El primer día que se reunieron las cosas fueron tranquilas, Mark había escogido temas fáciles para empezar, Johnny incluso escuchó atentamente durante las tres horas mientras descubría el placer de los bocaditos a la hora de estudiar, seguramente su mamá también se los prepararía, si alguna vez se pusiera a estudiar en casa.
¿Los siguientes días? Un poco más pesados, sin duda, los temas se volvían más difíciles, pero Mark es un buen maestro, por lo que con un poco de paciencia Johnny lograba comprender, con paciencia y bocaditos de Wendy, que le suben la moral.
Tras días, que se convirtieron en semanas, estando 3 horas junto al cerebrito, ciertas cosas empezaron a llamarle la atención, Mark se veía tan jodidamente sexy, lindo y chic sumando, restando, multiplicando e incluso dividiendo sin calculadora, resolviendo ejercicios de química sin fijarse en la valencia de los elementos, porque se las sabe de memoria, o cuando habla de autores clásicos a la hora de literatura y sus ojos brillan emocionados.
Al principio fue admiración, tal vez envidia, pero después hubo algo más, los últimos días su mirada se perdía en el rostro de Mark, viendo y analizando los gestos que hace cuando habla, tanto así que el mundo se queda sin sonido y las palabras se van con el viento, haciendo que Mark detenga las clases para llamarle la atención, a lo que él responde con un ceño fruncido y un golpe "amistoso", mientras le grita: "¡Te estoy escuchando!", luego de su golpe y grito el muchacho suele tensarse, demostrando cuanto le asusta John, cosa que a él le encanta, se siente poderoso ante alguien que lo tiene en sus manos, porque seamos sinceros, John no pasará los exámenes sin la ayuda de Mark.
***
El corazón de Mark late tan rápido que se podría salir de su pecho, su respiración más acelerada de lo normal, las manos de Johnny le sujetan las muñecas por encima de la cabeza, su cintura también está aprisionada por las piernas de John a cada lado, se lo veía tan enfadado hace unos minutos, ¿por qué no lo está golpeando?, no, la pregunta está mal formulada, ¿por qué lo está besando?, sin mencionar que él no hace nada para evitarlo, incluso habría dejado que Johnny metiera la lengua a su boca si Wendy no hubiera tocado a la puerta de su habitación.
—Les traje la merienda —anuncia con una dulce voz antes de abrir, Johnny se levanta de golpe y va hasta la puerta con pasos largos —¿te vas?
—¿Eh? Sí, sí, es que mi perro, no, es que yo tengo algo... qué hice, ¡qué hacer!
No pasan muchos minutos hasta que se escucha a Johnny abrir la puerta para posteriormente cerrarla, Wendy está convencida de que los adolescentes son realmente extraños, ¿qué hace Mark sentado en el suelo?
—Es... una moda de internet, ya sabes, sentarte en el suelo... para resolver ejercicios de matemáticas.
Muy extraños, los adolescentes son muy extraños.
***
Lunes por la mañana, Johnny no llegó a las clases del domingo, por alguna razón no le extraña, las cosas podrían resultar incómodas tras ese beso, incluso piensa que John podría ignorarlo en los pasillos, no es que ahora lo salude amistosamente por ser su tutor, sino por los empujones que suele darle haciendo que se estrelle contra los casilleros, o su costumbre de quitarle el almuerzo. El timbre de entrada suena y sus pasos se apresuran para no llegar tarde a historia, el maestro tiene una obsesión con la puntualidad, incluso los deja fuera del aula si llegan un minuto tarde, por eso mismo su angustia crece cuando un Johnny más fornido de lo normal lo arrastra en dirección contraria al aula de historia, acorralándolo una vez más contra la pared del baño.
—Escúchame bien, juro que si alguien se entera de lo que pasó en tu casa te arrepentirás, lo juro.
—No... no te preocupes —contesta nervioso tratando de soltarse de su agarre —llego tarde, por favor déjame ir.
Su tono de voz suave, su expresión de preocupación y ese "por favor" que es un claro ruego, realmente le encanta verlo así.
—Si dices algo te golpearé, ¿quieres que te golpee? —lo amenaza alzando la mano.
—¡No! —en un movimiento involuntario sus ojos se cierran y sus manos también, dándole una corriente inexplicable a Johnny que lo incita a besarlo una vez más, mordiendo su labio inferior con confianza, adentrando su lengua sin interrupciones exteriores, sólo él y su tutor el cerebrito compartiendo saliva excitantemente.
—Mark —el chico abre los ojos sorprendido por no ser llamado con un sobrenombre —dime que eres mujer, porque sino acabo de pasarme al otro bando.
—No soy mujer —murmura frunciendo el ceño, ¿qué está diciendo?
—Entonces soy gay, me hiciste gay.
Johnny le da miedo con sus golpes "amistosos", que le tienen todo el brazo lleno de moretones, y sus gritos de exasperación, normalmente acompañados por una expresión facial aterradora que parece decir sin necesidad de palabras: "Cállate o te voy a romper la cara", pasar 3 horas con él está bien, pero tenerlo todo el día siguiéndolo es un infierno en vida, especialmente porque John le dice cosas extrañas, decir cosas extrañas es su nuevo talento.
—He visto que en recreo te sientas cerca de las animadoras —¿de verdad? Él nunca lo había notado —¿te gusta alguna de ellas? —pregunta tratando de no parecer molesto, pero fallando en el intento —¿te gustan las mujeres? No, mejor no contestes, ¡sólo no te acerques a ellas! ¿Entendido? —bufa volviendo a su libro de filosofía —Mark... —sin decir ni una palabra Mark lo regresa a ver ¿ahora qué?, ¿cuál es la necesidad de llamarlo a cada segundo? —nada —John bufa aún más fuerte como si estuviera desesperándose —Mark... —y otra vez a lo mismo —este... nada —jodido Mark, ¿acaso sólo a él lo está volviendo loco el recuerdo de esos dos besos? —Mark...
—¡¿QUÉ?!
—¿Por qué me gritas? —frunce el ceño de inmediato —¿Crees que puedes gritarme, imbécil?
—Lo siento.
—Mark —debe de haberse vuelto adicto a su nombre.
—Dime.
—Quieres... no, te exijo que seas mi novio —medio segundo después de haberle preguntado se levanta indignado —¿No quieres? —ni siquiera tuvo tiempo a reaccionar, peor a contestar —Bien, prepárate, desde ahora te molestaré aún más en el colegio.
No, que horror, si él no dijo nada, ¿quién te da medio segundo para responder? ¿Acaso cree que es Flash? Con toda la velocidad que le es posible a su brazo sujeta del tobillo a Johnny antes de que salga, todo aquello es una locura, casi tanto como lo que está a punto de decir.
—Sí... sí quiero.
***
En los sueños de Mark él y su papá recogen perritos de la calle, por alguna razón esos perritos siempre tienen la patita rota o eventualmente se la terminan rompiendo, es extraño, es triste, es horrible, ya no quiere soñar con más perritos de patitas vendadas.
En todos esos perritos ve los dulces ojos de Yuggie, su ex mascota, suplicándole ayuda, había sido tan dura la muerte de su perrito que se prometió cuidar a los animales, pero no lo estaba haciendo, ¿por qué no?, ¿cómo había terminado en una situación tan terrible?