¡Bitch!

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"Otra noche de videojuegos"

Eran más de las doce y seguíamos jugando. Al parecer esto se ha hecho habitual, y lo raro es que esto es lo que siempre espero al llegar a casa. Me tranquiliza, quita mi estrés, y sobre todo, me divierte.

— Así que... tu noviesito y tú pelearon.

Mierda. ¿Cómo lo...?

Danae. Mugre bocona.

— Ya nos reconciliamos. De hecho, ayer fuimos a ver una peli porque cumplimos un mes.— No sé porque le expliqué tanto. Ahora me siento patética.

Tyler pone en pause el juego, causando que yo frunza el ceño.

— ¡Ey! Estaba a nada de ganar.- exclamo, pero no digo más al ver su expresión.

Parecía ¿Decepcionado?

— Él es una basura, ¿Lo sabías?

Me sorprendo por sus palabras, pero pronto me enojo. ¿Quién se cree él para juzgar a Isak?

— Tú no eres mejor persona.— Suelto con molestia. Eso pareció enfadarlo.

— No puedo creer que seas tan estúpida...

— No puedo creer que seas un completo imbécil.

— Malcriada.

— Mujeriego.

— Patética

— Idiota.

— Hija de mami.—Y ahí la terminó de cagar.

Cuando él se dio cuenta de sus palabras, ya era demasiado tarde. Me paré de un brinco y le señalé la ventana.

— Vete... ¡Largo! — Aprieto mis puños con toda la fuerza que tengo, tratando de contener una masacre.

Y de nuevo me sorprende. Se levanta sin decir nada y sale de manera pacifica por la ventana. Después de unos minutos, corro hacia la ventana y la cierro con seguro, para después cerrar las cortinas.

Me jalo las greñas y cierro los ojos con fuerza, tratando de borrar este estúpido momento de mi mente. Eso que dijo fue muy delicado para mí, y no se ni por qué mierda pasó por su mente. Él por ser hijo de un socio de mi padre debería saberlo más que nadie.

Que yo no tengo madre.

No es como si la hubiera conocido bien, porque la verdad no tengo ningún recuerdo de ella, pero aun asi era mi madre. La necesito en mi vida, y el hecho que no esté me lástima mucho. Papá no suele hablar mucho de ella, pero antes cuando era mas chiquita le insistí mucho y terminó contándome acerca de sus hazañas de la adolescencia, porque al parecer lo de ellos fue un amor muy cliché, pues eran amigos desde que estaban en el kinder.  Ella fue una de las mejores corredoras en las carreras clandestinas, e incluso fue una muy reconocida pintora. El mundo del arte era su vida. Me contó que planeaban casarse hasta que... llegó el día en la que le arrebataron su vida.

Yo tenía un año cuando asaltaron a mamá  y la mataron conmigo en brazos.

Me dejo caer en la cama, pero vuelvo a levantarme cuando escucho un quejido.

— ¡Oso! perdón, lo siento, ¡Oh por todos los cielos! ¿Te lastimé?— Mi gato solo me miró y después se levantó para luego irse a otro lugar de mi habitación.

¿Por qué presiento que este no será mi día?

(...)

— Debes estar bromeando.

— ¿Qué diablos? ¡Claro que no bromeo! Ese patán debe pagar por lo que nos hace... Solo juega con tus sentimientos, te lleva a su cama y después se deshace de ti como si fueras solo basura. Siempre es lo mismo.

— Si siempre hace eso, ¿Por qué no captan que no deben acercarse a él? Además de que sigo sin comprender por qué me lo dices a mí.— Frunzo mi ceño, mientras me cruzo de brazos.

Laura me mira con la nariz inflada por el enojo. Hecho una ojeada a mi alrededor, y me tranquilizo un poco cuando ya que no hay nadie que pueda escuchar estas tonterías. La gótica da un paso hacia mi, causando que mi desconcierto. Ella puede llegar a ser... muy impulsiva, y aunque sé pelear, no quiero un escándalo y menos por estupideces.

— Porque sé que son muy amigos. ¿Crees que no se que las ultimas noches él se escapa para ir a tu casa?— ¿Cómo mierda lo sabe? Y desde luego que ese pedazo de desperdicio humano no es mi amigo.

— Y si es mi amigo, ¿Por qué habría de ayudarte? No me beneficia en nada.

— oh, ¡vamos! Aún eres la bitch, eres la mente maestra.— Alzo una ceja.— Y... ¿En serio quieres que tu "nana" se entere de las visitas? Le dirá a tu padre...

Oh no... ¿Acaso ella me está amenazando? Esa chica vestida de negro cree que me puede chantajear ¿a mí? ¿La reina de el chantaje?

— ¿Y qué pasaría si tu padre, el gran doctor que se parte el lomo en darte lo que quieres, y tú hermosa madre que todos los días te prepara el desayuno se enteran de que te drogas, tomas sin control y hasta fumas?— Ella abrió los ojos con sorpresa, incluso pude detectar temor. Cuando abrió la boca para hablar, la interrumpí.— A mi padre le da lo mismo lo que hago. Ni siquiera está en el país, así que eres libre de decir lo que sea.— Me encojo de hombro.

— Maldita hija de puta...

Y ahí ella la cagó. Y yo... yo también.

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