RAVEN [STYLE] Stan X Kyle

15

— ¿Clyde Donovan? ¿Es enserio que debes ayudar a ese conformista?

—Sí.

—Búscale una chica, la felicidad siempre está en el amor. Todos saben eso.

— ¿En serio esa es tu solución?

Lo mire divertido.

—No eres tan conformista como parece.

—Solo necesito una ayuda que no involucre mucho esfuerzo, no quiero pasearme demasiado en su vida.

—Claramente eso no es lo tuyo.

Hubo un conciso silencio. Por un momento note que golpeaba la hoja con su bolígrafo, como si apuñalase la hoja. Callado, pensante.

— ¿Piensas que el amor es lo único que necesitas en la vida? —pregunto. El detuvo su acción con el bolígrafo y enfoco su mirada al patio de juego.

— ¿Por qué la pregunta?

—Solo es curiosidad ¿A ti te parece que la vida es solo amor y buscarse una chica o un chico? —generalizo su pregunta.

—Sí.

— ¿Entonces amar otras cosas está mal? —arqueo una ceja. No sonaba enojado, sonaba curioso a lo próximo que respondiera.

—Eso depende supongo, si te refieres a los pedófilos o a los zoófilos.

—Más bien a quienes tienen sueños que amar, más que el amar a alguien en especial.

—Hablas de los sueños —con su mirada me invita a que continuase —Supongo que sí ¿Acaso tienes algún sueño en especial?

—Bueno... —el mostró una sonrisa tranquila —Tiene que ver con la razón del que viniese a este pueblo. Dicen que solo podrás encontrar un efecto tan desagradable en South Park.

—Ah. No se equivocaron.

— ¿Y qué hay de ti? ¿Cuál es tu sueño? —pregunto de repente.

Es la primera vez que me pregunta sobre mis sueños, alguna pasión que tengo en especial. El posa su mirada en mí, abandona de momento el filo que posee, para mostrar uno más comprensivo. Decido hablar.

—Bueno. Desde pequeño siempre anhelaba ir por cada rincón del mundo y adoptar a cada perro, gato, hámster, loro o pez. Quería que todos tuvieran un lugar donde encajaran y pudieran ser felices sin ser llamados estorbo.

Mi vista se poso en el cielo. Las nubes cubren el sol, aun así se ve como un día perfectamente soleado.

—A veces entraba perros sin que mi madre se diera cuenta. Siempre me obligaba a sacarlos de casa o a buscarles otro hogar. Podía pasar horas jugando con ellos antes de dejarlos ir.

— ¿Pero actualmente no tienes un perro? —pregunto repentinamente.

—Un día declararon emergencia y nadie podía salir de casa, mi padre preparo un plato nuevo para la familia.

Mi vista volvió a él quien mostraba sentirse incomodo por lo dicho. El capto muy rápido a que me refería con eso. Yo por otra parte lo miraba de seguro con un semblante seco en mi rostro.

—Es broma —susurre.

—No es gracioso.

Hice una pausa.

—Ese siempre fue mi sueño.

—Aun podrías cumplirlo.

—Los sueños no se cumplen, son solo eso, sueños.