¿Qué es exactamente lo que quiere conseguir?
Que abril brote en su estómago al rozar los labios de Johnny como antes, quiere una señal de placer, una corriente dulce de agua roja que cosquillee en sus venas hasta hacerlo ver las estrellas, quiere sentirse vivo con aquellas cosas que lo hacen morir.
Siente miedo de si mismo al verse en el espejo, un universo paralelo señalándome las agujas del reloj que está a punto de colapsar, ante cada tick tock retumbante en el frío y oscuro espacio que se esconde en su cabeza, trata de ser más rápido, de conseguir algún indicio de vida en el cuerpo congelado de un Mark que los monstruos de su cabeza no dejaron salir al mundo.
¿Qué es exactamente lo quiere conseguir al llegar a casa de John? Al desnudarse frente a sus ojos mientras lo obliga a poner una de sus grandes manos sobre su cadera, ¿qué quiere? quiere sentirse vivo.
Quiere amar, llorar, reír y tener un jodido orgasmo al menos una vez en su vida, quiere gritarle al cielo que siente placer, que junto al último suspiro antes de correrse sus miedos y traumas se evaporaron, ¿por qué? Porque quiere vivir.
—Quiero vivir —un dulce quejido se le escapa cuando Johnny entra en él con fuerza, moviendo cada músculo de aquella impresionante espalda en el acto —quiero que me hagas sentir aquello que sentí la primera vez que me besaste.
—¿Qué sentiste la primera vez que te besé? —sonríe John dándole un suave beso en la mejilla.
—Sentí miedo porque pensé que ibas a golpearme, luego no sentí nada, me quedé en shock, hasta que de repente algo cosquilleó en mi estómago —Mark sonríe, es un buen recuerdo —sentí esperanza, porque me di cuenta de que aún habían emociones buenas en mí... después de mucho tiempo, al fin me sentía vivo.
El ritmo de Johnny aumenta, motivado por la cursilería de Mark que endulza su corazón, cada vez más certero, más profundo, su cuerpo húmedo por el sudor deslizándose con fuerza sobre la suave piel de su bebé, con un breve gruñido llega al esperado orgasmo que tantas veces a alcanzado y que Mark no puede soñar ni con saber cómo es.
Resignado el menor se voltea, limpia con disimulo las lágrimas que se deslizan por su mejilla, su tiempo se acabó y no precisamente porque los segundos estén en cero, sino porque el reloj se cayó, estaba cansado, no podía aguantar más.
—Supongo que es el fin —Mark se voltea, esta vez quedando cara a cara con un confundido Johnny —definitivamente no puedo sentir, ¿cuántas veces lo hemos hecho desde la muerte de Wendy? ¿Cinco? ¿Tal vez siete veces? Ni amor, ni placer, ni felicidad, ya ni siquiera siento dolor o tristeza, estoy vacío, ¿entiendes? Como un objeto.
No, no lo hace, no entiende. Johnny frunce el ceño y trata inútilmente de abrir la boca para decir algo.
—No es tu culpa, no te preocupes —lo interrumpe Mark —debe ser realmente placentero hacerlo contigo, es decir, tienes un gran cuerpo y mucha fuerza —la confusión de Johnny aumenta —yo lo intenté, de verdad que lo hice, quise sentir, porque sentir es prueba de que estás vivo —de repente lágrimas invaden sus ojos —me mantuve tanto tiempo con vida porque sentía el amor de Wendy, pero la perdí y ahora estoy aterrado.
—¿De qué estás hablando?
—Se me acabó el tiempo —un miedo oscuro se refleja en sus ojos —aunque pensándolo bien, M no está aquí, es tu habitación, estamos tú y yo solos, sin embargo sigo pensando en él aunque no esté aquí, lo veo cuando me besas, lo siento cuando me penetras y eso me está jodiendo la cabeza.
—Mark, basta, no te entiendo.
—Mi cabeza está jodida porque él está ahí, no importa que M no esté físicamente a mi lado, está en mi cabeza y...