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"Celos"

Camino de manera rápida hacia la cafetería en la que había quedado con Isak. Iba tarde, como siempre ¡Pero no sé por qué rayos se me hizo tan tarde! Solo fue una pestañita lo que dormí...

Cruzo la calle y paso algunos mechones de mi cabello para atrás de mis hombros. Paro en seco al ver a lo lejos a Leslie y a Sebastian. ¡No tenía tiempo de saludarlas! pero evitarlas haría que ellas se enojaran. Mierda.

Me di la vuelta y me encontré con una sorpresita... ¡Dannae y Camila estaban ahí! ¡Lo que me faltaba! bendita suerte la que tengo. Suspiro de manera pesada y me pongo a caminar en dirección a mis amigos. No tengo opción.

— ¡Thalia! ¡Hola!— Sonrío y las saludo con un beso en la mejilla.

— ¿Y ese milagro que te dejas ver?— Sebastian levanta una ceja, con una mirada llena de diversión.

— ja, ja, que gracioso eres.— Ruedo los ojos.

— Deberíamos pedir que en el periódico escolar pusieran: "Después de mil años, la bitch sale de su cueva" ¡Es perfecto! ¿No lo crees, Sebastian?

— Diría que si, pero acuérdate que ya dejó ese titulo hace semanas.— Los dos hacen un dramático suspiro.

Pero bueno, no tengo nada que responderles. En efecto, he dejado mi titulo, por una persona que adoro.

— Eh, chicos, ya me tengo que ir. Isak me está esperando.

— ¡Ves! te lo dije, ya tiene collar.— Sebastian ríe, y Leslie le sigue el rollo.

Me molesté un poco, pero para no quedar mal, me empecé a reír. Ahí fue donde me di cuenta que toda mi vida iba a ser lo mismo. Quedar bien ante la sociedad... ¿Para qué me miento? A nadie le gusta quedar mal. Y por mas que me desagrade pensarlo, sigo siendo la misma. Sigo quedando bien con la mayoría, pero ahora ya no me esfuerzo con los que desagradan. Tal vez solo madure un poquito...

Me despido y salgo como bala en dirección a la cafetería. En cuanto pongo un pie en el lugar, unas risas me ensordecen; pero una de ellas me era conocida.

Era Isak, riendo con... ¿Natalie D'angelo?Esto debe ser una broma muy pesada. Que esa... que esa... ¡Que esa zorra no se le acerca a MI novio!

Me acerco a su mesa de manera rápida. Cada paso que doy, aclara su conversación. En una de esas la castaña me mira, y su mirada no me gustó para nada.

— ¿Isak?

El susodicho me regresa a ver, y me parece que hace una mueca.

—Thalia, llegas tarde. Te estoy esperando desde hace veinte minutos.—Su mirada llena de enojo me crean escalofríos.

—Yo... lo siento, lo que pasa es que me encontré a mis amigos y no los podía ignorar.

— ¡Ah! ¿Entonces ellos te importan más que yo?

Estaba avergonzada. La tonta Natalie estaba presenciando todo, y sé que se quiere reír de mí. Ella está disfrutando este momento... ¿No tiene suficiente ya? Todavía que ella pisó mi dignidad en el pasado... ¡Quiere más!

— No lo son. Pero entiéndeme, si tu te hubieras encontrado a tus amigos, ¿Los hubieras ignorado?— Pregunto, tratando de verlo a los ojos.

Él suelta una risa falsa.

— No tengo tiempo para esto. Tengo que ir... a otro lado.

Me aguanto las ganas de preguntarle a dónde va, porque a medida que están avanzando las cosas, él no me responderá bien.

— Nat, perdón por esto. Te llevo a tu casa en modo de disculpa.

— Claro.—Abro la boca con indignación.

¿Qué mierda pasa con esa zorra? ¡Voy a golpearla! ¡Agh!

Con la mandíbula apretada me retiro de ahí. Estaba empezando a sentirme dolida. Jamás pensé que esto me pasaría a mi... ¡Pero que ni crea que le voy a dejar a mi Isak! Además, él no es como los otros perros de mi escuela, él no caerá en sus redes.

Tomo un taxi y llego a un antro. El guardia me deja pasar sin siquiera preguntarme; empiezo con whisky, luego con tequila, y después llega mi yo fiestera.

¡Nathalie D'Angelo! Antes pensaba que eras una idiota por estar con el más mujeriego, pero ahora... Ahora sé que eres una verdadera puta.


(***)


Desde que llegué a casa, no ha parado de llover. La manera en la que las gotas gruesas chocan contra la ventana de mi cuarto, me hace sospechar que esta simple lluvia se hará una tormenta. Luego de cinco minutos viendo las noticias, supe que mis instintos eran completamente acertados.

— Genial, ¿Ahora qué será de mí?

Jane se fue al super, pero estoy segura de que ya no la dejaran salir por los fuertes vientos. No sé cocinar, le tengo miedo a la oscuridad y para acabarla, no sé donde están las velas ni las lamparas. Lo único que me va salvando es mi celular.

Trato de calmarme, por lo que solo me acuesto en mi cama, me envuelvo con mis gruesas sabanas y me pongo a revisar mis redes sociales. No hay nada interesante.

— ¿Y si... reviso su perfil...?— Murmuro para mi misma.

Me meto al perfil de Natalie en instagram. Lo primero que me aparece es una foto que subió hace menos de media hora.

"Atrapados en mi casa, ¡Al menos tengo energía de reserva!" En la foto sale Isak, comiendo palomitas con una gran sonrisa. Natalie tiene su mano en su muslo, ¡Maldita hija de...!

Respiro hondo, y me pellizco las mejillas para evitar llorar. Debo confiar en él. Una relación debe basarse en la confianza, ¿No? Además, en la foto Isak no sale haciendo nada malo, solo es la rata de Natalie.

De un momento a otro, un trueno resonó por toda la casa, casi rompiendo mis tímpanos. Por mero instinto grito, y me cubro la cabeza con la sabana. Todo está oscuro, se ha ido la luz. Me muerdo el labio, y me ánimo a prender la lampara de mi celular para así salir de mi escondite.

Afuera también está oscuro.

No bebo entrar en pánico, no debo entrar en pánico...

— ¡AH!

¡Estoy segura de que algo sonó en mi cuarto! ¡Oh no! Mi puerta... ¿la dejé abierta? ¡NO ME ACUERDO! Tengo mucho miedo...

Entonces, escucho un maullido.

¡Oso! ¿Acaso él salió de mi cuarto? ¡MIERDA! No lo puedo dejar... ¿Y si sale de la casa por algún poso secreto? ¡No me puedo arriesgar a que se lo roben!

Yo... tendré que... bajar...

*****
I'm back bitches. Por cierto...
FELIZ 2019❤️

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