hago.
Me levanto y me preparo para él día que me espera hoy. Movidito. Salgo del apartamento y voy a la cafetería donde siempre desayuno.Entro y hay poca gente, como me gusta.
Me siento en la barra a esperar que una camarera me atienda.Miro él móvil.
—Buenos días ¿Qué desea?—levanto la vista y veo a un joven.—Un capuccino y un croissant gracias— le respondo y vuelvo a bajar mi vista hacia él móvil.
—¿Eres de por aquí?—me pregunta el camarero sonriendo mientras prepara el pedido
—Si—sonrío—De hecho vivo aquí al lado
—Pensé que eras de otro sitio, nadie pide un capuccino para desayunar por aquí —ríe.
—Gustos—digo sonriendo mientras levanto los hombros y los bajo.
—Aquí tiene—me dice entregándome él croissant y el café
—Gracias—comienzo a comer. Cuando termino voy a la caja a pagar.
El me lo impide.
—Invita la casa— sonríe.
—No puedes hacer eso, tengo que pagártelo—le digo sorprendida.
—No has escuchado la canción que dice: las chicas bonitas no pagan dinero—canta.
—Si, y tu la parte que dice: ¿Déjate de rollos y abre la caja para que te pague?
Ríe
—Vale vale tigresa , no te enfades—me dice y ríe. Me devuelve él cambio.—Tengo que compensarte que hayas pagado cuando no quería que pagaras— sonríe. Ahora que lo miro bien es muy guapo. Pelo castaño y ojos azules.
Río
—Esto es una cafetería, aquí se paga todo lo que consumes—Aun así deberíamos quedar mas veces ¿Qué me dices?—me pregunta.
Niego con la cabeza.—Sois todos iguales
—No generalices, hay hombres idiotas, pero también los hay leales
Me acerco a la salida.
—¿En el parque a las 20:00?— pregunta sonriendo. ¿Cómo me puedo resistir a esa pedazo de sonrisa que tiene?
—Está bien, tu ganas...
—Connor— acaba mi frase.
Asiento y sonrío.—¿No vas a preguntarme como me llamo?— pregunto sorprendida. Él se ríe.
—Con tigresa me vale—sonríe y entra a la cocina.
Sonrío y me voy.
Este chico...
Río yo sola y voy a mi apartamento.Narra Blair Larwen.
—¿Cuándo dejarás de quedarte mirando a esa chica y me llevaras a clase?— me pregunta Camille. Río.
—Vámonos, que llegaras tarde ¿Verdad pequeña?— pregunto revolviéndole él pelo negro.
—Por tu culpa y de esa chica— hace un puchero.
—¿Te parece fea?—le pregunto divertido ante su reacción.
—Es muy fea y no me gusta que te quedes mirándola— me dice la pequeña de 8 años.
—¿Por qué?—pregunto riendo.
—Por que no quiero. Me dejaras de lado si algún día sales con ella— contesta enfadada. Para ser una niña, sabe pensar.
—Eso es difícil, pero aunque pasara te prometo que no te dejaré de lado nunca ¿Vale?— la miro a sus pequeños ojitos.
—Vale—sonríe contenta y Feliz. Al igual que Rebeca estaba haciendo hace un momento.
Narra Jane Larwen.
—¡Fuera ahora mismo!— les grito a los dos.
La chica se levanta y tapa con una sabana su cuerpo desnudo y mi marido se pone él pantalón
—¡¿No me habéis oído?! ¡Fuera los dos ya!—sigo gritando y señalándoles la puerta.
—Cariño, hablemos...
—¡No vuelvas a llamarme así en tu vida!—le grito llena de furia.
Ambos salen de mi habitación y se acercan a la puerta.
—¿Así sin ropa nos iremos?—pregunta la chica universitaria.—¡Fuera!— sigo gritando.
Al fin salen y cierro la puerta. Me siento en él suelo. Pienso y me levanto.
Voy a mi habitación y recojo la ropa de la chica, después cojo una maleta y meto toda la ropa que encuentro de mi marido, él móvil y las llaves de su coche.Abro la puerta, ambos siguen allí. Le tiro la maleta a la cara y a la chica su ropa.
—Y no vuelvas mas. Por cierto, te llegará una carta de divorcio —le digo y cierro la puerta.
Me siento y me apoyo en la puerta.
—¿¡Estabas casado!?— escucho gritar a la chica —¡¿Por que no me lo dijiste?!—sonrío.—¡Eres un idiota!—añade y escucho como baja las escaleras y puedo intuir que el otro va detrás.
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𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸 𝓪𝓶𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 [BORRADOR]
Teen FictionDespués de la gran ruptura entre Blair y Rebeca todo ha ido de mal en peor. Sus inseguridades y sus propios miedos han vuelto a sus vidas. Dos bandas enfrentadas, un peligro inminente, una venganza y una memoria perdida pueden desembocar en un ter...