8

702 64 9
                                    

"Odio esto"

—¿No crees que estás siendo muy dura?— Mark toma de su jugo. Yo niego con la cabeza.

—No. En lo absoluto.

— ¡Oh, vamos! Ha pasado una semana y media. La verdad que yo no podría hacerle eso al mío. Y si lo hiciera...— Él hace una mueca graciosa y apunta a su cuello. Mark de ríe.

—Oh, tonto.—Me carcajeo.

Pero sigo pensando lo mismo. Una semana es poco tiempo, y aun sigo muy enojada.

— ¡Oh! ¡Thalía!— Enfrente de nuestra mesa aparece una rubia.

¿Cómo...? ¡Oh! ¡Que es Mika!

—H-Hola, Mika.—Digo nerviosa. Ya tenía un buen rato que no me dirigía la palabra. Desde el primer día de hecho...

— Veo que te va bien.— Mira de reojo a Mark, pero no entiendo sus indirectas.

— A-Ah, mmmm, ¿Si?— Ugh, me siento tonta...

— Pues bueno... ya no me hablas.— Pongo los ojos en blanco.

¿Yo? ¿Yo ya no le hablo? Jamás lo había visto de esa manera...

— Yo... Ajam, veo que a ti también te va bien con tu grupito.— Digo refiriéndome a Karla, Sofía y a Helen.

Pero bajo esas palabras no había nada malo. Y al parecer ella no lo tomo bien...

—¿Insinúas que yo te deje de hablar por ellas?— Sus cejas de fruncen y sus labios al momento de ponen en dirección al suelo.

—¿Qué? ¡No! ¡No! Claro que no Mika.—Me apresuro a aclarar.

Estaba a punto de decir algo cuando ella se empieza a reír.

Ahora si que estoy confundida. ¿A eso no se le llama bipolaridad?

Regreso a ver a Mark. Él alza los hombros confundidos y yo le respondo de igual manera.

Hablamos un poco más y ella se retiró. Mi corazón paró al estar de nuevo "a solas" con él. Pero como siempre, Mark entabló una conversación conmigo. Solamente puedo pensar en que es... Perfecto. Su dentadura, su risa, su cabello, sus manos... wow, sus ojos...

Adoro todo de él.

Entonces, un clic de razonamiento choca en mi cabeza.

Es de verdad. En serio... en serio me gusta él.

***

Un mes ha pasado desde aquel día en el que me dí cuenta de que él me gusta.

Mark me gusta.

Es el primero. Wow. Jamás había pensado en que este momento llegaría. Y ahora que lo sé... ¿Qué prosigue?

Es mi amigo. Y estoy un 99.9% segura de quiere ser solo mi amigo... esperen. Pero ¿Qué hago yo pensando en posibilidades de ser algo más? ¿No Es suficiente así?

En qué lío me estoy metiendo.

Esto es demasiado complicado. Y me muero de vergüenza de tan solo pensar en decírselo...

—Señorita, tengo un mensaje de su padre.— Jane llega a la sala de estar, interrumpiendo mi momento de reflexión,

—No me importa.—Me cruzo de brazos, haciendo una mueca.

Aun sigo muy enojada e indignada. Ha pasado mucho tiempo... ya ni siquiera tengo la cuenta.

—Señorita, es mi deber rogarle que me deje decirle.— Me da una mirada suplicante, haciendo que mi corazón se encoja.

Jane lleva mucho tiempo siendo nuestra ama de llaves, por lo que me ha criado a su manera. La considero algo así cómo una amiga. Y yo se que si ella hace enojar a papá no le hora muy bien...

—Está bien. Dime.— Me resigno, esperando lo peor.

—Gracias.—Me sonríe.— Él dice que vaya al cuarto de invitados número tres.—

Mi corazón se detiene por un momento.

No puede ser... no puede ser... él está aquí... ¡Él está aquí! ¡Regresó por mi!

Me levanto de un brinco y corro por toda la casa, sin importarme nada. Ni siquiera el vestido que tengo puesto.

Abro la puerta de golpe.

—¡Papá...!—Me paró en seco al no ver nada.

Solo una caja.

Camino lentamente hacia la caja, y cada paso que doy es un centímetro que baja mi sonrisa.

"Lo siento." Decía arriba de la caja. La abro, encontrándome un vestido de verano color aqua.

Lágrimas brotan de mis ojos. Y con enojo, arrojo la caja aún lado.

¡ODIO ESTO! ¡ODIO ESTO! ¡ODIO ESTO!

Que ingenua fui al pensar que papá volvería por mi. ¡AHH!

¡Bitch! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora