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*Grace en Multimedia* Oigan... no es por ser algo Cotilla, pero la curiosidad me mata. Respondan: ¿Quién es el personaje al que más odian?

"¿Apoyo?"

— ¿Y bien? Una de ustedes tiene que hablar.— el hombre nos mira con suma atención, mientras cruza los brazos.— La chica que está en esa camilla tiene unos serios problemas. Necesito saber quién es el padre, ahora.

Miré en dirección al piso, y sentí como mi corazón estaba vuelto loco. No podía decir la verdad, ¡Eso ni siquiera era una opción!

Estaba nerviosa. A decir verdad, aquel policía me intimidaba con la mirada.

— Y-Yo... no sé quién es el padre.— Dice con nerviosismo la castaña, y pronto su gemela hace el mismo gesto.

Desde un principio, supe que esto terminaría mal. Pensé que si era difícil, pero en serio que Grace estaba teniendo una gran presión como para hacer tal atrocidad. Sus actos eran como bofetadas en mi cara, ya que yo le ofrecí mi ayuda... y de nuevo, fui engañada.

Solo espero que no llamen a papá por esto.

*Unas semanas antes*

Debía ofrecerle mi ayuda. Una parte de mi me rogaba que fuera su amiga y no la abandonara a su suerte, pero otra me decía que no debía ser metiche.

¿Adivinen quién ganó?

Le había dicho a Danae que estaba ocupada... Jamás me había tocado rechazar una oferta de su parte. Es decir, entre mas salidas mejor ¿no? Pero estos son momentos en el que me digo a mi misma que es una necesidad muy grande.

Soy una idiota por meter mi cuchara en otros asuntos.

Buscaba entre pasillos, salones e incluso en la biblioteca, pero nada. No fue hasta que pase por el baño, que me di cuenta de lo estúpida que fui al no pensar en esa parte de la escuela. Los sollozos se podían escuchar hasta la entrada, y los sorbidos eran más que evidentes.

Entro al baño de manera lenta, y cierro la puerta para que nadie nos escuche. Ahí paran los sollozos.

— ¿Q-Quién anda ahí?— Su voz estaba rota, y salió de manera lenta.

Estaba nerviosa, no sabía cómo iba a reaccionar. Me acerco al cubículo en el que sonó la voz, y me recargo en esta.

— Creo que no nos conocemos... soy Thalía Bernard. Del tercero A.— Dudo un poco en continuar, pero por alguna razón me siento lista para cualquier cosa. Quería apoyarla.— Escucha... sé sobre lo de tu embarazo. Y yo...

La puerta se abre de golpe, haciéndome tambalear, pero por suerte me llegó a sostener de una esquina para no caerme. Ante mí aparece una chica de cabellos dorados y ojos grises. Tenía el rímel regado y la nariz roja, sus ojos rojos e hinchados...

No miento, sentí algo de pena por ella. Y tal vez por eso le quiero ayudar, e incluso quería ser su amiga... en estos momentos se necesita una ¿No?

— Le vas a decir a todos, ¿Verdad? ¡Oh, claro que si! Le dirás que la perdedora de Grace es una chica calenturienta que se embarazó por accidente de un chico que no quiere hacerse cargo del bebé. ¡Grandioso! ¡Diles! ¡No tengo nada más que perder!— Pasa por mi lado y choca su hombro con el mío, para así irse a lavar la cara.

Me acerco a ella con algo de inquietud, y le tocó el honro repetidas veces hasta que me voltea a ver. Carraspeo.

— No... ¡Te equivocas! Y-Yo, vine a decirte que cuentas con mi apoyo. Me pareció injusto que él no quisiera al bebé. Al fin y al cabo también fue su culpa...— Murmuro.

Si, mi personalidad vuelve cuando me siento intimidada, ¿Y qué? Además, no esta ni Danae, ni Leslie, ni Sebastián, ni nadie para juzgarme.

Ella me mira por unos segundos, hasta que se endereza y pone sus manos como jarra.

— ¿Por qué harías eso?

¿Que por qué lo haría...? No sé. Tal vez por amabilidad, o por la simple pena, incluso solo porque es mujer o porque me criaron así ... no sé...

— Quiero ser tu amiga.— Suelto sin pensar.— Pienso en que si a mí me pasara eso, desearía que alguien me estuviera apoyando.

— Pero ni me conoces...

— Pero puedo hacerlo, ¡me encantaría conocerte! Me parece que eres buena persona, sino le hubieras mentado la madre a tu novio.— Río nerviosa.

Se me queda viendo con algo de profundes. Por un momento pienso que es el tipo de chica que es orgullosa, y que me va a rechazar. Pero mi mente queda en blanco cuando su barbilla empieza a temblar y suelta más lágrimas. Se me abalanza y me aprieta, causando que por un leve momento me falte el aire.

— Y-Yo lo amaba...— Dice entre sollozos.— Pensé que era el amor de mi vida... nos conocimos gracias una prima, y aunque él ya va en prepa, ¡consiguió enamorarme! Solo tengo quince años, pero decidí que entregarme a él no sería un error. ¿Sabes? Lo hice por curiosidad. Todo el mundo decía que se sentía bien, y por Dios, ¡Se sintió muy bien!— Larga un grito ahogado de tristeza, y dejo que empape mi blusa con sus lagrimas.— Pero después de eso... me enteré de que estaba embarazada. ¡Pensé que en la primera vez era imposible embarazarme! Que equivocada estaba...

Le acaricio el cabello, y dejo que prosiga.

— Fui tan estúpida... en serio pensé que él se haría responsable por esto... pero no, toda su actitud de amabilidad y amor se fue en un santiamén. ¡Es un hijo de puta! Pero yo amo a ese hijo de puta... ¿Qué va a ser de mí? No le puedo decir a mis padres... me matarían. Mamá me golpearía con el mero cinturón por puta, y papá... o Dios, Papá estará decepcionado. Solo mi padre trabaja, ¿Qué sentirá cuando le digan que su única hija es una decepción? Me daría vergüenza...

— Tal vez si solo les explicaras tu curiosidad...

— ¡No!— Me interrumpe, causando que me estremezca.— No lo entiendes. Mamá me educó, y siempre me advertía que los chicos a esta edad no eran confiables... siempre me contó lo difícil que fue para ella embarazarse a los diecisiete, ¡Pero yo soy aún más joven! Dime, ¿No te daría miedo decirle a tu mamá que cometiste su mismo error y siendo aún peor? ¿Decirle eso a la que te parió, educó y advirtió desde siempre?— Me lo pienso un momento, pero mi mente no es capaz de pensar en  la reacción de mamá. No conozco su personalidad... ¿Cómo podría saberlo?

— Bueno... yo...

— ¡Es muy difícil! Que pena... no quiero... me da miedo... yo nunca podría dar a luz a un bebé a esta edad... dicen que duele mucho, ¡Me aterra! Yo... yo...

— Tranquilízate, Grace.— Iba a seguir acariciandole el cabello, pero de un momento a otro me separa de ella.

La veo algo anonada, y por un momento me da miedo la sonrisa que se forma en su boca.

— Y-Ya sé. Era tan obvio... la respuesta siempre estuvo en mi cara.— Su voz era tan fría, que me fue imposible no retroceder.

Soy tan miedosa.

— ¿A qué te refieres?— Murmuro con el ceño fruncido.

Sus ojos se conectan con los míos, y más lágrimas salen por ellos.

— Aborto, Thalía, voy a abortar a este bebé.

¡Bitch! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora