《 Capítulo 03 》

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Raro, todo es absoluta y completamente raro, John normalmente busca excusas para irse antes de las ocho, excusas con falta de fundamento, y él, cuidadoso de que no levantar su terrible temperamento, hace la vista gorda y lo deja irse aconsejándole darle una releída a los textos que leyeron en las tres horas, pero ahora, ahora está sentado frente a él en la mesa del comedor mientras Wendy sirve hamburguesas verdes en sus platos.

—No sé si te gusta la carne de soya, cariño, por eso no suelo invitarte a que te quedes a cenar —comenta Wendy acercándole la ensalada —si no te gusta lo puedes dejar, no te obligues a comerlo por educación.

Esa mujer es un amor, ¿soya? Da la primera probada, efectivamente no es carne de la normal, pero no está mala.

—¿Y? ¿Te gusta?

—Mucho, el pollo de la ensalada César está hecho como el pollo que suele poner en los sándwiches de Mark.

—¿Comparten sus almuerzos? —sí, compartir... —Deben ser más cercanos de lo que creí —sí, cercanos... bueno, ahora lo son, ¿verdad? —Si te gusta la carne de soya puedes quedarte a cenar cuando quieras.

—¿A qué se refiere con soya?

—¿No lo sabes? —John niega con la cabeza —Mark es vegetariano, estoy pensando en también hacerme vegetariana, después de todo en casa no como nada de carne animal.

¿Los bocatas que le quitaba a Mark eran de carne falsa? Toda su vida ha sido una mentira.

Al acabar la cena Johnny se ofrece a lavar los platos y Mark lo acompaña para que Wendy se vaya a dormir tranquila.

—¿Por qué eres vegetariano?

Es mi forma de aferrarme a la vida.

—Estoy en contra del maltrato animal.

—Si la carne está muy buena, los animales son para comer, te va a dar anemia, ¿no extrañas las chuletas?, pero sí comes pescado, ¿verdad? Eres un asesino de plantas, ¡pobrecitas! Si algún día quedas atrapado en una isla desierta y sólo tienes carne para comer, ¿la comerías? Yo también soy medio vegetariano, como pollo sólo dos veces a la semana.

Por Dios, cállate, los vegetarianos están hartos de escuchar ese tipo de huevadas.

Sentado delante del mesón escucha todas las estupideces que dice Johnny, nada que le afecte, aquello es lo que normalmente está acostumbrado a escuchar cuando debe rechazar un trozo de carne y se ve obligado a contar que es vegetariano.

—¿Por qué no me contestas? —porque no pasan ni dos segundos y ya está preguntando otra cosa —¿Puedo quedarme a dormir? —pregunta algo tímido, la cocina está limpia, John ansioso por un sí y Mark con los labios pegados incapaz de contestar —¿Puedo? —después de unos breves segundos consigue un movimiento afirmativo de cabeza.

Su corazón empieza a temblar otra vez, hace mucho que no duerme junto a alguien, y digo junto porque Johnny se acomoda junto a él, en su cama, abrazándolo por la cintura como si ya hubieran dormido así muchas veces, un colchón blandito y perfectamente acomodado está vacío en el suelo al lado de su cama, se supone que Johnny dormiría ahí, pero los planes se salieron de control, Johnny los sacó de control, como todo lo que toca.

—Mark, amor —raro, raro, raro, muy raro, ¿qué pasó exactamente para que todo se diera la vuelta así? —nuestra relación, ¿podrías no decirlo? Sólo déjame pensar en cómo contárselo a mis amigos —tampoco es que alguien le hable en el colegio como para poder contárselo —no te enfades, buenas noches —añade dándole un beso en el cuello que provoca una corriente de sensaciones en Mark.

¿Qué le pasa?, se supone que aceptó ser su novio para que no lo golpeara y dejara de molestarlo en el colegio, incluso podría conseguir algún amigo al fin con ese grandulón cubriéndole las espaldas, entonces ¿por qué todo su cuerpo se tensa ante los besos de Johnny? ¿Será que a él también le gusta?



***



Yuggie era el mejor amigo de Mark, un perrito de tres año que él y su papi rescataron de la calle, estaba temblando bajo la lluvia, llorando como cualquier cachorro haría en su caso. Mark lo amaba, lo cuidaba y consentía, el señor M lo detestaba, pues Yuggie siempre le ladraba y mordía, así que lo mató, porque los animales sólo son eso, animales, seres inferiores que no merecen respeto, únicamente sirven para usar y tirar, para maltratar, para comer, sí, para comer.

Mark llegó luego de un día de clases como cualquier otro, se lavó las manos y saludó al señor M, quien le sirvió el almuerzo con dificultad, tenía una mano vendada luego de que Yuggie le mordiera agresivamente.

—Cómete todo o no habrá postre —Mark asintió y almorzó tranquilamente con el señor M acompañándolo.

Cuando el plato estuvo vacío el pequeño empezó a buscar a su perrito, tenía la patita rota y debía darle su medicina, raramente no lo había recibido al volver de la escuela, Mark estaba preocupado.

—Señor, ¿ha visto a Yuggie?

—Te lo acabas de comer.



***



A falta de John los otros bravucones se ríen de Mark, estampándolo contra los casilleros de siempre para pedirle "prestado" algo de dinero.

—Miren a este ratoncito asustado, no quieres problemas, ¿verdad? —Mark niega con la cabeza —¡Entonces danos el dinero de una puta vez! —no tiene dinero, sólo el almuerzo de Wendy, el cual saca algo tembloroso para extenderlo hacia TaeYong —¡No rata imbécil! ¡Dinero! Queremos dinero, el almuerzo ya se encargará Johnny de quitártelo luego —esto es malo, muy malo, el otro amigo de Johnny, el japonés, le quitó el dinero que Wendy le dio para la semana cuando recién se lo había dado, no tiene ni un mísero centavo.

La gente a su alrededor empieza a murmurar y reír, dándole la razón a TaeYong de que es un ratón asustadizo incapaz de defenderse, aunque un ratón no necesita defenderse cuando hay un grandulón que se puede encargar de protegerlo, tal y como él pensó, ser novio de Johnny podría facilitarle la vida.

—No lo toques, idiota —John se interpone entre Mark y su amigo empujando levemente a TaeYong.

—¿Qué pasa? ¿Ahora que es tu profesorcito te convertiste en su guardaespaldas?

—Sí, no lo vuelvan a molestar —los amenaza sujetando de la muñeca a Mark para que lo siga, detrás de él sus amigos ríen sonoramente dejando escapar alguna que otra burla —¿te quitaron algo? Lo recuperaré para ti —Mark niega con la cabeza como siempre, preguntándose porqué Johnny tiene la manía de encerrarse junto a él en el baño —te molestan por mi culpa, pero no te preocupes, hablaré con ellos para que no lo vuelvan a hacer —suspira maldiciendo al karma una vez más.

El timbre de entrada suena alarmando al canadiense, hace unos días ya perdió las clases de historia, para su desgracia también tiene historia a primera hora en ese momento, no puede volver a llegar tarde, pero cómo soltarse de los brazos de Johnny que lo rodean con tanta fuerza, cómo tratar de marcharse cuando John se sienta en lo más alto del retrete y lo coloca sobre su regazo, uniendo sus labios con suavidad en un tercer y caliente beso donde la lengua húmeda y caliente del castaño entra en su boca mientras su mano descaradamente baja hasta su trasero para empezar a acariciarlo. Si rompe algo así para ir a sus clases de historia se enfadara, o tal vez él no lo quiere romper porque le está gustando, es algo brusco, pero sin malas intenciones, muy distinto a cuando M, lo besa.

Vegetarià | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora