Durante una semana JaeHyun no se apareció por el colegio, ¿está enfermo?, tal vez, ¿se fue de viaje?, quién sabe, ¿decidió cambiarse de colegio?, ojalá. Lo único importante es que está lejos de Mark y él puede respirar tranquilo, aunque no tanto en ese momento, sus labios se niegan a despegarse de la cadera de su bebé, donde va dejando besos mientras baja de poco en poco, las respiraciones de ambos agitadas, deseosos por más, pero Mark deteniéndolo cuando sus manos empiezan a pasar los límites.
—¿Te estás vengando porque la primera vez fui yo quien detuvo todo? —suspira John sentándose sobre la cama, cubriendo a Mark con su camisa para evitar tentaciones —Desde ese día esta es la tercera vez que me alejas en la mejor parte.
—Wendy podría llegar en cualquier momento.
—Mi mamá me dijo que luego de las clases irían a una cafetería del centro con sus otras amigas del curso.
—No estoy listo.
—¿Y la primera vez que estuvimos a punto de hacerlo?
—También te iba a detener si intentabas algo más que besarme.
Como siempre es evidente que está molesto aunque lo niega, se viste deprisa y miente que tiene planes para la noche así que debe irse, tras un portazo Mark puede escuchar el sonido del auto encendiéndose, se ha ido.
Su mente vuela pensando en a dónde irá, tal vez a buscar una chica que sí quiera acostarse con él, entonces su corazoncito duele inmensamente, confirmándole una vez más que sí le importa Johnny, le gusta, desde cuándo, ni él lo sabe, pero lo hace. Le gusta que lo abrace cuando ven películas, que sujete su mano mientras caminan por los pasillos, los besos suaves y tiernos, los bruscos y desesperados, le gusta que sea la primera persona que toca su cuerpo sin contar a M, incluso está seguro de que no dejaría que nadie más, que no sea Johnny, lo viera casi desnudo, ni mucho menos que lo toque como sólo a él lo deja hacerlo.
Sin embargo John no entiende eso y lo hace llorar al pensar que podría dejarlo después de haberse acostumbrado a él, después de decirle a su corazón que lo deje entrar aunque sea un poquito, lo peor es que sería su culpa, Johnny es alguien popular, un adolescente viviendo su juventud al máximo y él es un raro que no puede dejar sus miedos estúpidos de lado para darle a su novio lo que quiere.
***
La casa tiene un extraño olor a tomate y eso sólo puede significar una cosa, el tío Xiumin está de visita y va a preparar su pasta especial. Al bajar a cenar como se lo esperaba lo encuentra en la cocina ayudando a Wendy a servir los platos, entre idas y venidas de la cocina al comedor Xiumin le dice que trajo sus dulces canadienses favoritos, pero que no debe comérselos todos en una tarde como la última vez. Quien se los comió todos de golpe fue John, no él, Johnny...
—Xiumin dejará su cargo como psicólogo de la Dinapen en Vancouver y vendrá a vivir a Estados Unidos —comenta Wendy sirviéndole un poco más de pasta —aunque el trabajo es en Chicago, vendrá a vivir cerca de nosotros.
—Tendré que conducir todos los días media hora, pero no importa, estoy un poco cansado de las grandes ciudades, quiero vivir en un pueblo tranquilo como este, también quiero estar cerca de ustedes.
—¿Qué pasa cariño? No te ves muy entusiasmado por la noticia.
—Lo siento.
—Peleaste con Johnny, ¿verdad? Lo vi salir molesto.
—¿Puedo ir a mi cuarto?
—Pero no has comido casi nada —Wendy mira nerviosa a Xiumin.
—Si no tienes hambre no hace falta que comas, pero no te vayas, cuéntanos cómo te fue en el colegio hoy.