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Diez u once de la noche, está haciendo un frió que congela hasta el tuétano de mis huesos, se ha formado niebla que fácilmente podría ser ignorada porque se puede ver con claridad el camino. Las calles posiblemente están desoladas por el abrumador silencio.

Ahora no estoy en la calle del pueblo escondido entre las montañas pero por lo general después de la llegada de algunos negocios, es común escuchar música a kilómetros.

Estoy en el bosque junto a una magdalena que no para de expresar su pesadumbre; no se explica su razón de sus lágrimas y yo solo mantengo silencio mientras ofrezco mi mano que rodea su cuerpo y termina en su hombro en señal de comprensión. Esperaba a que en algún momento terminase sus lamentos y cruzara algunas palabras con migo, pero eso cada vez se veía más lejano.

En medio de un momento triste o conmovedor para él, mis sonidos de exhalar el humo de un cigarro parecían causar más ruido que las mismas lagrimas de Kyle, de hecho es muy silencioso al llorar.

No sé cuanto estuvo llorando, quizás fue mucho tiempo, quizás poco. Solo sé que fume dos cigarros y medio por la ansiedad cuando él se levanto en medio de una pausa donde solo hubo un leve contacto. Me miro sin miedo a que viese sus lágrimas y sus ojos hinchados; y rojos.

—No digas nada —menciono. Parecía estar enfatizando, a la vez que sonaba como una orden más que una súplica, su seño estaba bajando lo suficiente como para saber que estaba furioso... ¿Eran lágrimas de tristeza? O era realmente lágrimas de rabia.

El solo lo menciono con un tono que no había escuchado antes, por un momento pensé que me insultaría, golpearía o escupiría. Parecía estar enojado con la vida incluyéndome a mí. Yo no puedo entender su razón de actuar ni el porqué precisamente él se acercó y busco consuelo en alguien que no quería que expresara palabras o siquiera apoyo.

Lo mire apoyado en el tronco con el cigarro en mi mano derecha desde un perfil bajo mientras el limpiaba su rostro, fruncí el seño puesto que previo a esto pareció inclusive tirar el poco tiempo que le aporte.

—Bien ya puedes volver a ser el perrito faldero de Cartman, aun estas a tiempo —pronuncie sin tacto.

El me miro y endureció su mirada.

— ¿Qué? ¿Pero qué te pasa? ¿Por qué de repente me atacas?

—Son súper mejores amigos ¿No deberías ir con él?

—Cartman no es mi amigo, es solo un gordo que no me deja en paz.

—Por supuesto, por eso tienes la capacidad de reír a voluntad.

Hablaba con un tono un poco punzante, casi atacando. El abrió su boca y me miro de una manera agria y a su vez irritada.

—Sabes que, vine a perder mi tiempo.

—Y el de los demás.

Hizo un sonido obvio de furor, tiro de sus brazos con fuerza estirándolos y golpeando sus piernas, se dio la media vuelta y tal como vino, se marcho. Su acción podría ser similar a la de un soldado desfilando ante sus superiores en un principio.

A pesar de su acción, no estoy molesto. Disfrute el tiempo juntos, de hecho en parte hubiese querido mas, a veces desearía que el diese más de su parte y actuase como es debido, con mas encanto. Aun así en cualquier momento volveremos a cruzarnos.

Por ahora debería de preocuparme por Cartman. He estado en su lista negra, no sé si estoy en su primer lugar o si en realidad planea esperar, ha estado pasivo durante mucho tiempo, quizás demasiado y eso no está bien.

Terminando mi cigarro escuche una sirena a lo lejos... mierda.

Lo había olvidado, definitivamente había olvidado que había toque de queda para los menores, no puedo ir otra vez a la cárcel, ya bastantes problemas tengo con mis amigos como para tener que lidiar con autoridades repletas de conformistas. Además si termino tras las rejas, mis padres me dejaran un largo tiempo allí; como suelen hacerlo desde mi primera vez.

Me levante del tronco viejo donde estaba sentado, sacudí levemente mi ropa para iniciar con una caminata por el bosque lleno de fango y hojas quemadas. El pueblo estaba cerca, podía ver las luces próximas a cada paso, cuando note pisadas próximas que me hicieron levemente parar.

¿Quién estaba allí? ¿Algún policía? ¿El viejo Denkins?

Busque con la mirada el origen del ruido, los arboles eran un excelente camuflaje ahora que lo pensaba, incluso la noche era perfecta para no dejarme ver al individuo que continuamente pisaba y se alejaba a cada paso. Me quede allí pensando, usando mi cerebro hasta que por lógica pensé en el pelirojo que quizás estaba en la misma situación.

Espere a que el otro hiciera acto de presencia, casi sentí que fue inesperado, por la oscuridad no pude verlo con claridad cuando se acercó invasor a mi espacio personal, por un momento sentí que se trataba de algún demente. Corre extrañamente exagerado o posiblemente se había casi tropezado y recupero el equilibrio con suma rapidez.

No cayó junto a mí. Tome la decisión de disimular el hecho de su llegada y el con el seño fruncido, no me determino y siguió adelante. Con rabia. Como si fuera salsa picante y eso era característico de él.

Decidí hablar.

—Vives muy lejos como para meterte en problemas.

El no respondió, solo siguió caminando en silencio mientras escuchaba el crujir de hojas. Realmente no podía ver mucho pero cada vez íbamos avanzando más hacia la luz del pueblo, lentamente su frente se iluminaba y su espaldar demostraba una sombra desoladoramente pesada... por un momento me puse a pensar seriamente, conocía demasiado la espalda de Kyle.

Apresure mi paso con la intención de quedar al mismo nivel, el caminaba aun mas rápido tratando de evitarme, yo insistía. Eso nos llevo a correr por las calles ahora desoladas del pueblo, con nieve a los costados que podría hacernos caer y a ninguno nos importo por motivos diferentes o eso pensaba yo.

Todo estaba marchando improvisadamente bien hasta que en medio de un doble de esquina, una patrulla estaba pasando. Rápidamente paramos. Esperábamos que no nos viese apenas nos escondimos pero, como bien dicen "a la policía nada se les escapa". Salimos directo al callejón para tomar un atajo y conseguir escapar del modo fácil. Tonterías que todo novato.

En medio de la calle habían dos policías. Al parecer habían algunos niños malos que no habían regresado a casa, últimamente habían muchos pubertos que querían burlar la ley por adrenalina.

Caminamos sigilosos por diversas calles, diversos lugares, corrimos igualmente. Todo nos llevo a ser descubiertos. No teníamos más opción que escondernos una vez cuatro policías nos pedían que paráramos y dispararon un par de veces en el intento. Fue suerte esquivarlos saliendo ilesos.

Sin embargo la suerte no existe. En la vida real la suerte es para la gente exitosa que nace con la palabra "ganador" en la frente y no es para los que aspiran al éxito cuando su frente solo dice "fracaso".

— ¡Alto! —gritaron con revolver en mano.

El policía quien apuntaba dispuesto a disparar estaba relativamente cerca. A escasos centímetros. Nos acorralo. Hizo que eventualmente levantásemos las manos. Bueno. Por lo menos compartiremos celdas.

-.-.-.-.-.

Sé que me estoy tardando demasiado con esta historia pero no se me venía nada a la mente.

Gracias a aquellos que se toman el tiempo de leer esta historia, votar y comentar.

RAVEN [STYLE] Stan X KyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora