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Eres la persona más perseverante que he visto. ¿Qué no sientes miedo? ¿Por qué sigues insistiendo en venir a "ayudarnos"?

Llevas con esa idea desde hace dos semanas, no muestras más alla de tu libreta de notas y tu mirada negra cada vez más hueca. Hoy es un día diferente, parece que no vienes a molestar, supongo que es porque estas cubierto de golpes.

Inclusive el gordo del colegio te ha dicho un par de cosas y te has quedado sin habla ¿Qué paso? ¿No que eras tan valiente? ¿Acaso te enteraste de lo que ese gordo le hace a los pelirrojos?

Quién sabe. Quien sabe porque simplemente las cosas pasan.

Ahora estas detrás de la escuela. Sentado en silencio esperando no encontrarte a nadie, pero ¿adivina qué? este es mi territorio, este es el territorio de los góticos. Me acerqué a ti, con una taza del café más negro que encontré.

—Largo de aquí mojón, este lugar no es para conformistas como tu —pronuncie.

El no dijo nada. Se mantuvo estático y con la mirada baja.

— ¿Qué no escuchaste? —pregunte esta vez mas enfadado.

Esta vez el sin siquiera mirarme si hablo.

—No te estoy hablando, tampoco te estoy observando, haz lo que quieras pero déjame en paz.

Fue todo lo que dijiste. Después de unos quince o diecisiete minutos te levantaste y te fuiste, parecías triste. No volví a verte después de ello.

Ese día regrese temprano a casa y me encontré con mi madre arreglando cada mínima cosa de chequeos y gastos de la casa, mi ogrosa hermana estaba viendo una novela mexicana y poco le importaba si estaba o no en casa. Suspire y camine al final de departamento para encerrarme en mi recamara.

Había pasado quizás tres años desde que mis padres se separaron y desde entonces ya desde hace seis meses no he vuelto a ver a mi padre.

«Supongo que le va bien con su nueva familia»

Entre mis cosas saque una cajetilla de cigarrillos. Se habían vuelto mi nueva adicción después de que disminuyera de manera considerable el alcohol. Tome uno de la caja y lo encendí con un fósforo que tenía en mi bolsillo y que rápidamente busque el contacto de la pared para encenderlo.

Inhale profundo. El sentir esa auto lesión me hacía sentir diferente, relajado, completo. Me acosté en mi cama mientras veía el humo salir del cigarro. Lo acerqué e inhale mientras escuchaba como peleaban mi madre y mi padrastro. Un hombre de edad mayor a mi padre pero mucho peor en personalidad.

Sus peleas duraban horas, ya sabía bien de que trataban.

El humo del cigarro se mezclaba perfectamente con el aire que botaba de mi boca y nariz. Daban un indomable orden, ondulado, curveado. Como el cabello de ese chico.

«Quizás le estoy dando mucha importancia»

RAVEN [STYLE] Stan X KyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora