Capítulo 34

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H: ¿quién?

_: Sophie.... ella... y Taylor... fueron ellas...

H: ¿qué? Puta mierda....

Entonces Harry habló con algunos amigos para que se metieran con Sophie, y Harry sacó fotos de cada puñetazo, gravo cada insulto y amenaza y terminadas las clases fuimos a  comisaría. Harry convenció a Taylor de que la delatara. Y las pruebas llegaron para cincuenta años de cárcel y condicional de por vida, a parte de la órden de alejamiento de 500 metros. Al final todo quedó bien. Volvimos tranquilos a casa, hicimos las tareas y nos sentamos en el sofá tranquilamente. Entonces se me ocurrió hablar con Harry de esos... temas.

_: ¿Ha-Harry?

H: Dime

_: tú.... ¿t-tienes... ya sabes.... fantasías...?

Estaba más roja que un tomate maduro. Y nerviosa.

H: ¿fantasías eróticas?

¿Cómo puede costarle tan poco decirlo?

_: si... eso...

H: si, claro, supongo. ¿Por qué lo preguntas?

_: bueno... yo... lo leí en mi libro... y ...

H: oh. ¿Quieres probar?

_: ¿probar? Mmmm... va-vale...

Harry me llevó a mi habitación.

H: bien, hagamos algo normal. ¿Profesor y alumno?

Asentí ya que no sabía que decir.

H: bien, yo soy el director, y tú una alumna mala que aparece en mi despacho. Convinando el uniforme, con tu forma de ser y que te has topado con un director lascivo, ya sabes que pasa después.

_: oh, va-vale.

H: ¿podemos usar el despacho?

_: claro, si.

H: bien, tengo un traje por ahí que se ajusta a mi papel, pero tu uniforme.... mmm. ¿Tienes una falda cortita, una blusa ajustada y una corbata?

_: tengo la blusa y la corbata pero la falda.... oh, de mi 'madre'.

Cada uno se vistió y empezamos 'el juego'. Yo iba vestida con una falda bastante corta negra, de forma que al agacharme mis diminutas bragas negras quedaban expuestas.Me puse na blusa blanca ajustada y dado que iba tan pegada pasé del sujetador. Y una corbata negra.

Llamé a la puerta del antiguo despacho de mi madre y Harry dijo un adelante bastante serio y carente de expresión. Abrí la puerta y me recordé que debía comportarme como una adolescente sexualmente activa y hambrienta.

H: por favor, siéntese.

Me senté en la silla mullida al otro lado de la mesa que nos distancia con las piernas ligeramente separadas.

_: ¿que quiere?

H: no me gusta su tono de voz, señorita. Bien. La he hecho llamar por que está usted dejando sus modales de lado.

_: ¿eso le han dicho?

H: Eso he visto con mis propios ojos. El pene que usted dibujó en el suelo del recreo, los insultos que dedicó a su profesora y el ligero descenso de sus notas.

_: ¿nada más?

H: ¿hay algo más?

_: ¿a parte de acostarme con mi profesor de literatura? No me daba la nota.

Ni yo me creía lo que acababa de decir. Harry me miró sorprendido y sonrió cariñosamente abandonando unos segundos su papel. Y yo me sonrojé, abandonando así mi papel por unos segundos, no creo que una adolescente malcriada se sonroje por esto.

H: Joder... Haré que le avisen.

_: si eso es todo, adiós.

Mé levanté de la silla.

H: Ah, no. Usted merece un castigo, señorita.

_: mmm... un castigo... Se me ocurren muchos, señor director.

Intenté pronunciar las últimas palabras lo más insinuantes posible.

H: Su comportamiento no me parece apropiado.

_: mju.

Me fui acercando hacia él.

H: ¿qué hace?

_: ¿yo? Nada.

Me detuve.

H: La próxima semana, todos los días de cinco a ocho bajo mi tutela repasará todos los ejercicios del día tras terminar sus tareas. Dado que estamos a viernes hoy no hará falta que se presente.

_: Menudo castigo más cutre.

H: ¿Disculpe?

_: Se me ocurrían unas cosillas más divertidas. Unos azotes quizás...

Esto último lo susurré y me acerqué a él hasta quedar justo delante suya.

_: ¿A usted no?

H: Deja de hacer eso.

_: As dejado de tratarme de usted.

Me senté en su regazo y sentí a Harry duro bajo mi escasa ropa interior.

H: ¿ Se puede saber que hace?

_: Pregúnteselo a su problemilla.

Me acerqué y le besé.

H: ¿Puede saberse que hace?

_: Satisfacerle. No se niegue, su polla lo demuestra.

H: Así que unos azotes...

_: Mju.

Me moví sobre su bulto endureciéndolo más y mojándome yo. Nunca creí ser capaz de esto. Soy tímida. Pero esto... dios.

Harry me desabrochó la camisa hasta dejar mis pechos expuestos y pellizcarlos haciéndome jadear.

H: Atrevida, me gusta.

Me puso de pie y el después. Me extendió sobre la mesa boca abajo, con los pies apoyados en el suelo y tomó mis bragas para quitármelas. Me separó las piernas y me levantó la falda dejando mi culo expuesto.

H: así que azotes...

¿Lo va a hacer de verdad?

H: sabes que puedes decirme que pare cuando quieras ¿vale?

Asentí lentamente.

Su mano me acarició un cachete y luego dio una palmada. Me dolió un poquito pero fue más placer que otra cosa. Repitió el acto siete veces más. Entonces metió su dedo en mi vagina y lo movió bruscamente. Luego dos y aumentó la velocidad de los movimientos.

H: eres una pequeña guarra.

Me giré y le bajé el pantalón y el bóxer a la vez. Tomé su pene en mis manos y lo acaricié. Lo besé y iba a metermelo a la boca pero Harry me detuvo. Me tumbó boca arriba en la mesa y me penetró duro y rápido. Disfrutando la sensación. Agachó la cabeza y chupó mis pechos, mordisqueando mis pezones dulcemente. Mi boca se encontraba ahogada en gemidos. Y nos corrimos a la vez. Me incorporé sentándome en el escritorio y rodeé el cuello de Harry con mis brazos.

_: Estoy deseando verle la seman que biene.

Él sonrió y entendí que esto había acabado. Le besé suavemente y el me abrazó.

H: tengo hambre.

Hizi una mueca y me reí.

_: Pues a cenar.

Ella, mi nerd (Harry Styles y tú) (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora