S i e t e .

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Quédate a mi lado
Un minuto más.
Déjame decirte
Lo que tú nunca dirás.

Me cambié de ropa en el baño al salir de la ducha. Mi pelo todavía estaba goteando y podía notar como la parte superior de mi camiseta favorita se mojaba poco a poco.

Era una camiseta de color rosa pastel que llegaba hasta mi cintura. El conjunto completo era sencillo, acompañé la prenda con unos vaqueros, un reloj de un color parecido al de la camiseta y unos tenis blancos.

Pensé en secarme el pelo para luego poder rizarlo pero descarté la idea rápidamente. Lo dejaría secar al aire mejor.

Una vez lista volví al salón, donde Ethan me esperaba. Mi hermano llamó al rato.

—Buenos días, hermanita —saludó.

—Hola. ¿Qué tal te fue?

—Bien —respondió. Puse el móvil en altavoz para que Ethan también pudiera formar parte de la conversación—. Aunque ahora tengo que pagar las consecuencias de la diversión de ayer.

—No suenas tan mal. Solo un poco cansado —dijo Ethan a mi lado. Se había acercado para que Jake lo oyese mejor y ahora nos encontrábamos muy cerca. Su olor inundó mi nariz y casi suelto un suspiro enamoradizo. Era mi aroma favorito en el mundo entero.

—No me dijiste que Ethan se quedaba a dormir —habló Jake.

—Bueno, no iba a dejar a tu pobre hermana sola mientras tú te ibas de fiesta —respondió Ethan por mí.

—Tiene dieciséis años —se quejó mi hermano como si se le estuviese acusando de algo—. Puede cuidarse solita, ¿verdad?

—Puedo —asentí—, pero él cocina mejor así que no me quejo.

Ethan me dedicó una sonrisa.

—¿Entonces ha hecho bien el trabajo de niñera? —preguntó Jake.

—Perfectamente. —Reí—. Diez sobre diez.

—¿Lo dudabas? —bromeó Ethan.

—Para nada, sé elegir bien a mis amigos —dijo—. Ahora, si me disculpáis, tengo cosas que hacer. Voy a cocinar para Emily y su padre.

—Descuida, no te molestaremos. Espero que les guste lo que sea que vayas a cocinar.

Y dicho eso, Jake colgó la llamada. Miré detenidamente a Ethan. Tenía el mismo aspecto que el día anterior y estaba irremediablemente guapo. A pesar de que había peinado su cabello negro, seguía teniendo la misma apariencia despreocupada, solo que de una forma más elegante.

—¿Nos vamos, princesa? —Me guiñó un ojo.

Asentí y caminé detrás de él.



—Me muero por cumplir los dieciocho y conseguir el carnet de conducir —dijo Ethan mientras subíamos al autobús.

—Ya te queda poco —aseguré—. A mí me toca esperar un año más que a ti. Mientras tanto, podré usar a Jake de chófer. ¿Crees que aceptará llevarme al instituto en coche?

—Siempre puedo llevarte yo —dijo—. Si voy a llevar a Zoe no me cuesta llevarte a ti también.

—De nuevo, probando ser mejor hermano que Jake —bromeé.

—Bueno, él aún no ha dicho que no te vaya a llevar. —Rio—. Pero yo sigo siendo mejor.

—No cabe duda.

Me senté en el asiento que daba a la ventana. Hacía buen día para ser otoño. El sol brillaba con fuerza en el cielo y la temperatura era casi perfecta. Hacía el calor suficiente como para no necesitar un abrigo grueso. Al menos a mí me bastaba con una fina cazadora vaquera.

Kate & Ethan ✔️ | YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora