Depresión || Mikellino.

07

Habían pasado bastante tiempo en la sala de espera del hospital, Victor y Mayo dormían apoyados entré si, Rius se encontraba durmiendo apoyado en Timba mientras estaban tomado de las manos, Timba miraba nervioso el techo y apretaba suavemente la mano del albino, Raptor se apoyaba por sus rodillas apretando entre sus manos la carta de Sparta, Trollino miraba el suelo y Mike dormía de lado, utilizando su propio brazo como almohada, si se preguntan por Musikato, el se había ido.

El azabache volteó a observar al castaño, desde lo que dijo respecto a un psicólogo se había quedado pensativo... Pero, tampoco podía sorprenderse ya que lo había estado pensando demasiado, y había llegado a la conclusión de que Mike tenía depresión, pero tampoco iba a decir algo y que al final no fuera así, por lo que había llamado a un psicólogo.

Lamentablemente el castaño si tenía depresión, por eso pasaba todo el día encerrado en su habitación durmiendo, no tenia energía para nada, se sentía culpable por todo, y a duras penas sonreía de verdad, Trollino rogaba a quien sea que este allí arriba que no imite lo de Sparta.

¿Como una persona tan hermosa,podia estar tan rota?

Tan solo pensar en como Mike, aquella persona tan positiva, alegre y de un característico y unico humor terminara con una enfermedad como la depresión lo hacía pensar en que hizo mal, ¿No le presto la suficiente atención? ¿Comenzó a recordar sus antiguas amistades? La impotencia lo invadió, quería llorar... ¿Que rayos hizo mal?

Solto un fuerte suspiro de pesadez,se estiro en la silla intentando relajarse, pasó unos minutos así hasta que volteó observando como el castaño despertaba, Mike se re incorporo y se quedo observando sus pies, cómo si no recordara que hacía ahí, el castaño volteo y al observar a Trollino le miro preocupado.

─Hey... ¿Haz dormido?

Fue lo que primero que dijo al verlo, eso le pareció muy tierno de parte del castaño.

─No,no he podido dormir.

─Bueno, mientras duerme, cualquier cosa te despierto.

Dijo, mas bien ordenó, aun así el azabache no se opuso, el castaño le tomo por los hombros obligandole sutilmente a que apoyara su cabeza en sus piernas, el azabache se acomodo, cerró sus ojos y en pocos minutos cayó en brazos de morfeo.

(***)

Había ya pasado un buen rato,el azabache pestañeo un par de veces hasta que logró observar su alrededor correctamente.

─Heh, despertaste...

Escucho la voz del castaño, volteó un poco y al ver las orbes grises sobre el sonrió, luego de unos segundos asi se re-incorporo, observó a los chicos, pese a estar metidos en sus cosas para distraerse se veian nerviosos, volteó a observar a Raptor, se veía mucho más tranquilo, sostenía aún la carta en su mano pero veía al extenso pasillo que seguía luego de ellos, el cual estaba totalmente vacío.

El ruido de unos tacones a paso apresurado hizo que todos los chicos allí voltearan, era una enfermera que abrió la puerta de la habitación de Sparta, abrió sus ojos algo sorprendida e inmediatamente volteó hacia los chicos, estos se miraron entre si preocupados, pero una sonrisa calmó a todos.

─El paciente ha despertado, pueden pasar a verlo.

Dijo y se hizo a un lado, todos se pararon con rapidez y entraron en la habitación que gracias al arquitecto que construyo el hospital, era grande.

Todos se quedaron parados observando a Sparta, quién estaba sentado en aquella cama blanca y miraba por la ventana,pero al sentir a muchas personas mirándolo, volteó, quedó expectante observando a sus amigos.

─C-Chicos...

Tartamudeó, en cualquier momento su voz se rompería y comenzaría a llorar, pero Raptor le gano, entre lágrimas se dirigio donde el menor y lo abrazo con mucha fuerza, cómo si alguien en cualquier momento fuera a arrebatarselo.

─Jamas nos vuelvas a asustar así.

Y todos se unieron al abrazo, Mike fue el último en unirse, se quedo un momento observando el gran abrazo.

Sentía que no lo merecía por ser una persona falsa, aparentando ser alguien quien no es, sentía que no merecía el amor de nadie por ser alguien descaradamente falso, olvidó esos pensamientos por un momento y se unió al abrazo por Sparta.

Y esta vez las lágrimas no fueron reprimídas, esta vez se ocultaban tras el llanto de otros.