El panorama es un completo caos, Mark se apresura a sentarse en el suelo junto a JaeHyun, quien está teniendo un espantoso ataque de pánico y ansiedad, trata de tranquilizarlo, lo abraza con fuerza, suplicándole con lágrimas en los ojos que se calme, Wendy podría llegar en cualquier momento y sería un verdadero problema que lo encontrara así.
—Él ya se fue Yoonnie, lo prometo.
Una eterna hora después JaeHyun por fin deja de llorar, a cambio se queda mirando al suelo totalmente perdido, le devuelve el abrazo a Mark, aspirando el dulce aroma a fresa y vainilla que siempre ha tenido el menor.
Avergonzado por su actitud ríe bajo y deja que Mark limpie sus lágrimas. Se siente tonto, no por haber perdido los estribos hace un rato, más bien eso le parece totalmente normal luego de haberse topado con el mismísimo diablo, lo que le avergüenza es haber sido tan idiota como para subirse a una nube.
Creer que la vida da segundas oportunidades y que los demonios del pasado se pueden enterrar, mierda, que idiota, la vida es una total y completa hija de puta, ella no brinda segundas oportunidades, ¿cómo pudo pensar que con terapia psiquiátrica podría llegar a ser feliz? ¿Al menos existe la felicidad?
No se puede alcanzar algo que no existe y en este preciso instante, en el que se acaba de dar cuenta de que la vida es un cruel juego imposible de ganar, está más que seguro de que la felicidad es una vil mentira utópica, no hay felicidad, sólo buenos momentos.
Se acabó, se cansó de luchar.
—Mark, quiero pedirte dos cosas —Jae capta de inmediato la atención de su amigo, quien asiente dándole a entender que lo escucha —la primera y más fácil es que dejes a John.
—¿Qué? ¿Por qué?
—¿Por qué? —el mayor ríe incrédulo —Te insulta, te grita, es celoso, egoísta y manipulador, ni siquiera me sorprendería sin un día de estos te golpea.
—Johnny nunca haría eso —frunce levemente el ceño Mark mirando hacia abajo —él me ama, me lo dijo hoy.
—Bueno —suspira JaeHyun dejando ahí el primer tema —lo segundo es que hables con Wendy, debes contarle todo, ¿okay? Cuéntale sobre M, tal vez tú estés perdido y asustado, pero ella sabrá que hacer, las mamás siempre lo saben.
—No puedo —contesta Mark haciendo que una vez más YoonOh suspire —las cosas están bien así, puedo lidiar con M, sólo déjalo pasar Yoonnie, estoy bien, lo prometo.
No puede irse así, no puede marcharse y dejar a dos demonios consumiendo la pureza de aquel ángel que es Mark, a pesar de todo lo que ha tenido que vivir. Con mucho esfuerzo JaeHyun se aguanta las ganas de llorar y a cambio pone su mejor sonrisa.
—Entonces, hagamos un maratón de películas como en los viejos tiempos, tú, yo y muchas palomitas.
Con 30 dólares en el bolsillo YoonOh y Mark van al supermercado más cercano para comprar todos los sabores de palomitas que hayan, ambos tienen una gran sonrisa, dos amigos hablando animadamente mientras meten un montón de chucherías al carrito de la compra, ¿quién sospecharía que los dos caminan en la cuerda floja de seguir viviendo y caer al profundo abismo de sus traumas?
Una expresión de sorpresa se dibuja en el rostro de Mark cuando JaeHyun pone una botella de vodka cranberry en medio de todas las chucherías, Yoon simplemente sonríe y le guiña un ojo, a lo que Mark contesta encogiéndose de hombros, no es muy fan del alcohol gracias a Taeil, pero una vez cada mil siglos no está mal, es parte de su terapia el tratar de normalizar todo aquello que le crea un trauma, el alcohol es algo totalmente normal, sólo hay que saber no abusar de él.
