Epílogo.

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Tiempo después.

─¿Ya estás listo?

─Si, vamos.

Ambos salieron del hogar en dirección al vehiculo, se colocaron los cinturónes y muy pronto el azabache comenzó a conducir, Mike observaba por la ventana.

─Últimamente todo ha mejorado; Timba y Rius se casaron, Victor y Mayo adoptaran un hijo, Raptor y Sparta llevan un bonito noviazgo, Sparta ya no se lastima, Rius ya supero su trastorno y yo ya estoy saliendo de la depresión y nosotros, nosotros tenemos una hermosa relación.

Soltó una suave risa mientras colocaba una mano sobre su mejilla con ternura, estaba muy emocionado por todo. Voltearon a verse por unos segundos sonriendo.

─¿Ves? Luego de la tormenta siempre salé el sol, y de pasó también un arcoiris.. No todo va a ser gris por siempre Mikel.

─Lo sé, pero no lograba entenderlo..

Apoyó su cabeza en el asiento, recibiendo cortas miradas de reojo del ojiazul, prosiguió luego de un fuerte suspiró.

─Me sentía inútil, egoísta, inmaduro... Y todo lo relativo a estúpido, y por más que quería dejar de pensar así de mi no podia, mi única solución era dormir... Hasta lo sucedido con Sparta lo cuál me dio aquella idea.. Y ahora me siento realmente.. No lo sé, ¿Mal? Por haberme guardado mis sentimientos de tal manera, de no haber buscado una solución que no haya sido cortarme y por pensar así de mi..

Trollino se limitaba a asentir con una mueca, aún no lograba entender como el castaño pudo esconder tal carga tras una sonrisa, una sonrisa que se veía tan real, y lo peor de todo es que había creído que sonreía de verdad.

─Pero ahora soy la leche, eh.

Dijo con mas ánimo provocando las risas del azabache, y de igual manera las de él. Una escena simplemente tierna.

─Me alegra tal mejora en ti, se nota mucho que ya tienes más autoestima, al igual que Rius y Sparta. Aún no entiendo el porqué que dio inició a sus problemas, pero siempre tendrán algún hombro para desahogarse y no buscar una solución cómo ésas.

─Yo también me preguntó eso..

Colocó su dedo índice sobré su mentón pensativo, mientras volteaba a ver hacía afuera observando los autos pasar, unos minutos después el azabache se estacióno y ambos entraron a la clínica, cómo lo habían hecho las últimas semanas.

─Cuando terminé la sección salimos a despejarnos un rato al parqué, ¿Te parece?

Sonrió de una manera extraña, parecía emocionado pero que quería ocultar, por lo tanto se volvió una sonrisa ladina. Mike sonrió.

─Claro, suena bien.

Se despidió del azabache con un dulce y corto beso en los labios, volteó y entro en la sala de la psicóloga, esta le recibió con una sonrisa de amabilidad.

─Buenos días Mike.    

─Buenos días.

El chico cerro la puerta y se dirigió junto a la chica, sentándose en una de las sillas.

Depresión || Mikellino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora