T r e i n t a .

224K 18.6K 7.6K
                                    

No te amo como te amaba hace unos años
No te amo más, ni te amo menos.
El amor madura a nuestro lado
Y mientras crece, nosotros crecemos.



Agarré con mis manos temblorosas el micrófono. Enfrente mío, la gente se había reunido para ver y escuchar el concierto, no solo porque sabían que íbamos a cantar, sino porque llamaba la atención.

Cientos de estudiantes estaban en el patio del instituto. Cientos de estudiantes iban a oírme cantar una canción que escribí para una persona en especial. Y esa persona estaba entre ellos.

No me costó identificarlo. De hecho, para mí era como si sobresaliera del resto. Como si tuviese una especie de imán para mis ojos.

—Hola a todos —comencé a hablar. Todo en mí temblaba. Ni siquiera estaba segura de poder sostener el micrófono bien—. Como muchos sabréis, pertenecemos al grupo de música del colegio. Durante este curso y el anterior, hemos estado ensayando y componiendo muchas canciones y hoy venimos a compartir con vosotros una de ellas. Se titula Una última vez y la hemos compuesto nosotros. Esperamos que os guste.

Tragué saliva, nerviosa. Mis compañeros comenzaron a tocar el instrumental y yo esperé pacientemente mi momento. Instintivamente, cerré los ojos. Me centré en la música, en cada nota que sonaba. En la melodía de la canción que yo misma había escrito...

Respira hondo,
Déjate llevar
Sé que no buscabas esto
No lo puedes evitar

Déjame decirte lo que siento
Aunque lo sabes, no es nuevo
Quiero liberarme de una vez
De estas cadenas que me atrapan
Esta vez te olvidaré

Nunca olvidaré lo que sentí al abrirme frente a tanta gente, al exponer una parte de mi frente al mundo. Abrí los ojos y me encontré con cientos de ojos mirándome asombrados, escuchando cada palabra que cantaba, el sonido de mi voz acompañada de los instrumentos. Busqué los de Ethan entre todos y cuando los encontré, juro que el tiempo se paró. Recordé mil momentos a su lado, desde recuerdos de nuestra infancia hasta los más recientes.

Quería que Ethan supiese que cada palabra, cada verso, cada estrofa, iba dedicado a él.

Puse todo mi corazón en la canción, la canté intentando plasmar todo lo que sentía cuándo la escribí y todo lo que sentía en esos momentos.

Creo que cuando pones una parte de ti en lo que haces, su valor aumenta. Se hace, de alguna forma, más real.

Te he querido durante tantos años
Aún a día de hoy te quiero
Sé que para ti no soy nada
Déjame quererte solo hoy
Mañana ya será un día nuevo

Déjame quererte
Una última vez
Déjame decirte
Lo que nunca más diré.

Canté la última palabra de la canción y en cuánto la música cesó, el público entero aplaudió, silbó y gritó. El corazón me latía con muchísima fuerza, estaba sudando y temblando, sentía que me podía desmayar en cualquier momento de la sensación que me había producido cantar así.

No me había caído.

No había desafinado.

No me había trabado ni quedado en blanco.

Había usado toda mi voz, había cantado enfrentando al público, con los ojos bien abiertos. Me sentía orgullosa de mí, y era un sentimiento indescriptible. Quería sentirlo una y otra vez, vivir el momento de nuevo.

¿Quién me iba a decir que exponerme así podía sentirse tan... liberador? Nunca lo habría creído.

Miré a Jensen y a los demás, sonriendo, orgullosa de ellos también. Me habían ayudado muchísimo y habían creído en mí cuando yo misma tenía dudas. Habían dado vida a las palabras que había escrito en mi libreta, convirtiéndolas en algo que podía enseñarle al mundo.

Kate & Ethan ✔️ | YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora