Sick | 2Yeon.

26

La más baja moría de nervios.

Estaba viajando, con su novia, lo había logrado.
Pero las noches anteriores había tenido horribles pesadillas de que algo malo podría pasar.

¿Y si le caía mal a su suegra?
Ah, eso no le importaba.
¿Pero y si alguien de el circulo cercano de su padre la veía?
Ah, cierto, eso tampoco le importaba.
Bueno si.
Pero no.
Pero si.

El subterráneo tenia una cantidad de gente moderada.
A las cuatro de la mañana, Un sábado frío.

Jeong entrelazaba los dedos de sus manos con las de Nayeon.
Las parejas heterosexuales no disimulan.
¿Acaso es diferente si ellas no disimulan?

Nayeon cerraba sus ojos a cada rato, se dormía a pesar de el típico ruido de un subterráneo.

Jeong escuchaba música con sus audífonos.

Una viejita no paraba de mirarlas, con cara de repulsión.
Ni pensar que tiempo atrás mataban a las personas por ser homosexuales.

–Dance The night away– Canturreaba Jeong bajito, no podía evitarlo, amaba esa canción –Yeah, One two three let's go, jeo uju wiro– Y movía su cabeza de lado a lado.

Jamás pensó que alguien tocaría su hombro por esa melodía, nada más ni nada menos que un hombre de negro.
Podría ser un estafador, pero su cara no parecía engañosa.
Traje elegante, y un maletín.

Jeong se sacó un audífono.

–Tomala, por si te interesa– El hombre extendió una tarjeta.

"JYP Entertainment"

Jeong hizo una pequeña reverencia con su cabeza dando las gracias y la tomó.
Una tarjeta con la dirección de la empresa, números de teléfonos, páginas web, Que informaba sobre una próxima audición.

En aquél momento Nayeon se encontraba con su cabeza sobre el hombro de ella, presionando su mano.

Jeong sólo la guardó, no pensó nada más con respecto a eso.

Después de unas cuantas horas llegaron.
Caminaron hacia la casa de Jeong, No quedaba muy lejos.

Una casa pequeña, flores en la entrada, y un césped bonito.

Una de las hermanas de Jeongyeon Vivía allí, la otra con su esposo, pero era realmente apegada a su mamá.
Jeong a pesar de ser la menor, había aprendido a ser más independiente.

Golpeó la puerta y rápidamente una de sus hermanas le abrió.

Pegó un grito y las otras dos mujeres de la casa corrieron a la puerta.

Una de las hermanas abrazó a Nayeon –Ah eres tan linda– Le presionó las mejillas y la invitó a pasar.

las cuatro se sentaron en la cocina-comedor, y recibieron más que bien a Nayeon.
Ella se sintió cómoda, y tomo confianza rápido.

Desayunaron las cuatro juntas y claro, Las hermanas mayores de Jeongyeon se fueron a trabajar.

No había una figura paterna en la casa, Era algo de lo que no se hablaba.

La madre de Jeong decidió dejarles su espacio más tarde.

Luego de instalarse las dos juntas en la antigua habitación de Jeongyeon, comer, jugar videojuegos y bailar decidieron salir a recorrer la ciudad.

–Tus hermanas son fantásticas – Comentó Nayeon.

–Son algo escandalosas, La emoción supongo.