Confiar

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(Narra Adam)
Abel descansaba en mi pecho mientras que acariciaba sus cabellos y susurraba cosas bonitas en su oreja. Me costó mucho convencerlo de que nada de lo que decía era cierto. También me costó mucho explicarle a mi mamá la situación de Abel y que este se metiera a la cama conmigo porque según el no se merecía estar al lado mío. Sin moverme mucho apague la luz causando que Abel se levante bruscamente de mi.
-No paso nada, sólo apague la luz..- dije atrayéndolo hacia mi. Se recostó de nuevo y volvimos a la posición anterior.- Abel, te tienes que tomar tu pastilla..- este se escondió en mi cuello. Solté una pequeña risita y alcance la pastilla que estaba en la mesita de la noche y el agua también. Él se acomodó y tomó ambas cosas para seguidamente tomar la pastilla y tomar el agua. Luego me devolvió el vaso y se acomodó en mi pecho.
-Adam..
-Dime chiquito..
-Crees que..que yo logre salir de mis problemas?
-por supuesto..-seguí acariciando su cabello.-¿como te sientes?- pregunté luego de un rato. Pero no obtuve respuesta.-¿Abel?- lo mire y pude sentir su respiración relajada. Sonreí me acomodé en la almohada dejándome llevar por el cansancio...
___________________________(Narra Abel)
-Abel..Abel chiquito arriba..- me di la vuelta y me tapé con la sabana. Escuché una risa y luego unos brazos tomándome para sacarme de la cama. Abrí los ojos de golpe asustado y comencé a patalear en el aire.- Abel soy yo, soy yo.- deje de pegarle a la nada y observé a Adam.
-Qu-que hora..
-Las 10:00..- me bajó hasta que pude tocar el suelo pero yo me sujeté de él- ¿pasa algo?..¿Abel, te sientes bien?..- negué. Todo me daba vueltas y apenas podía enfocar la vista. Me sentaron en la cama.
-A-adam..
-Tienes fiebre..quédate aquí- sentí las sabanas moverse y luego la puerta cerrarse. Me sentía cansado y débil. Mamá decía que lo que yo sentía era irrelevante así que me levanté y como pude salí de la habitación. Me moví hasta las escaleras dispuesto a bajarlas pero al dar el primer paso resbalé...
(Narra Adam)
Tomé a Abel de la cintura antes de que cayera y lo subí de nuevo.
-Dije que te quedaras en el dormitorio..- lo ayude llegar a la habitación y le puse el termómetro.- voy por un té y algo liviano para comer. Quédate acá y no te muevas, por favor.- Las mejillas de Abel estaban rojas y parecía que en cualquier momento vomitaría. Me apresuré en hacerle el té y de desayuno, le llevé plátano y manzana, solo que la manzana la rallé para que le sea más fácil comerla. Llevé la bandeja y volví a la habitación. Abel se tapaba con toda la sabana. Saqué el termómetro.- 40..esto es peligroso. Te voy a llevar al hospital.
-N-no..
-Abel..
-Van a-a..mm..p-pre-eguntar..so-sobre..mm-mi f-fami-ilia..- se retorcía en la cama. Suspiré y me pasé la mano por mi pelo.
-Ok..voy a contactar con el padre de Rafael, si?- recibí una queja como respuesta. Tomé el celular y me senté al lado de Abel. Marqué y esperé.
-¿Adam?
-¡Tío!, necesito que venga urgente a ver a Abel. Rafa puede venir también a ayudar.
-¿Que paso?
-fiebre..demasiada.
-¿Me podrías decir el número?
-40.2
-Llego en 5- cortó y me fijé en Abel.
-Necesito que comas algo..- acerqué un pedazo de plátano a la boca. Abel la abrió y la cerró masticando el plátano. Acerqué otro pero giro la cabeza.- Abel..
-V-voy..v-v-vom-mi-i-tar..- dejé el plato y lo llevé hasta el baño. Vomitó todo lo que comió. Yo daba algunas caricias en la espalda. Cuando terminó se enjuago la boca y volvimos a la cama.
-Tomate el té..- dije pero lo único que hacía era retorcerse. La verdad estaba desesperado por saber que hacer..nunca me había tocado estar en estas situaciones..pero voy a cuidarlo con todo lo que pueda.
-A-adam..- y las lágrimas recorrieron sus mejillas rojas. Dejé la taza y solté algunas hormonas mientras lo abrazaba y le daba caricias..- d-du-uele..- seguí soltando hormonas hasta que quedó dormido en mi pecho. El timbre sonó y poco después apareció Rafael con su papá.
-¿Como está?- preguntaron ambos.
-Mal..no con suerte puede aguantar el dolor..no puede comer..- el papá de Rafael se acercó y le tocó la frente a Abel. Luego le pidió a Rafa si podía ir a buscar paños mojados y un paracetamol.
-¿Le diste algo, que le caiga mal?- negué. Revise las pastillas y no tenían nada y la comida de ayer la vomito casi toda. Abel comenzó a despertarse y me puse alerta por cualquier cosa.
-A-adam..
-¿pasa algo?..-y vomito..agradezco haber puesto el basurero..
-¿Cuantas veces a vomitado?..
-2 en 15 minutos..- pareciera que algo no encajaba en todo esto..es muy poco tiempo..
-¿Abel, de casualidad ingeriste algo luego de comer o dormir?- preguntó el padre de Rafa. Abel parecía ido en un estado deplorable. Rafael llego con los paños mojados y los dejó en la frente de él. Hice memoria de ayer..
-La habitación..- eso era.-¡la habitación de al lado!- me levanté corriendo y entré a ver las cosas de Abel. Busqué hasta encontrar una caja debajo de la cama. Llave, llave. Entré con la caja en la mano de nuevo a mi habitación.- Abel, chiquito..la llave. Dime dónde está.- Sabía que lo estaba asustado porque se sentía en el ambiente. Los demás miraban la caja intentando otra forma de abrirla. Me acerqué a Abel y me acosté a su lado intentando que se calme. Había empezado a llorar y no quería presionarlo..
-S-sa-a-cala..s-saca-a-l-a.- no sabía a qué se refería hasta que pude ver cómo el colgante que llevaba era la llave. Lo bese suavemente en el cachete y le pase la llave a Rafa. Cuando la abrió su cara cambió de preocupación a una de tristeza.
-A-adam..- dijo Rafael y yo me acomodé sin soltar a Abel. Rafael me paso la caja y simplemente no lo podía creer..solté a Abel y revolví entre todas las cuchillas, cajas de pastilla, cutters..y encontré un cuaderno..lo dejé de lado y me volteé a él..estaba escondido entre las sabanas y escuchaba su llanto desgarrador. Le toqué la espalda por encima de la sabana y su llanto solo se intensificó. Saqué la sabana de encima de un tirón y lo acomodé en mis brazos.
-Voy a cuidar de ti..y vas a estar bien..confía en mi..- y solo eso bastó para que se aferrará al abrazo y me cuente todo lo que estaba pasando con él..

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora