37

280 36 5
                                    

"Velas"

Casi no había pegado un ojo en la noche. La lluvia y los truenos me hacían temblar, y más la oscuridad que habitaba en este cuarto. Lo sé, soy una miedosa de mierda, pero aún así soy lo suficientemente orgullosa como para ir corriendo a rogar por unas velas más.

La lluvia me hace recordar muchas cosas, como cuando mi papá tenía tiempo para mí, y me abrazaba cuando lloraba, diciendo que todo iba a estar bien, que solo era una simple lluvia. Ahora no le temo tanto a los truenos, sino más bien a la oscuridad de la noche.

Oh Papà, si tan solo me dieras ese tiempecito... bueno, si me lo hubieras dado, porque ahora ya no soy la misma de antes. Tal vez si me hubieras prestado atención, si hubieras sido esos típicos padres regañones, nunca habría bebido, ni cambiado. Hubiera sido La Niña de tus ojos.

Pero las realidades son otras.

Luego de un rato reflexionando, y pensar en más "si hubiera", me animo a salir de la habitación para así ir en busca de más velas, claramente con el flash de mi celular en mano.

Una vez abajo, busco y busco esas lucecillas, pero nada. Frunzo el ceño y me rasco la nariz. ¡Estoy segura de que lo vi agarras unas velas Justo es este cajón!

— ¿Buscabas esto?

Rápidamente volteó en dirección a Tyler. En su mano tiene una caja llena de velas.

— Claro que no, vengo por agua pero no encuentro los vasos.— Digo, tratando de sonar segura.

Siempre supe que las mentiras eran lo mío, pero esta vez los nervios me ganaron. ¡La arruine!

— ¿vasos en un cajón? Vaya, eso es nuevo.

— Deberías ver a tu alrededor. Muchas personas las ponen en esos tipos de lugares.

—si... hagamos como que te creo.

Aprieto la mandíbula, pero aún así sonrío sin mostrar los dientes.

— Bien, si solo vas a quedarte parado, seguiré en mi búsqueda.

— Bien.— y con eso se va, dándome una mirada que no supe interpretar.

Pero aunque fomento acerca del agua, ¡Debió decirme dónde tiene sus vasos! Rayos, ahora me dió sed.

— Genial...— Murmuro, optó por volver a la habitación.

Hasta que noto algo encima de un mueble.

Son las velas.

Extrañamente siento un alivio interno. Pero aún así me lleno de dudas, y con ello muchas ideas acerca de lo que él podría estar pensando. Concluyó en que ya sabe acerca de mi miedo, y —Extrañamente— fue amable dejando las velas para mí. Lo sé, no parece ser el perro que dicen todos que es.

Perro... ¡Pero que cosas digo! Seguro que lo hace para enamorarme. Pero de eso me aseguro yo de que no suceda.

En sus sueños.

(•••)

Camino hacia el supermercado, decidida a comprar velas de emergencia y una que otra linterna. La tormenta terminó hace unas cuantas horas, por lo que ahora ya estoy aseada, y claramente me bañé en mi casa, en donde rápidamente volvió la luz.

Me detengo unos momentos cuando recibo una llamada. ¡Es Isak!

— ¿Bueno?— Digo, emocionada.

No he hablado con él desde la estupida pelea en la cafetería. Aún me da coraje, ¡todo por culpa de Natalie!

— Hola. Hoy hay fiesta en casa de Laura. Te veo a las 9. ¡Iré con Halsey!

— Yo...— Colgó.

Con el corazón en un puño, trato de sonreír. Al menos ya olvidó la discusión. Si él no está enojado aún, es porque recapacitó y me quiere, ¿No?

Suspirando, sigo mi camino, y me sorprendo cuando veo a dos personas agarras de las manos.

— ¿Grace? ¿Yair?

—————————

Pregunta del recuerdo: ¿Que pasó con la mamá de Thalía?🤨

¡Bitch! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora