28

394 53 5
                                    

" ¿El fin de la Bitch? "

De nuevo era Lunes, pero no uno cualquiera, era el lunes. Irradiaba felicidad, pues hoy, al fin, llego a la escuela sin ser soltera, y por primera vez en mucho tiempo mi felicidad es completamente verdadera.

De una u otra forma mi mundo estaba ganando color, y ni siquiera me enojé cuando una chica rara con anteojos gigantes chocó conmigo. Se supone que por ser la "Bitch" debo ser grosera y mala, pero esta vez saqué a flote mi lado bueno, el verdadero, y la ayude a pararse.

Muchas personas me miraban como si tuviera una teta de más, pero en estos momentos me estaba valiendo todo eso de los estatus sociales.

Las clases pasaban más rápido de lo esperado. En la hora del descanso me junté con Sebastián y Leslie; el chico no paraba de decir estupideces que, a la vez, me hacían carcajear, mientras que Leslie... ella está algo rara. Me preocupa, pues aunque ella es algo seria, siempre suele insultar a mi amigo. Tal vez sea porque está madurando, y es entendible, pues ella es un año mayor que nosotros. Al parecer se tomó un año libre, y eso apenas lo supe en octavo grado.

Si, al parecer nunca se termina de conocer a alguien.

Aunque me río y hasta converso con Sebastián, sin embargo no dejo de estar atenta a sus movimientos. ¿Es que Acaso estará enferma?

Cuando termina el descanso, me dispongo a ir con mi clase, hasta que mi celular empieza a sonar.

— ¿Si?

— Mi amorcito, ¿Dónde estás?— ¡Es Isak!

— En la escuela, Sak.

— Perfecto. Sal, estoy justo en la entrada. Ayer hubo una fiesta muy perrona y por pura suerte aún continua. ¡Es hora de fiesta bebé!— Su emoción es muy evidente. En serio quiere ir.

Mmmm, este es mi último año, pero faltar solo por hoy no hará daño, ¿Verdad?

— ¡Por supuesto! Pero pensándolo bien, vete a la parte de atrás, enfrente me pueden ver.

— ¿Quién?— Estoy a nada de contestarle, pero el me lo impide.— Bebé, ¿Estas acompañada?

— No, pero imagina si los maestros me cachan. ¡Sería un desastre! Me prometí a mi misma no tener mas reportes.

— Ah... pues bien, ya voy para allá.— Y cuelga.

Hecho unas instas miradas a los pasillos, para después correr a la parte de atrás, y saltarme la barda. En serio agradezco haber traído pantalón, ya que de no ser así, no creo que me hubiera animado a saltarla.

— Hola Sak.— Digo una vez dentro del carro.

— Hola bebé.— Me da un beso que tarda en terminar.— ¿Lista para divertirte?

— Claro.

(..)

Este ambiente ya era parte de mí. La música, los tragos, la gente gritando y brincando, las drogas, la marihuana, las luces de colores... Creo que las fiestas son mi segunda casa.

Isak me pregunta que si quiero bailar con él; obviamente le digo que si. Empiezo a saltar al ritmo de la música, dejando que mis cabellos rojos floten por el aire. Noto que él se ríe al mirar mi entusiasmo, y se acerca más.

De pronto el me agarra de las caderas y me pega a él. Sus labios me atrapan con totalidad, y doy lo mejor de mi para corresponderle, pues los tragos apenas me están surgiendo efecto. Iba a seguir saltando, pero Isak no me dejaba. Más bien, quería que me la pasara pegada a él.

Me sentí algo incomoda, pues jamás había estado con un chico así. Y si, soy la bitch, algunas veces he besado a los demás, otras veces hasta les he coqueteado, pero ¡Nunca en mi vida he estado tanto tiempo pegada a un cuerpo!

En un arranque de locura, mi novio se acerca a mi cuello y lame. ¡¿Pero qué está haciendo?!

Desconcertada, abro los ojos y trato de separarme, pero el solo se separa para verme a los ojos y negar. Después me guiña un ojo y vuelve a lo suyo.

Afortunadamente solo lamió, y no succionó. Porque mierda, no quería mas chupetones en mi cuerpo.

No logro comprender por qué lo hace. ¿Será porque es mayor? ¿Tendrá una manera diferente de pensar?

Me desagrado un poco el hecho de tener húmeda esa parte de mi cuerpo, pero aún así no pude quitármelo con la mano, pues creo que sería muy raro que lo hiciera. Es decir, es mi novio, se supone que tiene derecho a hacer eso...

Pasan las horas, y el tiempo empieza a cobrársela con mi cuerpo. Estaba cansada. Rendida, le dije a Isak que me iría a sentar, y así fue.

Miraba a los jóvenes — La mayoría de preparatoria— bailar y sudar mucho más que yo. Cruce mis piernas con naturalidad, y me alise un poco mis cabellos. En un intento de no parecer tan sola saqué mi teléfono y empecé a revisarlo. Mis redes, mi galería, juegos, aplicaciones para mejorar fotos, etc. En una de esas hasta cheque como estaba mi cara, y ¡Por todos los cielos! Mi rostro estaba rojisimo, lo que hacía que mis pecas resaltaran aún más. Pero supongo que debía esperármelo, ya que aquí estamos como sardinas.

Levanto mi vista y me encuentro con Halsey. Ella me sonríe y se inclina un poco para que así yo pueda escuchar lo que dice.

— Ey, ¿Me acompañas al baño?— Su voz ya suena muy alborotada. Seguramente, ya está ebria.

— Por supuesto.— Le devuelvo la sonrisa y guardo mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón.

Pasamos por muchas personas, hasta llegar a unas escaleras. Al parecer el segundo piso tenía las habitaciones de esta casa, y ahí estaban los baños.

Al llegar al baño, Halsey se empieza a mojar la cara, y a retocar lo más básico d eso maquillaje. La observo por unos minutos, pues me gusta saber más de su comportamiento, para así poder estar a su altura. Es decir, es mayor que yo, ¿Por qué no aprender de ella?

— Thalí, nena, ¿Has escuchado acerca de el nuevo amigo de Isak?— Habla mientras se pinta los labios.

Frunzo el ceño, y confundida, niego. Pero, ¿eso que tiene que ver conmigo?

— Dicen que está muy bueno. Y es mucho más guapo que el simio de Isak. Incluso más educado, simpático, rico, entusiasta, y mucho más.— Guarda sus cosas en una bolsa, y dejo que la sorpresa me llene entera. ¿No será que...?— Thalía, se que eres la Bitch, y por ello, me preguntaba si le podrías coquetear para así ver si esta soltero.

Me quedo en blanco.

No puedo creer que lo esté diciendo. ¿No es su mejor amigo mi novio? ¿Acaso me cree tan basura como para hacer eso? En serio creí que éramos amigas...

Y si, yo soy la Bitch... no, mejor dicho, yo era la Bitch. Pero ya tengo novio, y así me haya besado con muchos antes, soy tan fiel y educada que no podría nunca engañar a mi pareja.

— Si me lo hubieras dicho hace unos meses atrás, tal vez hubiera aceptado con gusto.— Comienzo a decir, mientras posaba mi mirada en sus ojos azules.— Pero lastimosamente ya no soy una queda bien. En serio, no me creo que me estés pidiendo eso, ¡Fuiste tú la que me abrió los ojos! — Grito, cerrando los puño.

Esperaba un reproche, una pelea, pero ella no hace nada de eso. Al contrario, se empieza a reír como loca.

— ¿Que te causa tanta risa?— Pregunto, ya confundida.

Los rulos rubios de Halsey caen por sus hombros, y me mira con un brillo de maravilla.

— Que todo fue una prueba, querida. ¡Me alegra saber que has cambiado!— Sale del baño, y yo me quedo parada como idiota, tratando de procesar sus palabras. Una vez en la otra puerta de la habitación, ella me regresa a ver— Y me alegra que respetes a mi estupido mejor amigo.— Me guiña el ojo y sale, dejándome sola.

No se que es peor. Que me haya creído sus palabras o el hecho de que no le dije que tenia cilantro en el diente...

¡Bitch! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora