E s p e c i a l .

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14 de febrero de 2019

El frío enrojecía mi nariz y mis orejas. Hacía ya un rato que había dejado de sentirlas.

Caminé de la mano de Ethan por las calles de Nueva York, con la otra mano metida en el bolsillo ya que el frío me impedía tenerla fuera, a pesar de llevar guantes. El enorme abrigo que mi madre me había hecho comprar semanas atrás me protegía del frío, pero no impedía que mis pies, manos y rostro se congelaran.

Aún así, yo estaba decidida a ir a Central Park junto a Ethan, ya que era San Valentín y quería pasar tiempo con él.

Todo estaba nevado, los arboles carecían de hojas y estaban decorados por la nieve, al igual que el suelo.

Amaba el paisaje a pesar de que el clima fuese frío, el blanco de la nieve le daba un aspecto romántico.

Llegamos a un paseo con bancos y decidimos sentarnos allí un rato. La idea había sido mía, ya que tenía una sorpresa preparada para él.

Apartamos la nieve del banco y nos sentamos en él. Mi abrigo era largo, pero aún así sentí el frío de la madera en mi trasero.

Saqué el regalo que había estado guardando en mi mochila.

—Feliz San Valentín —le dije. Ethan miró el regalo curioso, seguramente no esperaba que le diese un regalo así de repente. Lo cogió con los guantes que llevaba, tratando de que no se le resbalase.

Observé expectante como se quitaba dichos guantes y comenzaba a romper el envoltorio para ver lo que había dentro.

Obviamente, yo ya sabía lo que era, pero tenía curiosidad por su posible reacción.

Él analizó el libro que había ente sus manos con cuidado, viendo cada detalle de la portada.

Hacía unas semanas había ido a una imprenta y había impreso un libro con todos los poemas que había escrito dedicados a Ethan. Lo admito, la idea me había venido de lo que Ethan me había regalado por mi cumpleaños, ese recopilatorio de dibujos que me pareció asombroso. Pensé en la cantidad de poemas que había escrito sobre él y dije "¿por qué no?".

Había juntado todo, desde los poemas que nunca salieron de los cajones de mi habitación, hasta los que había llegado a publicar en Instagram.

La cubierta era blanca, tan solo se leía en letras negras y simples: "nuestra historia en versos". Dentro, la primera página, era una dedicatoria escrita en forma de carta para Ethan.

Pasó las páginas leyendo cada poema escrito por mi, hasta que llegó a uno que pareció sorprenderle.

—¿Son tuyos todos? —preguntó confuso. Yo asentí con la cabeza —. ¿Eres ZK Jaeth?

Me sorprendí bastante al escuchar el seudónimo de mi cuenta de instagram. ¿Ethan la conocía? ¿Había leído mis poemas antes?

—¿Cómo lo sabes? —pregunté —. Sí, esa es mi cuenta secundaria dónde subo algunos de mis poemas...

Él empezó a reír, lo cuál me confundió aún más. ¿Se estaría volviendo loco? No entendía nada.

—No puedo creer que la persona a la que le he estado hablando sobre ti todo este tiempo hayas sido tú —dijo finalmente.

Mi mente comenzó a atar cabos y quedé boquiabierta.

No puede ser... pensé.

—¿Killer69 eres tú?

Él asintió con la cabeza, aunque yo seguía sin poder creerlo. ¿Ethan era Killer69? ¿La persona a la que acudía cada vez que quería hablar de Ethan con un extraño era él?

¡Era una coincidencia demasiado grande!

—¿Es en serio? —pregunté incrédula.

En realidad, encajaba perfectamente. Por eso lo que nos pasaba era tan parecido y nos identificábamos el uno con el otro tan bien. Había estado hablando con Ethan todo este tiempo.

Recordé la vez en la que Zoe había insistido en ver con quién chateaba, y al ver quien era, se desilusionó.

Ahora todo encajaba. Todo comenzaba a cobrar sentido.

Y lo más irónico de todo era que Killer69 me había animado muchas veces a actuar y a no rendirme con Ethan. Había sido un apoyo bastante útil en cuanto a nuestra relación.

—Y tan en serio. ¿Cómo es que no sabía que escribías poesía en Instagram y que además, fueses mi escritora de poesía favorita?

—Porque nunca te lo había dicho. Mi principal fuente de inspiración siempre has sido tú, Ethan. La mayoría del tiempo escribo sobre ti, y lo último que quería era que tú te enterases de eso.

—Pues ojalá hubiera sabido de esto antes, porque escribes genial y adoro tu poesía.

—A ti te gusta todo lo que yo hago —puse los ojos en blanco de broma.

—Sí, porque me gustas tú —me dio un sonoro beso en la mejilla. Sus labios estaban fríos debido al clima, pero consiguió sacarme una sonrisa igualmente —. Gracias por el regalo, princesa.

Y ahora sí, señores y señoras, ¡Kate & Ethan ha llegado a su fin!

Creo que empiezo a ser pesada porque he repetido esto como trescientas veces en cada notita al final de capítulo, pero sigo sintiendo la necesidad de decirlo: mil gracias por todos los comentarios, por cada voto y en general, por acompañarme en esta historia tan dulce y azucarada.

Y así me despido de esta historia por ahora (sí, por ahora. Aún quedan algunos extras que escribiré más adelante) y doy paso a la segunda parte de Amores Platónicos, que tratará sobre Heather. Si os interesa saber de qué tratará, en mi perfil ya he subido la historia y podéis ver tanto la portada como la sinopsis y una pequeña nota en el primer capitulo.

¡Gracias por leerme!

Actualización de nota:

¡Hola! La verdad es que no sé muy bien qué decir. Quité esta parte hace tiempo porque ya no me gusta la trama de lo de Instagram, pero sé que muchos queríais leer este especial así que... aquí está. Es algo así como mi forma de daros las gracias por todo lo que estáis haciendo por mí y por esto:

 Es algo así como mi forma de daros las gracias por todo lo que estáis haciendo por mí y por esto:

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Así que gracias. Espero que lo disfrutéis.

 ♡

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Kate & Ethan ✔️ | YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora