《 Capítulo 17 》

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Tres débiles golpes a la puerta alertan a Johnny, por suerte está en la sala, porque si hubiera estado en su habitación seguramente no habría escuchado nada. Refunfuñando se levanta para abrir, encontrándose con Mark que lleva una caja de pastelitos en las manos. Se lo ve tan bonito con esos jeans y esa sudadera blanca.

—¿Puedo pasar? —pregunta tímido, Johnny se hace a un lado dándole a entender que sí —Te traje un postre.

Al llegar a la sala una caja llena de curitas abierta sobre la mesa llama su atención, preocupado se gira a ver a Johnny y lo analiza de pies a cabeza, sus dedos están llenos de cortes. Johnny se da cuenta de que está mirando sus manos y las esconde detrás de su espalda avergonzando.

—¿Qué te pasó?

—Mi mamá no está y quería comer manzana.

—Debiste usar un cuchillo para niños.

—Y lo usé...

¿Quién demonios se corta con un cuchillo para niños? Mark ríe bajito mientras lo jala hasta el sofá para comenzar a desinfectarle las heridas con alcohol, mirando feo a John de vez en cuando porque no se queda quieto. Finalmente busca algunas curitas pequeñas para comenzar a cubrir las heridas, ¿por qué no puede usar una curita para toda su mano? Es tedioso tener que ir poniendo una en cada dedo, tedioso y agotador.

—Siempre creí que Wendy era la única curita que necesitaba y ahora veo que ella está cubriendo muchas heridas, pero no puede cubrirlas todas, hay demasiadas —susurra Mark frunciendo el ceño —necesito más curitas, ¿quieres ser mi curita también Johnny?

—¿Uhm?

—Estuve pensando en lo que me dijiste ayer.

Al poner la última curita acaricia la mano de Johnny suavemente mientras la mira con seriedad y disgusto, no puede evitar curvar sus labios hacia abajo, cerrar sus ojos y llevar la grande mano hasta su mejilla para sentir el calor de John, quien permanece serio, dándole a entender que está esperando a que hable.

—Tienes razón —dice al fin mirándolo a los ojos —soy tan patético.

Como era de esperarse, el plan B fue un auténtico éxito, TaeYong es un genio.

—Siento mucho no ser lo que tú mereces Johnny —añade con sus ojos cristalizándose, mierda, no quiere llorar, no quiere hacer cosas que le molesten a John —¿Podrías darme un abrazo?

El mayor lo envuelve en sus brazos con suavidad, dejándose hipnotizar por el dulce aroma de Mark, es tan vulnerable y fácil de manipular, no está bien aprovecharse de eso, pero por otro lado sólo lo hace para asegurarse de no perderlo, en el amor y la guerra todo se vale, ¿verdad?

Al sentir los brazos de John a su alrededor Mark se siente en paz. Lo sé, "Johnny lo trata mal y él sigue buscándolo, que historia tan ridícula". Sí y no, es ridículo, ¿pero qué más podemos pedir de Mark? Cuando la vida y el destino han sido tan hijos de puta contigo como para ponerse a jugar con tu capacidad de dolor nadie tiene derecho a pedirte nada, ya hay suficiente con tu día a día, que se jodan sus: "Hazte respetar", "Déjalo", "Mejor solo que mal acompañado".

Y aquí es donde te pregunto, ¿de verdad sabes tú lo que es la soledad?

Levantarte todos los malditos días con un vacío que te consume el alma, estar rodeado de cientos y cientos de personas, pero sentir que estás en un puto cuarto oscuro incapaz de percibir el calor humano. Como una flor sin sol te comienzas a marchitar, hace tanto frío cuando te sientes solo y lo peor es que no importa cuantas chaquetas te pongas, el frío continúa, porque lo que se está congelando no es tu cuerpo, es tu corazón y desgraciadamente lo único que puede darle calor a un corazón es una sonrisa de esa persona que se ama, pero si no amas a nadie, si no tienes a nadie a quien amar, ¿cómo mierda seguir viviendo? No puedes, tarde o temprano morirás de hipotermia, te lo aseguro.

Mark es un pequeño que conoce la soledad, no es como tú o como yo que tenemos una lista de personas a las que aferrarnos cuando el mundo se nos está cayendo encima. Es verdad que ahora no está solo, tiene a Wendy, pero no siempre la tuvo y en cualquier momento, tal vez cuando más la necesite, podría perderla, pasó con su mamá ¿por qué no podría ocurrir con ella?

He aquí el veneno de la soledad, cuando la conoces, nunca la puedes olvidar, vives en un eterno miedo porque no la quieres volver a ver y entonces comienzas  a obsesionarte, no importa lo que tengas que hacer para retener a los demás a tu lado, manipular, mentir, lastimar, todo se vale en esta guerra llamada vida.

¿Será que Johnny también se siente solo?

—Lo siento —susurra Mark secándose las lágrimas —dejaré de llorar, no te molestes conmigo por favor.

—Está bien mi amor, creo que exageré un poco, te adoro así, siendo un bebé sensible y llorón.

Una simpática sonrisa de parte de Johnny lo hace sonreír también, el mayor acaricia su cabello mientras revisa el mensaje que le acaba de llegar.



Mamá
Cielo, llegaré un poco
tarde hoy, pide comida
a domicilio. Te amo.



¿John se siente solo también? No, Johnny es un muy mal criado hijo único que ha sido consentido por sus padres desde que nació. Nunca ha escuchado un NO como respuesta, lo que quiere, lo tiene, lo que no quiere hacer, no lo hace y lo que debe hacer, pero no quiere hacer, tampoco lo hace, simplemente se sienta a esperar a que sus padres le solucionen la vida y créanme, eso siempre ocurre.

Es increíble como hay personas mendigando por una mísera gota de amor, mientras que otros, que tienen absolutamente todo el amor que puedan necesitar y mucho más, no lo valoran para nada, se convierten en seres narcisistas, egoístas, malagradecidos, altamente egocéntricos. Creen que todos se deben comportar como ellos quieren que se comporten y que deben hacer lo que ellos quieren que hagan.

Son patéticos.

La mirada de Mark brilla, está ciertamente encantado por como la mano de Johnny le acaricia el cabello con tanta suavidad, espera paciente con sus manos sobre sus piernas a que John responda el mensaje para que regrese su atención a él.

—Era sólo una amiga —miente John dejando su teléfono sobre la mesita de centro, la sonrisa de Mark se desvanece —quiere que salga con ella al cine, pero ya le di la triste noticia de que volvimos.

Eso le dejará claro a Mark que si se atreve a terminar con él rápidamente podrá reemplazarlo.

—Tengo hambre, ¿quieres que ordene una pizza? —sonríe Johnny levantándose para ir a ver el número de la pizzería que está en un imán de la nevera —Pediré la vegetariana.

Cuando el pedido está hecho Johnny vuelve al sofá y comienza a contestar algunos mensajes mientras sonríe, Mark se queda junto a él, observándolo, sintiéndose estúpido por tener celos de un celular, sin embargo no lo puede evitar, ambas manos de Johnny están sobre aquel teléfono y el muriendo de ganas de que le vuelva a acariciar el cabello y de que le sonría a él, no a la maldita pantalla.

—Johnny —dice bajito, pero John no lo escucha, está demasiado ocupado riendo mientras lee los mensajes de sus amigos —Johnny...

—¿Uhm? —durante breves segundos lo mira —¿qué pasa bebé?

—¿No podríamos...? Mmm ya sabes, ¿divertirnos un poco mientras esperamos la pizza? —contesta sentándose sobre las piernas de John y obligándolo a que ponga las manos en su cintura —¿Vamos a tu cuarto?

Conseguir la atención de Johnny ha sido más fácil de lo que pensaba.

Su corazón comienza a palpitar rápido al sentir los labios de John sobre los suyos y como con necesidad introduce la lengua en su boca, puede ver la sonrisa del mayor volver a aparecer segundos después cuando dejan de besarse brevemente. Mark ama eso, ama tener la atención de Johnny sólo para él.

Esperemos que no haga locuras para conseguir algo que no vale la pena.

Vegetarià | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora