— ¡Es también tu responsabilidad Randy!
—No, claramente termino cuando firme el divorcio Sharon.
—Se supone que debemos estar allí para Shelly y Stanley.
—Ahora tengo una familia y tú hiciste otra con ellos. Es tarde, tendré un hijo pronto y no pondré a mis antiguos hijos a competir con el amor de mi nuevo hijo.
— ¿Y solo por eso te irás a Texas?
—Es lo mejor para todos. Tan solo mira la situación actual, Shelly es ahora independiente y esta próxima en ir a la universidad en Montana, Stan me odia y ahora es un vampiro, el solo va en picada y todo por tu culpa.
— ¿Mi culpa? —seguramente endureció su gesto.
—Si no lo hubieras descuidado posiblemente nunca le hubiesen puesto esa vacuna y jamás hubiese pasado por la casa de esa niñita que tanto le gustaba.
—Es también tu culpa, tú fuiste quien condujo solo porque querías que te hicieran una mamada.
Hubo un breve silencio.
—Este de todas maneras es el adiós.
—Al menos espera a tus hijos ya que te irás y no volverás.
—No, no tengo la fuerza para decirles en la cara que me iré y posiblemente jamás los vuelva a ver.
— ¡Entonces vete, tal y como lo hiciste hace tres años! —se escucho mas exaltada de lo normal.
—Eso haré.
Escuche pasos aproximarse después de la última línea. Subí la mirada una vez sentí la fuerza en el picaporte de la puerta, me encontré con los ojos de mi padre quien al notar mi presencia se mostró más serio. Ambos abandonaron el tema y lo dejaron todo en completo secreto.
—Oh, hola Stanley... —hablo de repente. Casi incomodo pero sin vergüenza alguna. Paso de lado sin decir o agregar algo a su voz enfocada a mi persona. Bajo dos o tres escalones de la residencia departamental cuando se quedo quieto. Allí volteo a mirarme directamente a los ojos, le seguí con la mirada todo este tiempo —Te amo hijo.
Se dio la vuelta tras ello y se marcho. Sus pasos resonaron por las largas escalinatas y yo solo me quede mirando las escaleras y el pasillo con una luz parpadeando ligeramente, escuchando cada paso con un claro eco.
Tomo aire por la boca y lentamente lo suelto por la misma. Me doy la vuelta para entrar a casa. Cerré la puerta consigo solo para encontrarme con mi madre. Ella me mira incomoda y preocupada.
—Stanley ¿Qué te paso en el rostro?
—Nada importante.
Avance por el pasillo, no di vuelta atrás, solo entre a mi cuarto y cerré la puerta detrás de mí. Arroje mi maleta a un lado de la cama y me senté en ella. Busque entre mis pantalones una cajetilla de cigarrillos y un encendedor cuando tocaron la puerta de mi recamara.
— ¿Stanley? —pregunto mi madre con un notorio tono de preocupación.
Saque un cigarro de la cajetilla nueva y con el encendedor intento un par de veces encender el cigarro, pero no tengo suerte. El encendedor esta estropeado.
—Te amo hijo.
Inhalé profundamente y detuve mis acciones. Hubo un breve silencio entre la puerta y mi cuarto. Mire el cigarro entre mi mano apoyando con los codos mis brazos en mis piernas. Inclinado en una postura inapropiada. Mi mirada se posa en el suelo de tapete gris.
—Lo sé —fue lo único que le dije.
Aburrido, abrumado, pensativo. Mi mente se desconectaba, parecía estar fuera de servicio. No podía sentir nada, no sentía que fuera importante su despedida, no sentía importante su afecto o sus palabras. Quizás si consumiera un poco de licor barato o fumara más profundo podría sentir que me importa un poco más. Pero no es así y esa es la peor parte.
Todo este suceso ocurrió una noche de domingo, por lo tanto el lunes por la mañana solo apuntaba a un día que deseaba terminar próximamente. Las clases, las personas, el día, todo me parece una mierda. No sé realmente porque estoy aquí, pero tampoco tengo en mente donde quiero estar, es como si solo quisiera que todo esto terminara pero a la vez no me importa terminarlo.
— ¿Oye, estas bien? —escucho a mi costado. Volteo la mirada sin mucho aliento. El judío me mira arqueando una ceja —Llevas mirando el mismo punto por quince minutos.
Me quede callado sin responderle algo al respecto. Solo lo miro fijamente en silencio. El mira de lado a lado, extrañado y posiblemente intimidado.
— ¿Qué?
Nuevamente todo en silencio. No respondo y eso parece no gustarle.
— ¡¿Qué?! Habla ya Marsh.
—Ojala sea cierto lo que dicen de Mark Cotswolds.
Hubo un breve silencio. Desvío la mirada al punto donde inicialmente se encontraba.
—Eso no es divertido.
—Ya lo sé.
— ¿Qué pasa con tigo? —pregunto en un tono de regaño. El se sentó a mi lado —De repente actúas como si todo fuera una mierda, y podría decirse que llevas dos semanas actuando de esa manera.
— ¿Acaso te molesta? ¿Por qué no me has podido cambiar?
—Esto no se trata de eso y lo sabes, se trata de que deberías dejar de tomar esto como un juego.
Volteo a mirarlo, ligeramente siento algo.
— ¿Por qué no te metes en tus asuntos conformista y me dejas en paz?
—Es imposible hablar con tigo.
Fue lo último que dijo después de marcharse. Yo por mi parte me quede allí, sentado tratando de ordenar mis emociones que lentamente se esfumaron. Solo deseo que este día termine pronto. Entre a clase sin mucho interés, es la clase de artes, la más aburrida de todas y todos saben que la profesora de artes es una conformista aburrida.
Ella apenas llego, puso una labor simple, dibujar a quien este a nuestra par con la intención de convivir entre nosotros. A mi par se encuentra un rubio al que en lo personal desearía no tener tan cerca; Butters.
El con una sonrisa en sus labios tomo el lienzo y la pintura. Esta dispuesto a dar marcha adelante, sin pensarlo mucho por el frenesí del momento parece que sus movimientos son más rápidos y extrañamente desapercibidos por mis ojos. Comenzó a tararear una canción, nunca se queda callado a menos que se le ordene silencio.
Sin mucha afición inicio con el dibujo. Debo dibujar al rubio de la manera en la que yo lo veo, algo tedioso pero hoy podría decirse que no me importaba realmente como quedase, si podía salir de esto pronto por mí está bien.
Pasa el tiempo. Los minutos se vuelven horas. La maestra pasa por cada cilla mirando con detalle el arte de cada uno y se detiene en el del rubio.
—Butters esto es excelente —menciono. El solo alargo aun mas su sonrisa resaltando sus hoyuelos —Me encanta el rojo que empleaste para las mejillas y el naranja para su entorno.
—Gracias Srta. Streibel.
—Veamos el trabajo de tu compañero.
Ella se aproximo a mi trabajo. Parecía esperar algo seguramente más acorde a como vestía, pero se detuvo y miro con atención mi cuadro. Se quedo callada por un momento.
—Oh —menciono —Esto es... precioso —la mire extrañado —Es precioso, los colores y la perspectiva, lo que representa. Stan es un excelente recuadro de tu compañero, demuestra todo lo que debe ser un cuadro. Podrías ser artista, tienes potencial, tienes talento.
Después de ello continúo viendo el trabajo de otros. La mire levemente, fue tan irrelevante su comentario que volví mi vista para mi costado encontrándome con alguien de repente en frente de mi mirando el cuadro. Lo mire levemente, el continuo viendo el cuadro por un momento en silencio.
En vez de prestarle atención a su propio cuadro, decidió mirar con atención lo que estoy pintando. Algo inusual considerando que nunca nos hemos hablado, desde hace años el jamás ha notado mi existencia y mas por ser alguien tan importante entre los pasillos y cuyo estatus ha logrado ser destacable. Él es quien conforma las amistades de Butters.
—No es la gran cosa —menciona. Para dar marcha a su lugar de trabajo.
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RAVEN [STYLE] Stan X Kyle
FanfictionTu eres judío, yo un gótico. Tú eres "querido", yo no existo en tu mundo. Tú no me conoces, yo sé todo de ti. Tú no buscas hacerme daño, yo solo haré lo necesario, hasta hacerte daño. *Capítulos Cortos* *South park (c) Trey Parker y Matt Stone* *Cré...