La habitación de Mark está casi a oscuras, pocos rayos de sol logran colarse por las rendijas de la cortina cerrada. Wendy entra con una bandeja llena de snacks y chucherías, está preocupada, por no decir desesperada, apenas logró hacer que Mark coma dos cucharadas de cereales en el desayuno, el almuerzo ni siquiera lo tocó.
Cuando se fue el día de ayer a una cita de trabajo en la ciudad vecina todo estaba bien, al volver en la noche encontró a Mark arropado de pies a cabeza mientras sollozaba bajito, le preguntó si ocurría algo malo, él dijo que no, simplemente le dolía la cabeza y le pidió que lo dejara solo. Debió insistirle un poco y no conformarse con una excusa tan vaga como: "Me duele la cabeza". Ahora ni siquiera logra conseguir alguna respuesta coherente de él.
—Cariño, te traje algo para merendar —se acerca a él, sus ojos están abiertos, su cuerpo cubierto por un edredón hasta la quijada —lo dejaré aquí en la mesita de noche —suspira con suavidad —¿qué quieres para cenar? Haré lo que me pidas.
No recibe respuesta. Sintiéndose derrotada va hasta la puerta de la habitación, Xiumin está recostado en el marco de la misma mientras cruza los brazos en una clara pose de estar analizando la escena.
—Creo que llamaré al psicólogo de Mark —susurra Wendy acercándose a Xiumin —o tal vez a su psiquiatra, ¿qué opinas?
—Parece un típico cuadro depresivo temporal de un adolescente, tal vez peleó con algún amigo o reprobó una materia y no sabe cómo decírnoslos, simplemente deberíamos dejarlo solo para que se desahogue.
—Pero lleva casi un día entero así y no ha comido nada.
—Cielo, tranquila, es un adolescente, uno nunca sabe que sucede con ellos, te prometo que si para mañana sigue igual, yo mismo lo llevaré a ver a su psicólogo.
—Mañana tengo una reunión en el trabajo, podría cancelarla.
—Él estará bien, ¿qué te parece si llamamos a Johnny mañana? Seguro le levantará el ánimo.
Al siguiente día Wendy se va insegura a trabajar luego de haberle dejado a Mark el desayuno en la mesita de noche, Xiumin también comienza a arreglarse a las pocas horas de que Wendy se ha marchado para irse a su propio trabajo. Cinco minutos antes de la hora de salida alguien toca el timbre, Johnny está puntualmente frente a la puerta.
—¿Crees que discutió con algún amigo? —Xiumin pregunta arreglándose la corbata frente al espejo.
Mark no tiene amigos.
—No.
—¿Reprobó alguno materia?
Si Mark reprueba una materia él probablemente reprobará el año entero.
—Lo dudo.
—¿Ustedes dos pelearon? ¿Va bien su relación?
—Mejor que nunca.
—Entonces no lo entiendo, haznos un favor y anímalo un poco o Wendy morirá de la preocupación.
Luego de dedicarle una sonrisa y darle unos golpecitos en el hombro Xiumin sale de la casa. Johnny sube las escaleras y entra al cuarto de Mark sin tocar, haciendo el menor ruido posible se acerca hasta su novio para sorprenderlo con un beso en la mejilla y luego otro en los labios. Mark reacciona al fin, frente a él Johnny está sentado en el suelo sonriéndole y pasándole una mano por el cabello con delicadeza.
—¿Qué haces aquí? —su voz suena áspera luego de haberse pasado un día entero sin entonar palabra —Vete.
—¿Qué pasa mi amor? Si llevamos casi un día sin vernos, te he extrañado mucho.