P r ó l o g o .

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16 de julio de 2014

Guardé en mi armario el pequeño diario donde había escrito repetidas veces el nombre del chico que me gustaba, acompañado de varios corazones y estrellas por todas las hojas. Me sonrojé al ver mi creación de nuevo.

Tenía doce años, y Ethan West había sido mi primer y único amor desde que tenía memoria, prácticamente.

Puede que parezca demasiado tiempo, pero no exagero. Después de todo, ¿cómo olvidar un amor al que ves casi a diario?

Ethan solía venir a jugar con mi hermano, y cuando yo iba a casa de Zoe, él siempre estaba allí.

Salí de mi habitación a hurtadillas, como si cualquier movimiento brusco aumentase las posibilidades de que alguien encontrara mi diario. Antes de llegar al salón, escuché los gritos de mi hermano; solía cabrearse mucho al perder en un videojuego e incluso había llegado a romper más de un mando.

Una risa conocida aceleró mi corazón.

Daba igual cuántas veces la oyera o cuantas veces mirara sus preciosos ojos grises, siempre iba a causar ese efecto en mí.

Avancé hasta el salón donde ellos estaban e intenté sonar lo más casual posible al saludarle.

—Hola —dije, notando cómo empezaba a ruborizarme al recordar la página de mi diario con su nombre.

Él dejó de mirar la pantalla para verme y me dedicó una de sus sonrisas que lograban que me derritiera por dentro.

—Hola, Kate.

—¡Ja! Pringado —espetó mi hermano —. ¡Te he ganado!

—¡Oye! ¡Eso es trampa! —volvió a girarse Ethan indignado —. Estaba saludando a tu hermana.

—En el amor, en la guerra y en los videojuegos, todo vale —rio el otro.

Ethan puso los ojos en blanco, pero agarró el mando de nuevo.

—¿Dónde está Zoe? —pregunté antes de que empezaran una nueva partida.

—Dijo que vendría más tarde, pero estará por llegar.

—Vale. Avisadme cuando llegue.

Volví a mi cuarto y cerré la puerta. Después me dejé caer en mi cama, miré al techo por un largo rato y suspiré.

Lo mío no era más que un enamoramiento tonto por alguien que jamás se fijaría en mí; por ello, haría con mis sentimientos lo mismo que hacía con aquel diario: ocultarlos, de forma que nadie más que yo supiesen de su existencia.

Kate & Ethan ✔️ | YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora