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Se sentía realmente nervioso, ¿Pero quién no? Iría al psicólogo, y básicamente lo tratarían como alguien enfermo por tan solo ir. Había escuchado que algunos psicólogos no eran del todo buenos que llegaban a juzgar a sus pacientes y aquello lo colocaba mas nervioso.

¿Y si le tocaba un mal psicólogo? ¿Y si aquel psicólogo lo hacía sentirse peor de lo que estaba? ¿Y si lo comparaba con otras personas? ¿Y si llegaba a insultarlo? ¿Y si...? ... Ahora entendía porqué sus amigos le llamaban paranoico.

─¿Estas listo, Michael?

Preguntó el azabache acercandose al recién nombrado, este se sobre salto y un leve rubor invadió sus mejillas.

─Si, vamos.

Ambos salieron del hogar dirigiéndose al auto y entrando a este, Mike al sentarse en el asiento de copiloto inmediatamente se colocó el cinturón, volteó a observar al azabache quien hacía lo mismo.

─Bueno, yo ya sé el camino así que no te preocupes.

Mike asintió. Trollino en silencio encendió el auto y comenzó a manejar, mientras que el castaño observaba por la ventana.

─Tranquilo Mikel, nadie te juzgará por ir a un psicólogo...

Dijo el azabache cuando se detuvieron en un semáforo, el castaño volteó a observarlo y posteriormente sonrió.

─Lo sé pero... Ya sabes, una persona que va al psicólogo ya es tachada de enferma.

Y es que el castaño tenía razón, cada vez que se habla de una persona que va al psicólogo se viene a la mente una persona con delirios, problemas tales como pensamientos suicidas, bulimia, anorexia, depresión, problemas por bullying, entre muchos otros. Nadie puede negar este hecho.

─En eso tienes razón, pero cada quién tiene sus razones. No debes darles una explicación a personas que no importan en tu vida, ya qué como dije, no tienen importancia.

El castaño sin poder evitarlo se sonrojo. El azabache siempre con unas palabras que decirle y un apoyo incondicionable simplemente lo enamoraba cada día más.

Observaba distraído a los autos pasar, ya qué si miraba su celular terminaría mareandose y mejor así. Al ver que el auto se detenía volteó hacía el azabache logrando ver que habían llegado

─¿Me esperaras o te irás a casa?

Preguntó el castaño mientras se quitaba el cinturón con algo de dificultad, el azabache hacía lo mismo.

─Estaré solo, no quiero morir de aburrimiento.

Mike soltó una risa. Ambos se bajaron del auto y entraron a la clínica, habían muchas personas que parecían estar esperando desde hace un buen rato, los chicos fruncieron sus ceños. Se detuvieron frente al mostrador el cual atendía una mujer qué veía su celular.

─Uhm, disculpe. Vengó a psicólogo, si no hay disponible me gustaría que me diera alguna hora para venir...

Mike logró sentir las miradas sobre el, frunció sus labios nervioso mientras tragaba saliva. El azabache volteó hacía las personas observando a estas con molestia, e inmediatamente desviaron la mirada.

─La sección de psicólogia esta vacía, vaya a la última puerta del pasillo y toqué la puerta que dice Psicólogo clínico.

Respondió la mujer con voz monótona, el castaño musito un gracias y ambos caminaron a donde indicó la mujer. El azabache se sentó en uno de los asientos que habían y Mike tocó suavemente la puerta de madera que tenía un vidrio templado con las palabras "Psicólogo Clínico" grabadas en el.

─¡Pase!

Se escuchó una voz femenina, el castaño abrió la puerta y entro a la sala cerrando la puerta tras de sí, era una chica con una edad algo mayor que la del chico, aun así se veía atractiva.

─Ven, sientate y dime tu nombre.

La chica parecía emocionada por alguna razón, el castaño se sentó en aquella silla frente a la chica algo incómodo, era entendible.

─Soy Miguel, pero me dicen Mike.. Un gusto.

─Igualmente Mike. Yo soy Kami, ¿En que puedo ayudarte?

Depresión || Mikellino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora