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Estoy ansioso. Escuche que a Wendy le gusta alguien. Ella no habla precisamente con migo para ser yo el elegido. Cada vez presiento que Cartman lo ha logrado sin necesidad de esforzarse. Es molesto.

—Deja de patear el asiento de adelante o Craig te dará una paliza —regaño Kenny sentado a mi lado — ¿Por qué estas tan distraído?

—A Wendy le gusta alguien.

El suspiro. No era una sorpresa que no fuese un tema de agrado para él, a él las niñas como ella no le llaman la atención. Kenny nunca suele hablar de alguna chica en especial, en realidad es reservado frente a sus verdaderos gustos y deseos por lo que es predecible que este fatigado con de mi deseo por Wendy.

—Ojala no sea ese gordo.

El se quedo callado. Mirándome levemente y después mirando al frente. Sin comentarios al respecto. A veces era como hablar con una pared cuando a él no le interesaba el tema, no lo disimulaba. Mi mirada se centro en la ventana, era un día lluvioso.

En todo el día no vi a Cartman, Wendy tampoco vino a clase. Fue un día en solitario.

Regrese a casa para encontrarme a mis padres con una sonrisa de oreja a oreja. Mi hermana quien mostraba la misma confusión que la mía decidió acercarse a ellos pero fue más mi impetuosa lengua la que hablo primero, solo para ser interrumpida por mis propios padres.

—Iremos a Nueva York durante un fin de semana.

— ¿Qué? ¿De nuevo? —pregunto Shelly.

—Oh vamos Shelly, será solo un fin de semana, además te podrás quedar en casa de tu amiga tal y como querías.

— ¿Y que pasara con migo?—pregunte sobresaltado.

— No te preocupes, tengo a alguien perfecto para ello —hablo mama.

Pese a que intente evitar que me dejasen en la casa de uno de esos niños perdedores, mis padres poca atención me prestaron.

Rápidamente arreglaron sus maletas mientras mama estaba en el teléfono. Parecían ansiosos por ir a ver musicales de Broadway. Incluso nos subieron al auto precipitadamente para dejarnos en nuestro destino programado sin decir mucho al respecto, están cantando y teniendo una cercanía poco frecuente en ellos ignorando cada palabra que trataba de decir. Después de tanto mi hermana me golpeo y me dijo que me callase... en parte me pregunto si eso fue bueno o si eso fue parte del problema.

Llegamos tan pronto como fue posible y toco la puerta incluyendo el timbre un par de veces. Relucía la desesperación. Pronto abrió la puerta un rubio con hoyuelos en sus mejillas denotando una sonrisa amigable.

—Oh, hola Stan —rápidamente lo empuje para entrar. El pelirrojo igualmente entro con migo y cerramos la puerta de inmediato — ¿Qué ocurre?

—Toque de queda —mencione.

— ¿Lo olvidaron?

—Si —hablo el pelirrojo.

—Butters ¿Quién era? —hablo su madre. Linda Stotch solía ser una mujer más cuidada cuando era pequeño, ahora luce más demacrada de lo que solía ser. Supongo que enterarse que su esposo era bisexual y se encontraba con otros hombres para tener prácticas sexuales no le sentó nada bien, aun me sorprende que no lograse matar a su propio hijo — ¿Quiénes son? —pregunto.

—Es Stan y Kyle —menciono. Al parecer nos conoce a ambos. Algo inusual considerando que ahora Butters está muy por encima de ambos, es decir, el tiene amigos y nunca me ha dirigido la palabra después de muchos años atrás, aparte de ello no recuerdo que el hablase alguna vez con Kyle.

— ¿Pensabas invitar a alguien sin pedir permiso? —regaño.

—No.

—Muy mal jovencito, estas castigado por una semana.

—Ah, calabazas.

Sin importar cuantos años tenga sus padres lo siguen castigando por las razones más injustificadas. El pese a ello seguía siendo sumiso al respecto ¿Por qué no simplemente toma más carácter? era exasperante ver como se quedaba allí siendo regañado y juzgado absurdamente. Debería ser como los demás. No recuerdo alguna vez que Michael fuese castigado, o Henrietta.

— ¿Podemos quedarnos? —pregunto Kyle. Pareció ignorar lo que aconteció anteriormente.

—Realmente no quiero que aumente mi castigo.

—Pues pídele permiso.

—Cuando me castigan no me dan permiso.

El pelinegro suspiro. Mire a la madre del rubio quien miraba sin mucho entusiasmo a los adolescentes.

—Señora Stotch, nos quedamos en la calle estudiando hasta tarde para un examen mañana ¿Podríamos quedarnos aquí esta noche? El toque de queda no nos permite volver a casa —hablo el pelirrojo.

La mujer se planteo por un momento la situación.

—Bueno... de acuerdo, pueden quedarse una noche si ese es el caso, pero deben llamar a sus casas.

—Gracias.

De todas las casas en el perímetro, esta era lamás cercana y nada más. Me hubiese gustado que fuese otra casa, seguramente elambiente no sería tan desagradable.

Todo nos condujo a su cuarto. Un cuarto ridículamente decorado. Sabía que él era de esos conformistas "infantiles" pero no esperaba que fuera tan infantil. Conejos en su cama, carteles maricas, era demasiado colorido y feliz para mi gusto.

El sonrió con sus hoyuelos resaltando su sonrisa más que cualquier otra que hubiese visto antes. Butters tenía una sonrisa muy bonita pero a la vez era muy engañosa. Entusiasta hablo con tanto brillo que podría revolverte el estomago.

—Es como una pijamada.

—No, no lo es —hable.

Aun así eso no pareció borrar el entusiasmó del rubio. Suspire y a mi par escuche lo mismo. Será una larga noche.

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Cada vez me demoro mas en actualizar, la verdad es que la inspiración llega muy despacio.

Gracias a aquellos que leen esta historia y me regalan un me gusta.

RAVEN [STYLE] Stan X KyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora