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"¿Puta ella? Puta tú."

De nuevo era Lunes, y esta vez me sentía súper mal. La cabeza me daba vueltas, los párpados me pesaban más de lo normal y las distracciones eran más continuas.

El tema de Grace me está acabando.

Desde el momento en el que puse un pie fuera de esa casa, tuve una carga aun más grande que la anterior. Es más, creo que esa decision no fue la correcta, al fin y al cabo estaba hablando sobre un asunto que no me concierne...

Como siempre, llego a la hora adecuada a la escuela. No busco a mis amigos, ya que sé que no han llegado. Ellos son del tipo de persona que se les apaga el despertador por arte de magia.

Voy a mi primera clase con algo de hueva, pero aun así estando derecha y caminando de manera correcta. Las costumbres nunca se olvidan.

En un solo parpadeo, ya me veo rodeada de personas. Solo me dedico a mirar a mis compañeros de clase. Me doy cuenta de que no hablo con la mayoría, pues a mis amigos no les caen bien o al menos yo no les caigo bien a ellos.

Mi vista cae en Mika, y en sus amigas: las gemelas Pitterson y Helen. Ellas parecen estar entretenidas viendo una revista de moda. Muchos las consideran las fresas de el salón.

Mi vista pasa de ellas a Noé Stelinson, quien se encuentra jugando de manera ruda con sus amigos. Él es considerado el peleonero, al igual que sus amigos. Siempre se meten en peleas a puño cerrado, por lo que es lógico que en estos instantes tenga un gran morete en el pómulo derecho.

Me pongo a pensar en la relación que tiene con Mika. Son tan diferentes, pero se atraen... es tan raro. No obstante, me doy cuenta de que su relación es algo molesta. No es porque me guste o algo así, iugh, más bien es porque a cada rato van terminando su relación, y después vuelven. Se ha convertido en un hábito para ellos, y eso me molesta.

Pero sé que no soy quien para juzgarlos, así que solo lo pienso.

Llega la profesora de química, y todos se sientan. De un momento a otro, ya hemos pasado a tener el receso.

Todo el mundo parecía alborotado, pero yo no le di tanta importacia, pues estaba muy ocupada pensando en cómo rayos hacerle si el plan que tenía fallaba. ¿Cómo hacer que Grace no aborte?

Iba a entrar a la cafetería, cuando alguien me toca el hombro. Me volteo lentamente para encarar a la persona que me ha tocado, y me sorprendo cuando veo a nadie más ni nadie menos que Tyler Thompson.

Esto me dejó algo anonada, pues él no acostumbra hablarme.

— ¿Se te ofrece algo?— Pregunté algo cansada. Estaba hambrienta, y me urgía hablar con Grace.

Él me miró por unos segundos, y sus ojos verdes hicieron contacto con los míos, cosa que me hizo sentir algo intimidada.

Él es muy alto...

— ¿Haz visto a Danae?

— Ah... no, pero supongo que estará en el techo de la escuela.— Noté que apretó la mandíbula, cosa que hizo que mis alarmas se prendieran.— ¿Por qué? ¿Pasó algo?

Por fin separa su mirada de la mía, y eso me hizo sentir algo desagradable que no sabría describir. No obstante, lo ignore.

— En realidad, nada.— Y con eso se largó.

Genial, ahora todo lo cuerdo que me quedaba, ha desaparecido.

Entro a la cafetería distraída, a tal grado de no notar el abucheo que tienen los alumnos. Camino directo a la barra de comida, y pido lo primero que veo: manzana, agua y un sándwich. La señora que atiende, parece estar más distraída que yo, viendo algo atrás de mi, pero no me importa, estoy inundada de preocupaciones. Cuando me lo dan, giro en dirección a las mesas, y ahí es donde me doy cuenta de lo qué pasa a mi alrededor.

La gente está mirando a un solo punto: la mesa de los populares. Ahí, se encuentra Natalie, junto con sus amigas — O como muchos les dicen: secuaces— Fernanda Hutson y Joselyn Anderson. Enfrente de ellas, está... ¡¿Grace?!

¿Pero qué rayos...?

Me acerco a toda velocidad, hasta estar entre la multitud. No me dejan pasar, soy tan pequeña que en estos instantes soy como una lechuga peleando con un jitomate. ¡Me cago en...!

— ¿Qué? ¿El gato te comió la lengua, Puta?

Me quedo muda cuando veo la ropa de Grace manchada de comida, y su cabello empapado de una sustancia pegajosa. Parece miel.

— ¿Acaso no quieres decirle a todo el mundo que planeas ser una asesina? ¡Vamos! ¡Esto te pasa por zorra! ¡Por estar de calenturienta! ¡Por ser tan puta! O bueno, más bien por estúpida, solo a ti se te ocurre tener sexo sin condon.— Continua Natalie. Me enojo, y tengo que apretar los puños para aguantarme las ganas de jalar esas greñas de axila de gorila que tiene.

No hago nada, pues sé que no me conviene. Agacho mi cabeza cuando la mirada de Grace pasa por la mía.

Soy tan miserable...

Me encantaría decir que soy como la típica protagonista de un libro que defiende a todo el mundo, y que no le importa lo que la gente piense.

¡Mierda! Ese es el problema que tengo cada día de mi miserable vida...

— ¡Puta! ¡Puta! ¡Puta!— Natalie le hace una seña a sus amigas, y pronto ellas la acompañan con sus "porras"— ¡puta! ¡Puta! ¡Puta!

No aguanto más, y retrocedo. Agarro la bandeja con mi comido y me dispongo a salir del comedor, pero paro en seco cuando de pronto ya no se escucha ningún grito. Mi vista vuelve a esa zona, y me quedo paralizada cuando veo a las gemelas Pitterson sujetar a las secuaces. Mika sostiene una bolsa negra al lado de Helen. Estas están enfrente de Natalie.

— ¿Pero qué diablos...?— Suelta la chica de ondulaciones, pero es interrumpida por Helen.

— ¿Tú, Natalie D'angelo, te atreves a decirle puta a ella?— Pregunta con fingida sorpresa mientras señala a Grace, quien las mira con los ojos rojos por las lágrimas.— Pero si tú eres más puta que él vestidito de Barbie.

Todos empiezan a reírse, y la cara de Natalie adquiere un color rojizo. Estaba nada de levantar la mano para golpear a Helen, pero es detenida por la misma.

— Yo que tú no lo hago...— Sonríe.— Mika, cariño, enséñale a esta engreída lo que en realidad hay en su corazón.

Pronto Mika levanta la bolsa que tenía en sus manos y hecha el contenido en la cabeza de la chica de cabello café. Esta grita, y nadie hace nada por defenderla.

Basura. Le han echado basura.

— Te preguntarás, ¿Por qué una pacífica amante de lo bello haría esto a una engreida popular? Pues bueno, estas dañando a alguien importante para ciertas personas.— Mira a las gemelas.— Y es por eso que no me puedo quedar de brazos cruzados. Además, ya era hora de que aprendieras que no hay más puta que tú. Ella cometió un error, ¿Y qué? Ella lo hizo una vez, pero tú... no puedo asegurarlo. Haz tenido más relaciones que el mismísimo Tyler Thompson. Y todos sabemos que no es un santo...—

Ella continúa por un rato, hasta que acaba el descanso. No obstante, yo no entro a clases. Más bien, me dedico a buscar una forma de hablar con Grace.

¡Bitch! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora